Historia
La Asociación de Víctimas del Terrorismo fue creada en Madrid en 1981. Se trataba de una hermandad que, con la denominación Hermandad de Familiares de Víctimas del Terrorismo, había sido inscrita en el registro de asociaciones el 4 de febrero de ese año. Estaba promovida por Ana María Vidal-Abarca (que el año anterior había perdido a su marido, Jesús Velasco Zuazola, comandante de Caballería y jefe del cuerpo de Miñones de Álava, en un atentado perpetrado por ETA), Sonsoles Álvarez de Toledo (cuyo esposo, el teniente coronel de caballería Alfonso Queipo de Llano y Acuña, había muerto en el incendio del hotel Corona de Aragón) e Isabel O'Shea (que había tenido que dejar también el País Vasco debido a las amenazas terroristas). En palabras de Vidal-Abarca: «Ese mismo año, en septiembre, decidí venir a vivir a Madrid. Había asistido a muchos funerales que me conmovieron, y cuando me pasó a mí comprendí que había que hacer algo. Nuestro comienzo fue tremendo. Nadie nos hacía caso. Pensaban que éramos unas extremistas furiosas, y tuvimos que demostrar que éramos unas personas llenas de sentido común que lo único que queríamos era ayudar. Pretendíamos que todas esas viudas que dejaba ETA en aquella época se sintieran acogidas, se conocieran entre ellas, se apoyaran. Había muchas chicas jovencísimas con niños pequeños que se habían tenido que volver del País Vasco a su pueblo, a pueblos recónditos de toda España, y que desgraciadamente casi tenían que ocultar que eran víctimas del terrorismo. En esos momentos tremendos, que se le dé valor a la muerte de tu marido, de tu hijo o de tu padre es muy importante. Y así empezamos».
Inicialmente, las tres fundadoras ejercieron colegiadamente la dirección de la asociación, para posteriormente pasar el testigo a Pedro García Sánchez. En 1987, la asociación adoptó varias resoluciones trascendentes: cambió su nombre al actual, Asociación de Víctimas del Terrorismo; introdujo el cargo de secretario general y nombró una nueva presidenta, María Martín Peña, viuda de un guardia civil asesinado en Guipúzcoa en 1976. En 1989, una de las fundadoras, Ana María Vidal-Abarca, se hizo cargo de la presidencia, cargo que ostentó hasta 1999, cuando dimitió tras producirse la aprobación de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo. La sucedió Sonsoles Álvarez de Toledo, que ocupó el cargo hasta 2003, cuando se hizo cargo de la presidencia Luis Portero de la Torre, hijo del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía Luis Portero, asesinado por ETA en octubre de 2000.
El 12 de junio de 2004 fue elegido presidente de la AVT Francisco José Alcaraz y vicepresidenta María Jesús González (madre de Irene Villa), siendo reelegido el cargo de presidente el 13 de mayo de 2006. Desde el acceso al cargo de Francisco José Alcaraz, se la ha acusado de estar alineada con la política del Partido Popular.
Durante toda la legislatura 2004-2008, la AVT se opuso a las medidas del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en materia antiterrorista, en especial al proceso fallido de negociación con ETA. La AVT insiste también en el cumplimiento íntegro de las penas de los condenados por terrorismo, y la negativa a cualquier tipo de diálogo o negociación con ETA. Debido a estas posturas, la AVT ha recibido la crítica de varios partidos políticos de izquierda y nacionalistas. La Asociación 11-M Afectados del Terrorismo acusa a la AVT de querer arrogarse la representación de las víctimas en materia antiterrorista. Se les acusa también de obedecer a los dictados del PP debido al apoyo que les presta este partido en sus denuncias y protestas, señalando por ejemplo que cuando José María Aznar intentó pactar un final dialogado con la banda, tras una tregua anunciada por ETA en 1998, no levantaron las mismas críticas.
Desde dichos sectores críticos con la AVT también se critica su empeño, según ellos, en sembrar la duda sobre la autoría de los atentados del 11M, algo que la AVT argumenta como petición de que se aclaren al máximo las circunstancias de dichos atentados. Las acusaciones desde la izquierda hacia la AVT se basan también en el posicionamiento político que la Asociación ha manifestado ante temas políticos concretos, como su defensa de la unidad de España y la asistencia y apoyo de partidos de extrema derecha, sin que jamás haya mostrado rechazo alguno a sus presencia, hecho que reprochan a la AVT sus detractores.
En junio de 2005, Alcaraz demandó, por un presunto quebranto económico próximo al medio millón de euros, a las juntas que dirigieron la AVT entre 1997 y 2003, presididas por Ana María Vidal-Abarca y Sonsoles Álvarez de Toledo.
