Iberismo fusionista
La publicación de La Iberia: Memoria sobre las ventajas de la unión de Portugal y España, del diplomático español Sinibaldo de Mas y Sanz en 1852 revitalizó al iberismo. Intentaba demostrar las ventajas políticas, económicas y sociales de la unión de las dos monarquías peninsulares en una sola nación, que era consecuencia de compartir un sistema económico librecambista y comunicaciones comunes, y consideraba que la capital de esa nueva nación debía estar en la localidad portuguesa de Santarém por su situación geográfica estratégica. Se la puede considerar como manifestación de los intereses económicos de la burguesía peninsular, que en competencia con Francia y el Reino Unido quería ampliar su mercado.
El escudo que se propone en la misma obra surge de la combinación de las armas de españoles y portugueses en un escudo partido. En el primer cuartel se inscribe el blasón de Portugal, y en el segundo el de España, representado en un cuartelado que representa, en orden, a León, Navarra, Aragón y Castilla. La representación de Granada se hace mediante escusón sobre el todo, en lugar del tradicional cuartel entado en punta. El escudo lo timbra una corona real cerrada y lo ornamenta un conjunto de medallas y condecoraciones de las diversas órdenes a las que pertenecen los monarcas.
Hubo un fuerte impacto con la obra de Sinibaldo de Mas, que produjo unas 160 publicaciones en los siguientes veinte años. En 1861 la obra de Pío Gullón La fusión ibérica se mantuvo en el planteamiento fusionista de un Estado monárquico y centralizado y asignaba a Isabel II de España el mismo papel de Víctor Manuel II de Italia en la unificación de Italia. Pero por otro lado hubo una parte del progresismo español que durante el Bienio progresista aspiró sustituir a Isabel II por el rey Pedro V de Portugal, o a mediados de la década de 1860 por Luis I de Portugal.
La idea del iberismo fusionista fue bien acogida en Portugal por parte de intelectuales y políticos, y de hecho solo recibía oposición de los miguelistas. En 1852 se fundó en Lisboa el periódico A Iberia y en Oporto el semanario literario e instructivo A Peninsula. También se comenzó a publicar en Lisboa un semanario en castellano y portugués con el título de Revista de Mediodía, el cual puede considerarse el pionero de las publicaciones bilingües. Este tipo de movimiento cultural se hizo cada vez más activo, incrementándose con las conexiones ferroviarias entre Madrid y Lisboa. Al mismo tiempo, se multiplicaron las voces a favor de un estrechamiento de los lazos económicos entre ambos países. El diario La Corona de Aragón, de Barcelona, se convirtió en el líder en la prensa de las conveniencias de la unión económica de Iberia, réplica de la unión aduanera (Zollverein) de Alemania.
La publicación de La Iberia: Memoria sobre las ventajas de la unión de Portugal y España, del diplomático español Sinibaldo de Mas y Sanz en 1852 revitalizó al iberismo. Intentaba demostrar las ventajas políticas, económicas y sociales de la unión de las dos monarquías peninsulares en una sola nación, que era consecuencia de compartir un sistema económico librecambista y comunicaciones comunes, y consideraba que la capital de esa nueva nación debía estar en la localidad portuguesa de Santarém por su situación geográfica estratégica. Se la puede considerar como manifestación de los intereses económicos de la burguesía peninsular, que en competencia con Francia y el Reino Unido quería ampliar su mercado.
El escudo que se propone en la misma obra surge de la combinación de las armas de españoles y portugueses en un escudo partido. En el primer cuartel se inscribe el blasón de Portugal, y en el segundo el de España, representado en un cuartelado que representa, en orden, a León, Navarra, Aragón y Castilla. La representación de Granada se hace mediante escusón sobre el todo, en lugar del tradicional cuartel entado en punta. El escudo lo timbra una corona real cerrada y lo ornamenta un conjunto de medallas y condecoraciones de las diversas órdenes a las que pertenecen los monarcas.
Hubo un fuerte impacto con la obra de Sinibaldo de Mas, que produjo unas 160 publicaciones en los siguientes veinte años. En 1861 la obra de Pío Gullón La fusión ibérica se mantuvo en el planteamiento fusionista de un Estado monárquico y centralizado y asignaba a Isabel II de España el mismo papel de Víctor Manuel II de Italia en la unificación de Italia. Pero por otro lado hubo una parte del progresismo español que durante el Bienio progresista aspiró sustituir a Isabel II por el rey Pedro V de Portugal, o a mediados de la década de 1860 por Luis I de Portugal.
La idea del iberismo fusionista fue bien acogida en Portugal por parte de intelectuales y políticos, y de hecho solo recibía oposición de los miguelistas. En 1852 se fundó en Lisboa el periódico A Iberia y en Oporto el semanario literario e instructivo A Peninsula. También se comenzó a publicar en Lisboa un semanario en castellano y portugués con el título de Revista de Mediodía, el cual puede considerarse el pionero de las publicaciones bilingües. Este tipo de movimiento cultural se hizo cada vez más activo, incrementándose con las conexiones ferroviarias entre Madrid y Lisboa. Al mismo tiempo, se multiplicaron las voces a favor de un estrechamiento de los lazos económicos entre ambos países. El diario La Corona de Aragón, de Barcelona, se convirtió en el líder en la prensa de las conveniencias de la unión económica de Iberia, réplica de la unión aduanera (Zollverein) de Alemania.