A principios del siglo XIII, las reliquias se vieron peligrar y prudentemente se trasladaron a Nápoles donde reposan y se veneran con gran devoción. Otras reliquias se encuentran en la actualidad en Bruselas (Bélgica), en la Iglesia de Nuestra Señora del Sablon. Sin embargo, una tradición del norte de España mantiene que es allí donde está enterrada, en la Abadía de Santa Juliana (Cantabria), que da su nombre a la localidad de Santillana del Mar, como contracción de Santa-Iuliana, hoy convertida en colegiata, de estilo románico, con más de mil años de antigüedad.