MODA - TENDENCIAS - GENTE - TV - REDES SOCIALES - DEPORTES - REGALOS - AFICIONES
Cuando Carlitos, campeón del Godó, agradece las broncas “porque forman parte del trabajo”
Carlitos acaba de ganar el Godó (500 puntos ATP y 465.150 euros). El nuevo prodigio del tenis mundial les dice a los 8.045 espectadores que han llenado la pista Rafa Nadal “se me ha puesto la piel de gallina. Sin vuestro apoyo ahora no estaría aquí con el Trofeo en las manos”. A continuación, este encanto de tenista busca con la mirada busca a su equipo y suelta “agradezco vuestras broncas, forman parte del trabajo”.
Este DIAMANTE MURCIANO, así con mayúsculas, que cumplirá 19 primaveras el próximo 5 de mayo, sabe elegir el golpe que más le conviene en cualquier lance del juego. Su velocidad en la pista asombra. Sus recursos se multiplican. Su instinto tenístico enamora. Sus golpes geniales desesperan al rival. ¿O no Stéfanos?. Carlitos encima desprende humildad. Los niños le admiran. Los mayores flipamos con su tenis.
Importante. Cuando Carlitos está al borde del abismo, como en la semifinal matutina ante el correoso Álex de Miñaur (7-6, 6-5 y 40-15) con el australiano sirviendo para meterse en la final, el genio saca de la chistera un passing a pie cambiado que desorienta a su titánico rival. El chaval de El Palmar tiene duende. Fuerza la muerte súbita de desempate (6-6). Esta vez ya no se le escapa como en el primer parcial. Pim pam pum. Dos gladiadores en la cada vez más caliente arcilla de Pedralbes. Carlitos ordena sus dudas. Mira a los suyos. Dedos en la sien. Piensa. Seduce. Ataca. Se va la red. Volea. Esconde como nadie las dejadas.
El primer juego de la manga de desempate roza los 20 minutos. Carlitos pega primero. Se adelanta 3-1. El “aussie” de madre española y formado tenísticamente en Alicante no se rinde (3-3). Álex le pega a la bola tan fuerte como Carlitos. Con 4-4, el osito panda australiano cede su servicio. La sentencia está dictada. Carlitos no perdona. Firma un décimo juego para enmarcar. Está en la final después de una semifinal de 3 horas y 39 minutos. Inolvidable para la historia del Torneo. “Ha sido un milagro con dos match-point en contra” confiesa Carlitos sin rubor y sonriente. Su amigo Pablito, que había invertido dos horas menos para finiquitar al “Peque” Schwartzman en la otra semi, le esperaba en el comedor para almorzar juntos un arroz hervido y salmón a la plancha.
La final está servida: Carlitos y Pablito entran en la pista Rafa Nadal cerca de las seis de la tarde. Se conocen al dedillo. Entrenan juntos en Villena en la Academia Equality de Juan Carlos Ferrero y Antonio Martínez Cascales. Ambos comparten representante en la persona de Albert Molina, que también había tutelado a Nico Almagro cuando el murciano se marchó de la Ciudad Condal clasificado entre los diez primeros del ranking tras disputar la final del Godó ante Nadal. Eso fue hace nueve años.
La 69ª final del Godó ha sido una de las más rápidas de la historia: Una hora y cinco minutos. Carlitos no quería peloteos largos tras el palizón para superar a un gran Álex de Miñaur. El campeón empleó su derecha demoledora, la que también fue la mejor arma de su entrenador “El Mosquito” Ferrero. Al otro lado de la red, Pablito apenas tuvo opciones para replicar a su amigo y compañero de academia. El guaje asturiano, formado tenísticamente en el Real Club de Tenis Barcelona durante 15 años, estrechaba la mano de Carlitos y le felicitaba por su triunfo indiscutible. Bravo por la deportividad de Pablo Carreño Busta.
El que escribe tenía 18 años como Carlitos, los dos hemos nacido un 5 de mayo, cuando el tenista checo Jan Kodes conquistó el Godó en 1972. Fue mi primera final que cubrí para la Hoja del Lunes. La organización entregó al elegante jugador de aquella época dorada una fotografía de la final de hace 50 años cuando Jan Kodes derrotó a Manolo Orantes. En su honor este año la pista anexa, con capacidad para 3.000 personas, ha sido bautizada como la Jan Kodes. El año que viene será la Ilie Nastase.
Los alemanes Kevin Krawietz y Andreas Mies se proclamaron campeones del torneo de dobles del Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó al derrotar en la final al neerlandés Wesley Koolhof y el británico Neal Skupski (6-7, 7-6 y 10-6).
