Papel de las mujeres
Un versículo en la Primera Epístola a Timoteo, tradicionalmente atribuido a Pablo, muchas veces es utilizado como mayor fuente de autoridad en la Biblia para que las mujeres sean vedadas al sacramento del orden, además de otras posiciones de liderazgo y ministerio en el cristianismo. La Epístola a Timoteo es también muchas veces utilizada por muchas iglesias para negarles el voto en asuntos eclesiásticos y posiciones de enseñanza para público adulto y también el permiso para el trabajo misionero.
● Que la mujer aprenda en silencio y con toda sujeción;
● pues no permito que la mujer enseñe ni ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde silencio.
● Porque primero fue formado Adán, y después Eva.
● y el engañado no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión;
1 Timoteo 2, 11-14
Este pasaje parece estar diciendo que las mujeres no deben tener en la iglesia ningún papel de liderazgo frente a los hombres. Si ella también prohíbe a las mujeres enseñar a otras mujeres o a niños es dudoso, pues incluso la Iglesia católica —que prohíbe la ordenación de mujeres para el sacerdocio— permite que abadesas enseñen y asuman posiciones de liderazgo sobre otras mujeres. Cualquier interpretación de esta parte de las Escrituras tiene que confrontarse con las dificultades teológicas, contextuales, sintácticas y léxicas de estas pocas palabras.
El teólogo JR Daniel Kirk encontró un importante papel para las mujeres en la Iglesia antigua, como por ejemplo cuando Pablo elogió a Febe por su trabajo como diaconisa y también Junia, considerada por algunos como la única mujer en ser citada en el Nuevo Testamento entre los apóstoles. Kirk apunta a estudios recientes que llevaron a algunos a concluir que el paso que obliga a las mujeres a "quedarse calladas en las iglesias" en 1 Corintios 14, 34 fue una adición posterior, aparentemente por un autor diferente y no era parte de la carta original de Pablo a la iglesia de Corinto. Otros, como Giancarlo Biguzzi, alegan que la restricción de Pablo sobre las mujeres en Corintios es genuina, pero se aplica al caso particular de prohibirlas de hacer preguntas o de conversar, y no una prohibición generalizada contra las mujeres hablar, pues en 1 Corintios 11, 5 Pablo afirma el derecho de las mujeres de profetizar.
El tercer ejemplo de Kirk de una visión más inclusiva está en Gálatas 3, 28 Al anunciar un fin dentro de la Iglesia de las divisiones que eran tan comunes en todo el mundo, concluye destacando que "... había mujeres del Nuevo Testamento que enseñaron y tenían autoridad en la Iglesia antigua y que estas enseñanzas y esta autoridad eran sancionadas por Pablo y que el apóstol mismo ofrece un paradigma teológico dentro del cual la superación de la subyugación de la mujer es un resultado esperado".
Un versículo en la Primera Epístola a Timoteo, tradicionalmente atribuido a Pablo, muchas veces es utilizado como mayor fuente de autoridad en la Biblia para que las mujeres sean vedadas al sacramento del orden, además de otras posiciones de liderazgo y ministerio en el cristianismo. La Epístola a Timoteo es también muchas veces utilizada por muchas iglesias para negarles el voto en asuntos eclesiásticos y posiciones de enseñanza para público adulto y también el permiso para el trabajo misionero.
● Que la mujer aprenda en silencio y con toda sujeción;
● pues no permito que la mujer enseñe ni ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde silencio.
● Porque primero fue formado Adán, y después Eva.
● y el engañado no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión;
1 Timoteo 2, 11-14
Este pasaje parece estar diciendo que las mujeres no deben tener en la iglesia ningún papel de liderazgo frente a los hombres. Si ella también prohíbe a las mujeres enseñar a otras mujeres o a niños es dudoso, pues incluso la Iglesia católica —que prohíbe la ordenación de mujeres para el sacerdocio— permite que abadesas enseñen y asuman posiciones de liderazgo sobre otras mujeres. Cualquier interpretación de esta parte de las Escrituras tiene que confrontarse con las dificultades teológicas, contextuales, sintácticas y léxicas de estas pocas palabras.
El teólogo JR Daniel Kirk encontró un importante papel para las mujeres en la Iglesia antigua, como por ejemplo cuando Pablo elogió a Febe por su trabajo como diaconisa y también Junia, considerada por algunos como la única mujer en ser citada en el Nuevo Testamento entre los apóstoles. Kirk apunta a estudios recientes que llevaron a algunos a concluir que el paso que obliga a las mujeres a "quedarse calladas en las iglesias" en 1 Corintios 14, 34 fue una adición posterior, aparentemente por un autor diferente y no era parte de la carta original de Pablo a la iglesia de Corinto. Otros, como Giancarlo Biguzzi, alegan que la restricción de Pablo sobre las mujeres en Corintios es genuina, pero se aplica al caso particular de prohibirlas de hacer preguntas o de conversar, y no una prohibición generalizada contra las mujeres hablar, pues en 1 Corintios 11, 5 Pablo afirma el derecho de las mujeres de profetizar.
El tercer ejemplo de Kirk de una visión más inclusiva está en Gálatas 3, 28 Al anunciar un fin dentro de la Iglesia de las divisiones que eran tan comunes en todo el mundo, concluye destacando que "... había mujeres del Nuevo Testamento que enseñaron y tenían autoridad en la Iglesia antigua y que estas enseñanzas y esta autoridad eran sancionadas por Pablo y que el apóstol mismo ofrece un paradigma teológico dentro del cual la superación de la subyugación de la mujer es un resultado esperado".