- EL ALMANAQUE DEL HUMOR -
Una chispa de humor cada día para alegrarte el ánimo.
El hábito no hace a la monja.
Por la proximidad de la fecha -estamos a seis días-. os envío una historia de moda para la época, titulada el hábito no hace a la monja. A reír, que es saludable.
Una monjita se sube a un taxi en medio de la noche en Nueva York. El taxista, durante todo el camino se pone a mirarla a través del espejo, hasta cuando ella se da cuenta. Entonces pregunta al conductor:
- Hijo... ¿qué es lo que ves?.
- Perdón, madre, me da mucha pena decírselo, pues yo no quisiera ofenderla.
- Pero, hijo mío, en mi vida he visto muchas cosas y no creo que puedas decirme algo que me ofenda.
- Bueno, es que toda mi vida he tenido la fantasía porque una monja me haga sexo oral.
La monja se queda sin habla y luego le dice:
- Pues... no lo sé. En primer lugar tendrías que ser católico y, además, ser soltero.
Emocionado, el taxista le responde:
- ¡Sí, yo soy católico y soy soltero!
La monja se queda sin argumentos y acepta la propuesta del taxista. Este se mete a un callejón oscuro y la monja le cumple su deseo. Cuando han terminado, el taxista empieza a llorar y entonces la monja le pregunta:
- Hijo, ¿qué te pasa... ¿Por qué lloras?
- ¡Perdóneme, madre, he pecado!. Soy judío y estoy casado.
- No te preocupes, yo me llamo Bernardo y voy a una fiesta de Halloween.
Una chispa de humor cada día para alegrarte el ánimo.
El hábito no hace a la monja.
Por la proximidad de la fecha -estamos a seis días-. os envío una historia de moda para la época, titulada el hábito no hace a la monja. A reír, que es saludable.
Una monjita se sube a un taxi en medio de la noche en Nueva York. El taxista, durante todo el camino se pone a mirarla a través del espejo, hasta cuando ella se da cuenta. Entonces pregunta al conductor:
- Hijo... ¿qué es lo que ves?.
- Perdón, madre, me da mucha pena decírselo, pues yo no quisiera ofenderla.
- Pero, hijo mío, en mi vida he visto muchas cosas y no creo que puedas decirme algo que me ofenda.
- Bueno, es que toda mi vida he tenido la fantasía porque una monja me haga sexo oral.
La monja se queda sin habla y luego le dice:
- Pues... no lo sé. En primer lugar tendrías que ser católico y, además, ser soltero.
Emocionado, el taxista le responde:
- ¡Sí, yo soy católico y soy soltero!
La monja se queda sin argumentos y acepta la propuesta del taxista. Este se mete a un callejón oscuro y la monja le cumple su deseo. Cuando han terminado, el taxista empieza a llorar y entonces la monja le pregunta:
- Hijo, ¿qué te pasa... ¿Por qué lloras?
- ¡Perdóneme, madre, he pecado!. Soy judío y estoy casado.
- No te preocupes, yo me llamo Bernardo y voy a una fiesta de Halloween.