Cuando Carlitos, campeón del Godó, agradece las broncas “porque forman parte del trabajo”
Carlitos acaba de ganar el Godó (500 puntos ATP y 465.150 euros). El nuevo prodigio del tenis mundial les dice a los 8.045 espectadores que han llenado la pista Rafa Nadal “se me ha puesto la piel de gallina. Sin vuestro apoyo ahora no estaría aquí con el Trofeo en las manos”. A continuación, este encanto de tenista busca con la mirada busca a su equipo y suelta “agradezco vuestras broncas, forman parte del trabajo”.
Este DIAMANTE MURCIANO, así con mayúsculas, que cumplirá 19 primaveras el próximo 5 de mayo, sabe elegir el golpe que más le conviene en cualquier lance del juego. Su velocidad en la pista asombra. Sus recursos se multiplican. Su instinto tenístico enamora. Sus golpes geniales desesperan al rival. ¿O no Stéfanos?. Carlitos encima desprende humildad. Los niños le admiran. Los mayores flipamos con su tenis.
Importante. Cuando Carlitos está al borde del abismo, como en la semifinal matutina ante el correoso Álex de Miñaur (7-6, 6-5 y 40-15) con el australiano sirviendo para meterse en la final, el genio saca de la chistera un passing a pie cambiado que desorienta a su titánico rival. El chaval de El Palmar tiene duende. Fuerza la muerte súbita de desempate (6-6). Esta vez ya no se le escapa como en el primer parcial. Pim pam pum. Dos gladiadores en la cada vez más caliente arcilla de Pedralbes. Carlitos ordena sus dudas. Mira a los suyos. Dedos en la sien. Piensa. Seduce. Ataca. Se va la red. Volea. Esconde como nadie las dejadas.
El primer juego de la manga de desempate roza los 20 minutos. Carlitos pega primero. Se adelanta 3-1. El “aussie” de madre española y formado tenísticamente en Alicante no se rinde (3-3). Álex le pega a la bola tan fuerte como Carlitos. Con 4-4, el osito panda australiano cede su servicio. La sentencia está dictada. Carlitos no perdona. Firma un décimo juego para enmarcar. Está en la final después de una semifinal de 3 horas y 39 minutos. Inolvidable para la historia del Torneo. “Ha sido un milagro con dos match-point en contra” confiesa Carlitos sin rubor y sonriente. Su amigo Pablito, que había invertido dos horas menos para finiquitar al “Peque” Schwartzman en la otra semi, le esperaba en el comedor para almorzar juntos un arroz hervido y salmón a la plancha.
La final está servida: Carlitos y Pablito entran en la pista Rafa Nadal cerca de las seis de la tarde. Se conocen al dedillo. Entrenan juntos en Villena en la Academia Equality de Juan Carlos Ferrero y Antonio Martínez Cascales. Ambos comparten representante en la persona de Albert Molina, que también había tutelado a Nico Almagro cuando el murciano se marchó de la Ciudad Condal clasificado entre los diez primeros del ranking tras disputar la final del Godó ante Nadal. Eso fue hace nueve años.
La 69ª final del Godó ha sido una de las más rápidas de la historia: Una hora y cinco minutos. Carlitos no quería peloteos largos tras el palizón para superar a un gran Álex de Miñaur. El campeón empleó su derecha demoledora, la que también fue la mejor arma de su entrenador “El Mosquito” Ferrero. Al otro lado de la red, Pablito apenas tuvo opciones para replicar a su amigo y compañero de academia. El guaje asturiano, formado tenísticamente en el Real Club de Tenis Barcelona durante 15 años, estrechaba la mano de Carlitos y le felicitaba por su triunfo indiscutible. Bravo por la deportividad de Pablo Carreño Busta.
El que escribe tenía 18 años como Carlitos, los dos hemos nacido un 5 de mayo, cuando el tenista checo Jan Kodes conquistó el Godó en 1972. Fue mi primera final que cubrí para la Hoja del Lunes. La organización entregó al elegante jugador de aquella época dorada una fotografía de la final de hace 50 años cuando Jan Kodes derrotó a Manolo Orantes. En su honor este año la pista anexa, con capacidad para 3.000 personas, ha sido bautizada como la Jan Kodes. El año que viene será la Ilie Nastase.
Los alemanes Kevin Krawietz y Andreas Mies se proclamaron campeones del torneo de dobles del Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó al derrotar en la final al neerlandés Wesley Koolhof y el británico Neal Skupski (6-7, 7-6 y 10-6).