Entonces, durante la persecución de Maximiano, se le sometió a tortura, con estaño derretido y fuego, y fue encarcelada con el objetivo de darle tiempo para pensar y llevarla a un cambio de actitud. Sus Actas describen las luchas que se dice que tenía con el Diablo; se le representa en las imágenes con un diablo alado a quien lleva atado con una cadena. Esta pelea de Juliana con Satanás era una de las historias favoritas de la Iglesia medieval. Cabe destacar su gran significado psicológico: se dice que Satanás se le apareció a la santa como un ángel de luz con el propósito de persuadirla de que todo a lo que había renunciado en este mundo era, de hecho, bueno.