En mayo de 2006, Francisco José Alcaraz fue reelegido como presidente de la AVT, en una asamblea que contó con la presencia de casi 270 afiliados, por 601 votos a favor, 42 en contra y 9 abstenciones. Poco antes de la votación, el otro aspirante, Pablo Broseta, retiraba su candidatura denunciando según él el «comportamiento antidemocrático» de Alcaraz y presiones por parte de la cúpula del PP.
En abril de 2008 Francisco José Alcaraz dimitió del cargo alegando «motivos personales» después de cuatro años de enfrentamientos con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, dando proceso a la renovación de toda la Junta Directiva, formada por él, Gabriel Moris, Carmen Miranda, Ana María Carro y Carlos Ábalos.
El 19 de abril de 2008 fue elegido como nuevo presidente de la AVT Juan Antonio García Casquero (víctima el 24 de mayo de 1992 de un atentado de ETA al hacer estallar un coche bomba contra una patrulla de la Policía Nacional que se dirigía al Estadio Vicente Calderón, resultando heridos dos civiles y siete policías, asociándose a la AVT el García 6 de noviembre de 1992), como vicepresidenta Ángeles Pedraza (cuya hija Miriam fue asesinada en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid), como secretaria general Carmen Miranda (mujer de Ramón Carlos Navia, capitán artillería del Ejército de Tierra, asesinado por ETA, el 6 de febrero de 1992, en un atentado contra una furgoneta militar en la plaza de la Cruz Verde de Madrid, en el que murieron otras cuatro personas y doce resultaron heridas), y como miembros de la junta Antonio Muñoz (víctima de un coche bomba de ETA el 19 de agosto de 1988 en Guipúzcoa en el que resultaron heridos cinco guardias civiles y un civil) y Manuela Lancharro (hermana de Antonio Lancharro, guardia civil asesinado por ETA el 14 de julio de 1986 en la plaza de la República Dominicana de Madrid, en el que murieron otros 11 guardias civiles y resultaron heridas 77 personas, y perpetrado por Iñaki de Juana Chaos). De ellos, la única que pertenecía a la anterior Junta Directiva es Carmen Miranda. El 26 de mayo de 2010 fue renovada la Junta Directiva de la AVT, siendo reelegida como presidenta Ángeles Pedraza y José Marco Jalle como vicepresidente.
Tras la formación del gobierno del Partido Popular presidido por Mariano Rajoy, el nuevo ministro del Interior Jorge Fernández Díaz convocó a la presidenta de la AVT Ángeles Pedraza el 27 de abril de 2012 para explicarle el plan del gobierno de acercamiento de presos de ETA a las cárceles vascas, anunciado el día anterior. A la salida de la reunión, como también manifestaron el Foro de Ermua, Voces contra el terrorismo (que estuvo representada por Mamen Álvarez, esposa de su presidente Francisco José Alcaraz) y otras asociaciones, mostró su más completa oposición al plan del gobierno, porque no se exige que los reclusos pidan perdón a las víctimas, que es el cambio sustancial respecto de la política penitenciaria anterior. Además lamentó haberse enterado del plan a través de los medios de comunicación, y señaló la incoherencia que supone que un partido que cuando estaba en la oposición coincidía con sus planteamientos, y que hasta hace días aseguraba que no habría acercamientos de presos de ETA a cárceles vascas si la banda no se disolvía, haya cambiado de política. «Aunque por ahora no vamos a salir a la calle a manifestarnos, lo haremos igual que lo hicimos durante el Gobierno del PSOE si nos sentimos traicionadas», manifestó Ángeles Pedraza. Ángeles Pedraza fue reelegida como Presidenta en mayo de 2012 y en abril de 2014.
En abril de 2016, Alfonso Sánchez fue elegido nuevo presidente de la AVT con el 100% de los votos. En esa misma Asamblea, el nuevo presidente de la AVT tomó la palabra en el acto para proponer el nombramiento de Ángeles Pedraza como Presidenta de Honor de la asociación. La propuesta fue aplaudida por los asociados y aprobada por unanimidad.
Durante su Presidencia, Alfonso Sánchez ha continuado con la labor llevada a cabo en los años precedentes. Algunos de los hitos de su mandato, son el estreno del documental sobre víctimas de ETA titulado Voces calladas: el verdadero relato, la continuación del Proyecto Testimonios, la creación de la Cruz de la Dignidad para aquellas personalidades a las que la AVT quiere reconocer su trabajo por las víctimas y el impulso de la Ley para la Protección, Reconocimiento y Memoria de las Víctimas del Terrorismo de la Comunidad de Madrid.
