Estado civil
Un tema discutido en la investigación del «Pablo histórico» es su estado civil, del cual no existe constancia clara. Los textos de 1 Corintios 7, 8 y 1 Corintios 9, 5 sugieren que, cuando escribió esa carta en la primera mitad de la década del año 50, no estaba casado, pero eso no aclara si nunca se había casado, si se había divorciado o si había enviudado.
En general, los investigadores suelen optar por dos posiciones mayoritarias:
que habría permanecido célibe toda su vida sin que quede clara la razón precisa, que no sería necesariamente de índole religios
que habría estado casado, y luego habría enviudado. Esta posición fue planteada por Joachim Jeremias, y encontró entre otros seguidores a J. M. Ford, E. Arens y, en nuestros días, a S. Légasse. Esta postura supone que Pablo estaba casado porque era preceptivo en el caso de los rabinos. Por lo tanto, cuando Pablo escribió en 1 Corintios 7, 8: «Digo a los solteros y a las viudas, 'bueno es que se queden como yo estoy'», podría ser clasificado entre los viudos (chérais), no entre los solteros (agamois); Pablo no se habría casado de nuevo (cf. 1 Corintios 9, 5). E. Fascher, que defendió el celibato perpetuo de Pablo, mostró objeciones a esta teoría.
Romano Penna y Rinaldo Fabris señalan otra posición posible: que Pablo y su presunta mujer se hubiesen separado. Ese supuesto podría vincularse con el llamado privilegio paulino establecido por el Apóstol, lo cual consiste en el derecho que tiene a romper el vínculo matrimonial la parte cristiana cuando la otra parte es infiel y no se aviene a vivir con ella pacíficamente.
Un tema discutido en la investigación del «Pablo histórico» es su estado civil, del cual no existe constancia clara. Los textos de 1 Corintios 7, 8 y 1 Corintios 9, 5 sugieren que, cuando escribió esa carta en la primera mitad de la década del año 50, no estaba casado, pero eso no aclara si nunca se había casado, si se había divorciado o si había enviudado.
En general, los investigadores suelen optar por dos posiciones mayoritarias:
que habría permanecido célibe toda su vida sin que quede clara la razón precisa, que no sería necesariamente de índole religios
que habría estado casado, y luego habría enviudado. Esta posición fue planteada por Joachim Jeremias, y encontró entre otros seguidores a J. M. Ford, E. Arens y, en nuestros días, a S. Légasse. Esta postura supone que Pablo estaba casado porque era preceptivo en el caso de los rabinos. Por lo tanto, cuando Pablo escribió en 1 Corintios 7, 8: «Digo a los solteros y a las viudas, 'bueno es que se queden como yo estoy'», podría ser clasificado entre los viudos (chérais), no entre los solteros (agamois); Pablo no se habría casado de nuevo (cf. 1 Corintios 9, 5). E. Fascher, que defendió el celibato perpetuo de Pablo, mostró objeciones a esta teoría.
Romano Penna y Rinaldo Fabris señalan otra posición posible: que Pablo y su presunta mujer se hubiesen separado. Ese supuesto podría vincularse con el llamado privilegio paulino establecido por el Apóstol, lo cual consiste en el derecho que tiene a romper el vínculo matrimonial la parte cristiana cuando la otra parte es infiel y no se aviene a vivir con ella pacíficamente.