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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Las epístolas paulinas auténticas...

Las epístolas paulinas auténticas

Artículo principal: Epístolas paulinas

Las cartas auténticas de Pablo son un conjunto de escritos neotestamentarios conformado por las siguientes obras:​

● la Primera epístola a los tesalonicenses

● la Epístola a los filipenses

● la Primera epístola a los corintios

● la Segunda epístola a los corintios

● la Epístola a los gálatas

● la Epístola a Filemón

● la Epístola a los romanos.

Este corpus de epístolas auténticas es único en más de un sentido:

1. Porque se conoce a ciencia cierta su autor, y su autenticidad resulta reconocida ampliamente desde el análisis científico-literario actual.​​
​​
2. Porque su fecha de redacción es la más antigua de los libros del Nuevo Testamento, apenas 20-25 años posterior a la muerte de Jesús de Nazaret, y probablemente anterior incluso a la de los evangelios en su versión definitiva conocida hoy, por lo que constituyen documentación de carácter capital en cualquier análisis sobre los inicios del cristianismo.

3. Porque ninguna otra personalidad del Nuevo Testamento se conoce a nivel semejante a través de sus escritos.

El conocimiento que Pablo tenía de la cultura helénica —hablaba fluidamente tanto el griego como el arameo— le permitió predicar el Evangelio con ejemplos y comparaciones comunes de esta cultura, por lo que su mensaje cosechó un pronto éxito en territorio griego. Pero esta característica también dificultó por momentos la exacta comprensión de sus palabras, ya que Pablo recurría en ocasiones a nociones helenísticas alejadas del judaísmo, mientras que otras veces hablaba como un judío estricto y observante de la Ley.​ De ahí que en la Antigüedad algunas de sus afirmaciones fueran calificadas como «τινα δυσνοητα» (transliterado, tina dysnoēta, que significa puntos ‘difíciles de entender’; ​ y que hasta hoy se susciten polémicas en la interpretación de ciertos pasajes y temas de las cartas paulinas, como, por ejemplo, la relación entre judíos y gentiles, entre gracia y Ley, etc. Por otra parte, es claro que sus epístolas fueron escritos de ocasión, respuestas a situaciones concretas. Por ello el análisis exegético moderno, más que esperar de cada una de ellas una formulación sistemática del pensamiento del Apóstol, examina las dificultades y particularidades que él presenta, analiza su evolución y debate sobre su integridad.

Aunque las cartas tuvieron por función inmediata abordar problemas resultantes de situaciones concretas, es muy verosímil que las comunidades a las cuales estas cartas estuvieron dirigidas las hayan atesorado, y que prontamente las compartieran con otras comunidades paulinas.​ Así, resulta altamente probable que hacia fines del siglo I estos escritos ya existieran como corpus, resultante del trabajo de una escuela paulina que recopiló sus cartas para conformar el legado escrito del Apóstol.