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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Época virreinal...

Época virreinal

Durante el siguiente siglo, prosperó como el centro de una extensa red comercial que integraba al virreinato con América, Europa y Asia Oriental.​ Pero la ciudad no estuvo libre de peligros; violentos terremotos destruyeron gran parte de ella entre 1586 y 1687,​ lo que va a suscitar un gran despliegue de actividad constructiva. Es entonces cuando aparecen acueductos, tajamares y muros de contención ante la crecida de los ríos, se termina el puente sobre el Rímac, se construye la catedral (acabada en 1622) y se construyen numerosos hospitales, conventos y monasterios.​ Entonces podemos ver que la ciudad se articula en torno a sus barrios. Otra amenaza fue la presencia de piratas y corsarios en el océano Pacífico, lo cual motivó la construcción de las murallas de Lima entre los años 1684 y 1687.​

El terremoto de 1687 marcó un punto de inflexión en la historia de Lima, ya que coincidió con una recesión en el comercio por la competencia económica con otras ciudades como Buenos Aires.​ Con la creación del Virreinato de Nueva Granada en 1717 se organizaron nuevamente las demarcaciones políticas, y Lima no perdió sino unos territorios que en realidad disfrutaban ya de su autonomía.​ En 1746 un fuerte terremoto dañó severamente a la ciudad y destruyó el Callao, obligando a un esfuerzo de reconstrucción masivo por el virrey José Antonio Manso de Velasco.​

En la segunda mitad del siglo xviii, las ideas de la Ilustración acerca de la salud pública y el control social influyeron en el desarrollo de la ciudad.​ Durante este periodo, la capital peruana resultó afectada por las reformas borbónicas ya que perdió su monopolio sobre el comercio exterior y su control sobre la importante región minera del Alto Perú.​ Este debilitamiento económico llevó a la élite de la ciudad a depender de los cargos otorgados por el gobierno virreinal y la Iglesia, lo que contribuyó a mantenerlos más vinculados a la Corona que a la causa de la independencia.​

El mayor impacto político-económico que vivió la ciudad en aquel entonces se produjo con la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, que cambió el rumbo y las orientaciones que imponía el nuevo tráfico mercantil.​ Entre los edificios construidos durante este periodo se encuentran un coliseo de gallos, la plaza de Toros de Acho y el Cementerio General. Los dos primeros fueron erigidos para regular esas actividades populares, centralizándolas en un solo lugar, mientras que el cementerio puso fin a la práctica de enterrar a los muertos en las iglesias, considerada insalubre por las autoridades públicas.