En mayo de 2018, Maite Araluce ha sido elegida Presidenta de la AVT con el 97% de los votos de los asociados en la Asamblea General Ordinaria.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo fue creada en Madrid en 1981. Se trataba de una hermandad que, con la denominación Hermandad de Familiares de Víctimas del Terrorismo, había sido inscrita en el registro de asociaciones el 4 de febrero de ese año. Estaba promovida por Ana María Vidal-Abarca (que el año anterior había perdido a su marido, Jesús Velasco Zuazola, comandante de Caballería y jefe del cuerpo de Miñones de Álava, en un atentado perpetrado por ETA), Sonsoles Álvarez de Toledo (cuyo esposo, el teniente coronel de caballería Alfonso Queipo de Llano y Acuña, había muerto en el incendio del hotel Corona de Aragón) e Isabel O'Shea (que había tenido que dejar también el País Vasco debido a las amenazas terroristas). En palabras de Vidal-Abarca: «Ese mismo año, en septiembre, decidí venir a vivir a Madrid. Había asistido a muchos funerales que me conmovieron, y cuando me pasó a mí comprendí que había que hacer algo. Nuestro comienzo fue tremendo. Nadie nos hacía caso. Pensaban que éramos unas extremistas furiosas, y tuvimos que demostrar que éramos unas personas llenas de sentido común que lo único que queríamos era ayudar. Pretendíamos que todas esas viudas que dejaba ETA en aquella época se sintieran acogidas, se conocieran entre ellas, se apoyaran. Había muchas chicas jovencísimas con niños pequeños que se habían tenido que volver del País Vasco a su pueblo, a pueblos recónditos de toda España, y que desgraciadamente casi tenían que ocultar que eran víctimas del terrorismo. En esos momentos tremendos, que se le dé valor a la muerte de tu marido, de tu hijo o de tu padre es muy importante. Y así empezamos».
Inicialmente, las tres fundadoras ejercieron colegiadamente la dirección de la asociación, para posteriormente pasar el testigo a Pedro García Sánchez. En 1987, la asociación adoptó varias resoluciones trascendentes: cambió su nombre al actual, Asociación de Víctimas del Terrorismo; introdujo el cargo de secretario general y nombró una nueva presidenta, María Martín Peña, viuda de un guardia civil asesinado en Guipúzcoa en 1976. En 1989, una de las fundadoras, Ana María Vidal-Abarca, se hizo cargo de la presidencia, cargo que ostentó hasta 1999, cuando dimitió tras producirse la aprobación de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo. La sucedió Sonsoles Álvarez de Toledo, que ocupó el cargo hasta 2003, cuando se hizo cargo de la presidencia Luis Portero de la Torre, hijo del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía Luis Portero, asesinado por ETA en octubre de 2000.
El 12 de junio de 2004 fue elegido presidente de la AVT Francisco José Alcaraz y vicepresidenta María Jesús González (madre de Irene Villa), siendo reelegido el cargo de presidente el 13 de mayo de 2006. Desde el acceso al cargo de Francisco José Alcaraz, se la ha acusado de estar alineada con la política del Partido Popular.
Durante toda la legislatura 2004-2008, la AVT se opuso a las medidas del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en materia antiterrorista, en especial al proceso fallido de negociación con ETA. La AVT insiste también en el cumplimiento íntegro de las penas de los condenados por terrorismo, y la negativa a cualquier tipo de diálogo o negociación con ETA. Debido a estas posturas, la AVT ha recibido la crítica de varios partidos políticos de izquierda y nacionalistas. La Asociación 11-M Afectados del Terrorismo acusa a la AVT de querer arrogarse la representación de las víctimas en materia antiterrorista. Se les acusa también de obedecer a los dictados del PP debido al apoyo que les presta este partido en sus denuncias y protestas, señalando por ejemplo que cuando José María Aznar intentó pactar un final dialogado con la banda, tras una tregua anunciada por ETA en 1998, no levantaron las mismas críticas.
Desde dichos sectores críticos con la AVT también se critica su empeño, según ellos, en sembrar la duda sobre la autoría de los atentados del 11M, algo que la AVT argumenta como petición de que se aclaren al máximo las circunstancias de dichos atentados. Las acusaciones desde la izquierda hacia la AVT se basan también en el posicionamiento político que la Asociación ha manifestado ante temas políticos concretos, como su defensa de la unidad de España y la asistencia y apoyo de partidos de extrema derecha, sin que jamás haya mostrado rechazo alguno a sus presencia, hecho que reprochan a la AVT sus detractores.
En junio de 2005, Alcaraz demandó, por un presunto quebranto económico próximo al medio millón de euros, a las juntas que dirigieron la AVT entre 1997 y 2003, presididas por Ana María Vidal-Abarca y Sonsoles Álvarez de Toledo.
