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10. Uñas quebradizas
Se trata de uno de los problemas más frecuentes en las uñas y hay múltiples motivos por los que se vuelven débiles y se rompen con facilidad. En muchos casos, se debe a factores externos fáciles de solucionar o evitar.
Una de las posibles causas es el envejecimiento, aunque también puede ocurrir por falta de nutrientes, como el zinc o el hierro. Asimismo, la vitamina C acelera la producción de colágeno, una sustancia encargada de que las uñas crezcan rápidamente y con más fuerza. También la vitamina D es necesaria para que tengan brillo y fuerza. Una falta de ambas vitaminas explicaría unas uñas débiles, quebradizas y sin brillo.
Igualmente, la exposición prolongada al esmalte puede hacer que las uñas se vuelvan frágiles y se descascarillen. En general, el abuso de los esmaltes puede volverlas ásperas y sin brillo e incluso teñirlas de algún color, si el pigmento penetra.
También es posible que se deban a un exceso de humedad o por el uso de productos de limpieza sin guantes. Otra posibilidad es que se vuelvan quebradizas por una alteración de la glándula tiroides.
Como comentábamos anteriormente, las uñas quebradizas son uno de los problemas más frecuentes y que, por suerte, se arregla con cierta facilidad. Estos son los consejos más útiles que los expertos de DosFarma nos dan para evitar tenerlas débiles o, en caso de tenerlas, reforzarlas para que recuperen su estado original:
● Llevarlas cortas
Cuanto más largas estén, más probabilidades hay de que se rompan o resquebrajen, especialmente si no están lo bastante fuertes. Además, las uñas largas promueven que se acumulen microorganismos bajo ellas y generen una infección.
● Una dieta rica en vitaminas y minerales
Ya hemos comentado la importancia del zinc (presente en el hígado, las carnes rojas o las avellanas) y el hierro (en mariscos, espinacas y carnes rojas). También son necesarias la vitamina C (brócoli, pimiento rojo, kiwi, naranja...), la vitamina D (luz solar) y la vitamina E. Esta última es un potente antioxidante que se encuentra en las almendras, las avellanas, las hortalizas de hoja verde o los aceites vegetales.
Si es necesario, se puede aumentar la ingesta de estos nutrientes mediante algún suplemento o complemento alimenticio, para así facilitar la toma necesaria para recuperar la salud de las uñas.
● No abusar de los esmaltes
Las manicuras permanentes no tienen por qué afectar a las uñas, solo si se hacen con productos de mala calidad. En ese caso, sus componentes químicos dificultan la creación natural de la queratina. Si se nota que se abren en capas o se doblan, lo mejor es evitar esos productos y descansar algunas semanas hasta que recuperen la fortaleza.
● No utilizar productos químicos sin protección
Lejías, detergentes, acetona... Todos estos productos debilitan las uñas si se utilizan con regularidad. Quienes trabajen habitualmente con algún elemento químico agresivo deben utilizar guantes.
● Evitar la humedad excesiva
Mantener las uñas limpias y secas es una de las claves para conservarlas fuertes y sanas. Un exceso de agua deteriora la cutícula y la lámina ungueal (la superficie rosa) y las va resecando. Además, la humedad facilita la aparición de hongos y bacterias. Por ello, lo recomendable es dejar que las manos respiren periódicamente y no abusar de los guantes y los calcetines, sobre todo si pasamos tiempo en ambientes húmedos.
Igualmente, este consejo se debe tener en cuenta también a la hora de lavar las manos y los pies. Siempre debemos secarlos muy bien para evitar que quede humedad.
● Mantener una hidratación adecuada
Utilizar una crema hidratante de manos ayudará a fortalecer las uñas, al tiempo que las endurecerá, suavizará las cutículas y las mantendrá sanas. Este paso es aún más importante en los meses más fríos, ya que las bajas temperaturas resecan mucho la piel.
Carmen Desmonts Salazar, farmacéutica de DosFarma explica: "Las uñas dicen mucho de nuestra salud. En muchas ocasiones, incrementar la ingesta de vitaminas y minerales soluciona el problema, al igual que mantener las manos bien hidratadas y protegidas de productos químicos y de la humedad excesiva. En cambio, en otras situaciones, nos están avisando de que algo falla en el organismo. Alteraciones sutiles, como la aparición de hoyos o estrías, pueden darnos mucha ventaja en el diagnóstico precoz de alguna dolencia grave".
