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Saber qué provoca un infarto e identificar sus síntomas está bien, pero es mejor aún conocer todo lo que se puede hacer para no padecerlo. Por ello, los expertos de TKE Home Solutions dan algunos consejos que pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir un infarto:
1. Tener una alimentación más saludable
Una dieta sana para el corazón es aquella que aporta grasas buenas o no saturadas para evitar la formación de placa en las arterias. Son beneficiosos alimentos como el aguacate y el pescado. También conviene reducir las grasas saturadas de la carne grasa y de los lácteos. Se recomienda, además: el consumo de fibra soluble (esta se puede encontrar en alimentos como las lentejas y la avena); consumir menos azúcar, especialmente el que se encuentra en la comida procesada como la bollería y las bebidas azucaradas.
2. Prescindir del alcohol
Existen estudios que demuestran que un uso moderado del alcohol puede hacer subir el nivel de HDL o colesterol bueno. Sin embargo, al tomar alcohol es relativamente fácil excederse de ese “uso moderado” y acabar teniendo problemas de salud a corto, medio y largo plazo. El aumento del riesgo de infarto debido al abuso de alcohol es prácticamente el mismo que el de otros factores de riesgo como la diabetes o la hipertensión.
3. Utilizar medicamentos de prevención
Las personas con un mayor riesgo de sufrir un infarto, tienen a su disposición actualmente múltiples fármacos que pueden ayudarles a evitar sufrirlo. Por ejemplo, los antiagregantes plaquetarios como el ácido acetilsalicílico (aspirina), las estatinas, los betabloqueantes o los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA). Además, el beneficio de estos fármacos va más allá de la prevención del infarto. Y es que está demostrado que los pacientes con enfermedad cardiovascular que, incluso tomando la medicación, padecen un infarto, tienen un riesgo menor de fallecer a consecuencia del mismo. Eso sí, siempre habrá que tomarlos con prescripción médica y previa consulta con un especialista.
4. Dejar de fumar
El riesgo de infarto cardiaco disminuye a las 24 horas de dejar de fumar y la función pulmonar aumenta un 30 % a los 15 días. Además, cuando se deja de fumar se reduce el LDL o “colesterol malo”. Es decir, cuando se tiene mucho LDL, el exceso de colesterol puede acumularse en las paredes arteriales. En esta situación, si se deja de fumar, se produce un incremento del “colesterol bueno” que ayuda a eliminar al “malo” y, en consecuencia, a evitar la formación de placa.
5. Hacer ejercicio regularmente
Los expertos recomiendan realizar algún tipo de actividad física, al menos durante 30 minutos, tres veces a la semana. De esta manera no solo fortaleceremos los músculos del corazón, si no que mejoraremos el flujo sanguíneo, regularemos la presión arterial y bajaremos peso. Lo más recomendado es caminar, correr, nadar o montar en bicicleta.
6. Rebajar el nivel de estrés
Dos de cada diez personas que han sufrido un infarto habían tenido previamente un episodio de estrés severo, tener mucho estrés hace que el corazón lata mucho más rápidamente, y de esta forma, que el flujo de sangre que circula a través de las vasos sanguíneos sea mayor, lo que puede provocar su rotura y que esta genere un coágulo. Es fundamental apartar los problemas diarios de nuestra vida, descansar lo suficiente, dedicar tiempo a nuestros hobbies y ¿por qué no? probar con musicoterapia, yoga o tai chi, y acudir a un psicoterapeuta si es necesario.
7. Chequeos médicos cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares tienen un carácter asintomático en sus primeras fases de desarrollo, por ello es muy importante hacerse revisiones médicas para realizar un diagnóstico precoz. Los especialistas realizarán una valoración inicial y nos solicitarán realizarnos pruebas como una analítica completa, un electrocardiograma, un Angio-TAC, una Coronariografía por TAC o un PET-FDG (Tomografía por Emisión de Positrones con 18F-fluorodeoxiglucosa). Para después realizar un informe final y valorar el tratamiento a seguir.
Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TKE Home Solutions ha dicho: "Realizar modificaciones en nuestro estilo de vida con el fin de hacerla más saludable resulta especialmente importante si queremos evitar sufrir un infarto de miocardio. Además, es muy importante conocer algunos de los síntomas previos para evitar males mayores. Por ello, desde TKE Home Solutions, hemos querido elaborar esta pequeña guía con todo lo que hay que saber para poder disfrutar de una mayor calidad de vida en el futuro."
