Importancia en el ecosistema
Para el rastreo espacial y conductual de las especies, actualmente se utiliza el análisis de isótopos, principalmente de Carbono y Nitrógeno. Estos sirven para la construcción de movimientos, distribución, uso de hábitat y conductas alimenticias. Esta técnica permite generar las redes tróficas de las especie además de ubicarlas espacialmente, generando ISOMAPAS.
La vaquita marina se encuentra en el quinto nivel trófico, teniendo en cuenta los sedimentos de C y N. Anteriormente se creía que su alimentación era especializada, es decir, de poca amplitud trófica. Recientemente se ha demostrado la diversidad de alimentos en la especie.
P. sinus se alimenta de especies pelágicas y bentónicas (Post, 2002) Pese a que el cetáceo se alimenta en un 87.5% de peces óseos de gran tamaño, seguidos por calamares (37.5%) y como componentes incidentales los crustáceos (12.5%) (Pérez-Cortés, 1996; Findley y Nava, 1996). El aporte de las especies bentónicas a la dieta de la vaquita es de gran importancia según los resultados del valor de δ13C (-12.1‰±0.7‰) (Rodríguez, 2013). Lo cual reafirma la importancia de mantener las condiciones ambientales exactas para la especie.
Como depredador tope, se define a su nicho ecológico alto en supervivencia, pero su genética y los impactos socio-ambientales en escalas regionales y globales han condenado a la vaquita marina a su casi extinción. Sin embargo, recientemente diversos periódicos han escrito notas con encabezados optimistas. Mencionando el nacimiento de 3 vaquitas más, según Lorenzo Rojas (2017), coordinador del proyecto para la preservación de esta especie.
El sustento de las áreas de conservación se debe al análisis del hábitat de los depredadores. En este caso la vaquita marina se ha caracterizado su hábitat espacial y ambiental. Prefiriendo las mareas y meses fríos. Lo cual para escenarios de cambio climático es clave en la reproducción y desarrollo de la especie. Desde los primeros niveles en la cadena trófica de la vaquita marina, se encuentra que desde δ13C y δ15N la abundancia del fitoplancton depende de la temperatura y batimetría (ibídem).
Para el rastreo espacial y conductual de las especies, actualmente se utiliza el análisis de isótopos, principalmente de Carbono y Nitrógeno. Estos sirven para la construcción de movimientos, distribución, uso de hábitat y conductas alimenticias. Esta técnica permite generar las redes tróficas de las especie además de ubicarlas espacialmente, generando ISOMAPAS.
La vaquita marina se encuentra en el quinto nivel trófico, teniendo en cuenta los sedimentos de C y N. Anteriormente se creía que su alimentación era especializada, es decir, de poca amplitud trófica. Recientemente se ha demostrado la diversidad de alimentos en la especie.
P. sinus se alimenta de especies pelágicas y bentónicas (Post, 2002) Pese a que el cetáceo se alimenta en un 87.5% de peces óseos de gran tamaño, seguidos por calamares (37.5%) y como componentes incidentales los crustáceos (12.5%) (Pérez-Cortés, 1996; Findley y Nava, 1996). El aporte de las especies bentónicas a la dieta de la vaquita es de gran importancia según los resultados del valor de δ13C (-12.1‰±0.7‰) (Rodríguez, 2013). Lo cual reafirma la importancia de mantener las condiciones ambientales exactas para la especie.
Como depredador tope, se define a su nicho ecológico alto en supervivencia, pero su genética y los impactos socio-ambientales en escalas regionales y globales han condenado a la vaquita marina a su casi extinción. Sin embargo, recientemente diversos periódicos han escrito notas con encabezados optimistas. Mencionando el nacimiento de 3 vaquitas más, según Lorenzo Rojas (2017), coordinador del proyecto para la preservación de esta especie.
El sustento de las áreas de conservación se debe al análisis del hábitat de los depredadores. En este caso la vaquita marina se ha caracterizado su hábitat espacial y ambiental. Prefiriendo las mareas y meses fríos. Lo cual para escenarios de cambio climático es clave en la reproducción y desarrollo de la especie. Desde los primeros niveles en la cadena trófica de la vaquita marina, se encuentra que desde δ13C y δ15N la abundancia del fitoplancton depende de la temperatura y batimetría (ibídem).