Cuando llegó la paz de Constantino, la matrona Sofronia tomó las reliquias del cuerpo de la mártir Juliana en Nicomedia con la intención de llevarlas consigo a Roma, pero una tempestad le obligó a desembarcar en Pozzuoli (Campania), donde le edificó un templo que luego destruyeron los lombardos. Este traslado hizo que la Juliana mártir de Nicomedia, fuera confundida con Santa Juliana de Cumas, por lo que no se sabe si se trata de la misma o si son personas totalmente diferentes.