Saber qué provoca un infarto e identificar sus síntomas está bien, pero es mejor aún conocer todo lo que se puede hacer para no padecerlo. Por ello, los expertos de TKE Home Solutions dan algunos consejos que pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir un infarto:
1. Tener una alimentación más saludable
Una dieta sana para el corazón es aquella que aporta grasas buenas o no saturadas para evitar la formación de placa en las arterias. Son beneficiosos alimentos como el aguacate y el pescado. También conviene reducir las grasas saturadas de la carne grasa y de los lácteos. Se recomienda, además: el consumo de fibra soluble (esta se puede encontrar en alimentos como las lentejas y la avena); consumir menos azúcar, especialmente el que se encuentra en la comida procesada como la bollería y las bebidas azucaradas.
2. Prescindir del alcohol
Existen estudios que demuestran que un uso moderado del alcohol puede hacer subir el nivel de HDL o colesterol bueno. Sin embargo, al tomar alcohol es relativamente fácil excederse de ese “uso moderado” y acabar teniendo problemas de salud a corto, medio y largo plazo. El aumento del riesgo de infarto debido al abuso de alcohol es prácticamente el mismo que el de otros factores de riesgo como la diabetes o la hipertensión.
3. Utilizar medicamentos de prevención
Las personas con un mayor riesgo de sufrir un infarto, tienen a su disposición actualmente múltiples fármacos que pueden ayudarles a evitar sufrirlo. Por ejemplo, los antiagregantes plaquetarios como el ácido acetilsalicílico (aspirina), las estatinas, los betabloqueantes o los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA). Además, el beneficio de estos fármacos va más allá de la prevención del infarto. Y es que está demostrado que los pacientes con enfermedad cardiovascular que, incluso tomando la medicación, padecen un infarto, tienen un riesgo menor de fallecer a consecuencia del mismo. Eso sí, siempre habrá que tomarlos con prescripción médica y previa consulta con un especialista.
4. Dejar de fumar
El riesgo de infarto cardiaco disminuye a las 24 horas de dejar de fumar y la función pulmonar aumenta un 30 % a los 15 días. Además, cuando se deja de fumar se reduce el LDL o “colesterol malo”. Es decir, cuando se tiene mucho LDL, el exceso de colesterol puede acumularse en las paredes arteriales. En esta situación, si se deja de fumar, se produce un incremento del “colesterol bueno” que ayuda a eliminar al “malo” y, en consecuencia, a evitar la formación de placa.
5. Hacer ejercicio regularmente
Los expertos recomiendan realizar algún tipo de actividad física, al menos durante 30 minutos, tres veces a la semana. De esta manera no solo fortaleceremos los músculos del corazón, si no que mejoraremos el flujo sanguíneo, regularemos la presión arterial y bajaremos peso. Lo más recomendado es caminar, correr, nadar o montar en bicicleta.
6. Rebajar el nivel de estrés
Dos de cada diez personas que han sufrido un infarto habían tenido previamente un episodio de estrés severo, tener mucho estrés hace que el corazón lata mucho más rápidamente, y de esta forma, que el flujo de sangre que circula a través de las vasos sanguíneos sea mayor, lo que puede provocar su rotura y que esta genere un coágulo. Es fundamental apartar los problemas diarios de nuestra vida, descansar lo suficiente, dedicar tiempo a nuestros hobbies y ¿por qué no? probar con musicoterapia, yoga o tai chi, y acudir a un psicoterapeuta si es necesario.
7. Chequeos médicos cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares tienen un carácter asintomático en sus primeras fases de desarrollo, por ello es muy importante hacerse revisiones médicas para realizar un diagnóstico precoz. Los especialistas realizarán una valoración inicial y nos solicitarán realizarnos pruebas como una analítica completa, un electrocardiograma, un Angio-TAC, una Coronariografía por TAC o un PET-FDG (Tomografía por Emisión de Positrones con 18F-fluorodeoxiglucosa). Para después realizar un informe final y valorar el tratamiento a seguir.
Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TKE Home Solutions ha dicho: "Realizar modificaciones en nuestro estilo de vida con el fin de hacerla más saludable resulta especialmente importante si queremos evitar sufrir un infarto de miocardio. Además, es muy importante conocer algunos de los síntomas previos para evitar males mayores. Por ello, desde TKE Home Solutions, hemos querido elaborar esta pequeña guía con todo lo que hay que saber para poder disfrutar de una mayor calidad de vida en el futuro."