En mayo de 2006, Francisco José Alcaraz fue reelegido como presidente de la AVT, en una asamblea que contó con la presencia de casi 270 afiliados, por 601 votos a favor, 42 en contra y 9 abstenciones. Poco antes de la votación, el otro aspirante, Pablo Broseta, retiraba su candidatura denunciando según él el «comportamiento antidemocrático» de Alcaraz y presiones por parte de la cúpula del PP.
En abril de 2008 Francisco José Alcaraz dimitió del cargo alegando «motivos personales» después de cuatro años de enfrentamientos con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, dando proceso a la renovación de toda la Junta Directiva, formada por él, Gabriel Moris, Carmen Miranda, Ana María Carro y Carlos Ábalos.
El 19 de abril de 2008 fue elegido como nuevo presidente de la AVT Juan Antonio García Casquero (víctima el 24 de mayo de 1992 de un atentado de ETA al hacer estallar un coche bomba contra una patrulla de la Policía Nacional que se dirigía al Estadio Vicente Calderón, resultando heridos dos civiles y siete policías, asociándose a la AVT el García 6 de noviembre de 1992), como vicepresidenta Ángeles Pedraza (cuya hija Miriam fue asesinada en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid), como secretaria general Carmen Miranda (mujer de Ramón Carlos Navia, capitán artillería del Ejército de Tierra, asesinado por ETA, el 6 de febrero de 1992, en un atentado contra una furgoneta militar en la plaza de la Cruz Verde de Madrid, en el que murieron otras cuatro personas y doce resultaron heridas), y como miembros de la junta Antonio Muñoz (víctima de un coche bomba de ETA el 19 de agosto de 1988 en Guipúzcoa en el que resultaron heridos cinco guardias civiles y un civil) y Manuela Lancharro (hermana de Antonio Lancharro, guardia civil asesinado por ETA el 14 de julio de 1986 en la plaza de la República Dominicana de Madrid, en el que murieron otros 11 guardias civiles y resultaron heridas 77 personas, y perpetrado por Iñaki de Juana Chaos). De ellos, la única que pertenecía a la anterior Junta Directiva es Carmen Miranda. El 26 de mayo de 2010 fue renovada la Junta Directiva de la AVT, siendo reelegida como presidenta Ángeles Pedraza y José Marco Jalle como vicepresidente.
Tras la formación del gobierno del Partido Popular presidido por Mariano Rajoy, el nuevo ministro del Interior Jorge Fernández Díaz convocó a la presidenta de la AVT Ángeles Pedraza el 27 de abril de 2012 para explicarle el plan del gobierno de acercamiento de presos de ETA a las cárceles vascas, anunciado el día anterior. A la salida de la reunión, como también manifestaron el Foro de Ermua, Voces contra el terrorismo (que estuvo representada por Mamen Álvarez, esposa de su presidente Francisco José Alcaraz) y otras asociaciones, mostró su más completa oposición al plan del gobierno, porque no se exige que los reclusos pidan perdón a las víctimas, que es el cambio sustancial respecto de la política penitenciaria anterior. Además lamentó haberse enterado del plan a través de los medios de comunicación, y señaló la incoherencia que supone que un partido que cuando estaba en la oposición coincidía con sus planteamientos, y que hasta hace días aseguraba que no habría acercamientos de presos de ETA a cárceles vascas si la banda no se disolvía, haya cambiado de política. «Aunque por ahora no vamos a salir a la calle a manifestarnos, lo haremos igual que lo hicimos durante el Gobierno del PSOE si nos sentimos traicionadas», manifestó Ángeles Pedraza. Ángeles Pedraza fue reelegida como Presidenta en mayo de 2012 y en abril de 2014.
En abril de 2016, Alfonso Sánchez fue elegido nuevo presidente de la AVT con el 100% de los votos. En esa misma Asamblea, el nuevo presidente de la AVT tomó la palabra en el acto para proponer el nombramiento de Ángeles Pedraza como Presidenta de Honor de la asociación. La propuesta fue aplaudida por los asociados y aprobada por unanimidad.
Durante su Presidencia, Alfonso Sánchez ha continuado con la labor llevada a cabo en los años precedentes. Algunos de los hitos de su mandato, son el estreno del documental sobre víctimas de ETA titulado Voces calladas: el verdadero relato, la continuación del Proyecto Testimonios, la creación de la Cruz de la Dignidad para aquellas personalidades a las que la AVT quiere reconocer su trabajo por las víctimas y el impulso de la Ley para la Protección, Reconocimiento y Memoria de las Víctimas del Terrorismo de la Comunidad de Madrid.
En mayo de 2018, Maite Araluce ha sido elegida Presidenta de la AVT con el 97% de los votos de los asociados en la Asamblea General Ordinaria.