Desarrollo sostenible de las montañas: una gran prioridad
Las montañas albergan el 15% de la población mundial y conforman la mitad de la reserva de la diversidad biológica del planeta. Sin embargo, reciben el impacto producto de la contaminación del aire, incidiendo en el derretimiento del hielo y la nieve.
En virtud de ello, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce que el desarrollo económico y social de las naciones depende de la gestión sostenible de los recursos naturales del planeta.
Contempla entre sus objetivos y metas la utilización de las montañas de manera sostenible, para de esta forma proteger la diversidad biológica, los ecosistemas, así como la flora y la fauna silvestre.
Los efectos del cambio climático generan un alto impacto en las altas montañas, especialmente en países en desarrollo con ecosistemas montañosos vulnerables. Esto ocasiona el deshielo del permafrost y de los glaciares de montaña, así como la pérdida de los mantos de hielo y la disminución de la cubierta de nieve.
Por otra parte, otros factores tales como los fenómenos meteorológicos extremos, la deforestación, los incendios forestales, la degradación de la tierra y los desastres naturales generan efectos adversos en los ecosistemas montañosos.
A través de la promulgación de este año internacional se invita a los estados miembros, organizaciones internacionales e involucrados diseñar e incorporar políticas dirigidas a la conservación y preservación sostenible de las montañas de las zonas altas, para contrarrestar los efectos ocasionados por el cambio climático y otros factores externos, así como beneficiar la calidad de vida de las comunidades locales de la montaña, mediante la utilización sostenible de sus recursos.
Las montañas albergan el 15% de la población mundial y conforman la mitad de la reserva de la diversidad biológica del planeta. Sin embargo, reciben el impacto producto de la contaminación del aire, incidiendo en el derretimiento del hielo y la nieve.
En virtud de ello, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce que el desarrollo económico y social de las naciones depende de la gestión sostenible de los recursos naturales del planeta.
Contempla entre sus objetivos y metas la utilización de las montañas de manera sostenible, para de esta forma proteger la diversidad biológica, los ecosistemas, así como la flora y la fauna silvestre.
Los efectos del cambio climático generan un alto impacto en las altas montañas, especialmente en países en desarrollo con ecosistemas montañosos vulnerables. Esto ocasiona el deshielo del permafrost y de los glaciares de montaña, así como la pérdida de los mantos de hielo y la disminución de la cubierta de nieve.
Por otra parte, otros factores tales como los fenómenos meteorológicos extremos, la deforestación, los incendios forestales, la degradación de la tierra y los desastres naturales generan efectos adversos en los ecosistemas montañosos.
A través de la promulgación de este año internacional se invita a los estados miembros, organizaciones internacionales e involucrados diseñar e incorporar políticas dirigidas a la conservación y preservación sostenible de las montañas de las zonas altas, para contrarrestar los efectos ocasionados por el cambio climático y otros factores externos, así como beneficiar la calidad de vida de las comunidades locales de la montaña, mediante la utilización sostenible de sus recursos.