10. Uñas quebradizas
Se trata de uno de los problemas más frecuentes en las uñas y hay múltiples motivos por los que se vuelven débiles y se rompen con facilidad. En muchos casos, se debe a factores externos fáciles de solucionar o evitar.
Una de las posibles causas es el envejecimiento, aunque también puede ocurrir por falta de nutrientes, como el zinc o el hierro. Asimismo, la vitamina C acelera la producción de colágeno, una sustancia encargada de que las uñas crezcan rápidamente y con más fuerza. También la vitamina D es necesaria para que tengan brillo y fuerza. Una falta de ambas vitaminas explicaría unas uñas débiles, quebradizas y sin brillo.
Igualmente, la exposición prolongada al esmalte puede hacer que las uñas se vuelvan frágiles y se descascarillen. En general, el abuso de los esmaltes puede volverlas ásperas y sin brillo e incluso teñirlas de algún color, si el pigmento penetra.
También es posible que se deban a un exceso de humedad o por el uso de productos de limpieza sin guantes. Otra posibilidad es que se vuelvan quebradizas por una alteración de la glándula tiroides.
Como comentábamos anteriormente, las uñas quebradizas son uno de los problemas más frecuentes y que, por suerte, se arregla con cierta facilidad. Estos son los consejos más útiles que los expertos de DosFarma nos dan para evitar tenerlas débiles o, en caso de tenerlas, reforzarlas para que recuperen su estado original:
● Llevarlas cortas
Cuanto más largas estén, más probabilidades hay de que se rompan o resquebrajen, especialmente si no están lo bastante fuertes. Además, las uñas largas promueven que se acumulen microorganismos bajo ellas y generen una infección.
● Una dieta rica en vitaminas y minerales
Ya hemos comentado la importancia del zinc (presente en el hígado, las carnes rojas o las avellanas) y el hierro (en mariscos, espinacas y carnes rojas). También son necesarias la vitamina C (brócoli, pimiento rojo, kiwi, naranja...), la vitamina D (luz solar) y la vitamina E. Esta última es un potente antioxidante que se encuentra en las almendras, las avellanas, las hortalizas de hoja verde o los aceites vegetales.
Si es necesario, se puede aumentar la ingesta de estos nutrientes mediante algún suplemento o complemento alimenticio, para así facilitar la toma necesaria para recuperar la salud de las uñas.
● No abusar de los esmaltes
Las manicuras permanentes no tienen por qué afectar a las uñas, solo si se hacen con productos de mala calidad. En ese caso, sus componentes químicos dificultan la creación natural de la queratina. Si se nota que se abren en capas o se doblan, lo mejor es evitar esos productos y descansar algunas semanas hasta que recuperen la fortaleza.
● No utilizar productos químicos sin protección
Lejías, detergentes, acetona... Todos estos productos debilitan las uñas si se utilizan con regularidad. Quienes trabajen habitualmente con algún elemento químico agresivo deben utilizar guantes.
● Evitar la humedad excesiva
Mantener las uñas limpias y secas es una de las claves para conservarlas fuertes y sanas. Un exceso de agua deteriora la cutícula y la lámina ungueal (la superficie rosa) y las va resecando. Además, la humedad facilita la aparición de hongos y bacterias. Por ello, lo recomendable es dejar que las manos respiren periódicamente y no abusar de los guantes y los calcetines, sobre todo si pasamos tiempo en ambientes húmedos.
Igualmente, este consejo se debe tener en cuenta también a la hora de lavar las manos y los pies. Siempre debemos secarlos muy bien para evitar que quede humedad.
● Mantener una hidratación adecuada
Utilizar una crema hidratante de manos ayudará a fortalecer las uñas, al tiempo que las endurecerá, suavizará las cutículas y las mantendrá sanas. Este paso es aún más importante en los meses más fríos, ya que las bajas temperaturas resecan mucho la piel.
Carmen Desmonts Salazar, farmacéutica de DosFarma explica: "Las uñas dicen mucho de nuestra salud. En muchas ocasiones, incrementar la ingesta de vitaminas y minerales soluciona el problema, al igual que mantener las manos bien hidratadas y protegidas de productos químicos y de la humedad excesiva. En cambio, en otras situaciones, nos están avisando de que algo falla en el organismo. Alteraciones sutiles, como la aparición de hoyos o estrías, pueden darnos mucha ventaja en el diagnóstico precoz de alguna dolencia grave".