Guía de prevención y tratamiento de la otitis infantil
Las medidas más importantes y eficientes para prevenir la otitis externa son:
Evitar la exposición de los bebés y niños a los factores de riesgo que predisponen a la otitis, como:
● Humedad ambiental y uso de aguas contaminadas para el baño.
● Exposición a temperaturas elevadas y sudoración.
● Inadecuada higiene y abuso de la limpieza de oídos con bastoncillos de algodón.
● Entornos con humo de tabaco; uso de chupetes o uso indiscriminado de los antibióticos.
Hay que recordar que el contacto con otros virus con procesos catarrales favorecen las otitis, por ello es más frecuente si asisten a la guardería o colegio.
● La lactancia materna, porque retrasa la aparición de la otitis en los bebés.
● El proceso de aprendizaje del niño para expulsar las mucosidades nasales en lugar de absorberlas. Es muy importante la expulsión de los mocos, porque evita que éstos pasen al oído y generen la infección e inflamación del oído. Se aconsejan lavados nasales.
● Realizar la limpieza de la oreja y del principio del canal auditivo, con suavidad y sin abusar del uso de los bastoncillos de algodón.
● Ladear, suavemente, la cabeza del niño para que el exceso de agua que entra al oído durante el baño, salga.
● Evitar la humedad en el oído, utilizando tapones o gorros de baño para baños de mar o piscinas.
● Evitar introducir en el oído de los bebés y niños, objetos punzantes como hebillas, horquillas para sujetar el pelo, para eliminar el cerumen; porque aumenta el riesgo de desarrollar otitis externa u otitis media, cuando estos objetos lesionan la piel del conducto auditivo.
Nota: Acudir al pediatra ante cambios del cerumen y presencia de fiebre; supuración, dolor o picor en los oídos.
Los padres deben de tener en cuenta que, si los bebés y niños sufren de enfermedades crónicas como eczema y dermatitis, están predispuestos a sufrir con mayor frecuencia de otitis, en este caso, externa.
Las medidas más importantes y eficientes para prevenir la otitis externa son:
Evitar la exposición de los bebés y niños a los factores de riesgo que predisponen a la otitis, como:
● Humedad ambiental y uso de aguas contaminadas para el baño.
● Exposición a temperaturas elevadas y sudoración.
● Inadecuada higiene y abuso de la limpieza de oídos con bastoncillos de algodón.
● Entornos con humo de tabaco; uso de chupetes o uso indiscriminado de los antibióticos.
Hay que recordar que el contacto con otros virus con procesos catarrales favorecen las otitis, por ello es más frecuente si asisten a la guardería o colegio.
● La lactancia materna, porque retrasa la aparición de la otitis en los bebés.
● El proceso de aprendizaje del niño para expulsar las mucosidades nasales en lugar de absorberlas. Es muy importante la expulsión de los mocos, porque evita que éstos pasen al oído y generen la infección e inflamación del oído. Se aconsejan lavados nasales.
● Realizar la limpieza de la oreja y del principio del canal auditivo, con suavidad y sin abusar del uso de los bastoncillos de algodón.
● Ladear, suavemente, la cabeza del niño para que el exceso de agua que entra al oído durante el baño, salga.
● Evitar la humedad en el oído, utilizando tapones o gorros de baño para baños de mar o piscinas.
● Evitar introducir en el oído de los bebés y niños, objetos punzantes como hebillas, horquillas para sujetar el pelo, para eliminar el cerumen; porque aumenta el riesgo de desarrollar otitis externa u otitis media, cuando estos objetos lesionan la piel del conducto auditivo.
Nota: Acudir al pediatra ante cambios del cerumen y presencia de fiebre; supuración, dolor o picor en los oídos.
Los padres deben de tener en cuenta que, si los bebés y niños sufren de enfermedades crónicas como eczema y dermatitis, están predispuestos a sufrir con mayor frecuencia de otitis, en este caso, externa.