Su martirio
La fama extraordinaria de Clemente de Roma, acreditada por la cantidad de escritos pseudoepigráficos que se le atribuyeron, propició también la aparición de algunas leyendas hagiográficas fantasiosas, como la que narra la deportación de Clemente al Quersoneso Táurico (actual Crimea) y su martirio por ahogamiento en el mar, donde habría sido arrojado con un áncora al cuello en medio de prodigios. Sin embargo, su carácter de mártir resulta fundado a partir de una evidencia epigráfica: una dedicatoria fragmentada de fines del siglo IV con el término «martyr» encontrada en el antiguo titulus Clementis, basílica dedicada a Clemente por el papa Siricio, por lo que la noticia de su martirio se remontaría al menos hasta esa época.
La fama extraordinaria de Clemente de Roma, acreditada por la cantidad de escritos pseudoepigráficos que se le atribuyeron, propició también la aparición de algunas leyendas hagiográficas fantasiosas, como la que narra la deportación de Clemente al Quersoneso Táurico (actual Crimea) y su martirio por ahogamiento en el mar, donde habría sido arrojado con un áncora al cuello en medio de prodigios. Sin embargo, su carácter de mártir resulta fundado a partir de una evidencia epigráfica: una dedicatoria fragmentada de fines del siglo IV con el término «martyr» encontrada en el antiguo titulus Clementis, basílica dedicada a Clemente por el papa Siricio, por lo que la noticia de su martirio se remontaría al menos hasta esa época.