Orígenes
Tres celebraciones independientes están en su origen: Los actos religiosos en honor a San Fermín, desde antes del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas ambas desde el siglo XIV. La Iglesia celebraba el 10 de octubre la festividad de San Fermín, patrono de Navarra. Los sanfermines nacieron así, en la época medieval, como feria comercial y fiesta secular, usando para ello las fechas de fiestas religiosas cristianas, que a su vez usaban fechas festivas de orígenes anteriores, como la del paganismo vasco y latino. A comienzos del siglo XIII se celebraban unas ferias comerciales tras la noche de San Juan, entre el día 23 y el 24 de junio, coincidiendo el comienzo del verano, y posteriormente se pasaron a celebrar a partir de la festividad de San Pedro, el 29 de junio. Como las ferias eran lugares de encuentro de mercaderes, ganaderos y aldeanos, eran también pretexto para festejar y comenzaron a organizarse corridas de toros como parte de la tradición.
Hay otra fecha emparentada al final del verano, el 10 de octubre, en que se organizaba una feria en Pamplona, de siete días de duración, desde el año 1324, por privilegio del rey Carlos I de Navarra y IV de Francia. En 1381 por privilegio del rey Carlos II de Navarra, pasó a ser feria franca, coincidiendo también entonces con festividades religiosas. Estas dos ferias y fiestas, al inicio y al final del verano, se unificaron en 1592 para aprovechar el mejor tiempo, comenzando el día séptimo del séptimo mes: el 7 de julio. Aunque todavía en la actualidad, a finales del verano, se celebran "San Fermín txikito" (pequeños sanfermines) solo celebrado por los propios navarros. El Ayuntamiento de Pamplona solicitó al obispo en 1591 trasladar la celebración al 7 de julio a lo que el prelado accedió. En aquella fecha se celebraban ferias en Pamplona con corridas de toros. De esta forma, se produjo la coincidencia entre la celebración religiosa y el bullicio ferial, en el que los toros jugaban un papel esencial. Durante mucho tiempo se ha creído que la festividad de San Fermín se celebraba el 24 de septiembre.
El patrón de Pamplona, San Saturnino o San Cernin, obispo de Toulouse y mártir, mantiene una celebración mucho más modesta en el 29 de noviembre. Para muchos de los visitantes, este hecho causa la confusión de pensar que es San Fermín el patrono de la ciudad cuando es copatrón de toda Navarra junto con San Francisco Javier.
Consta que el Regimiento (Ayuntamiento de entonces) celebró una fiesta ya en las nuevas fechas, el 7 de julio de 1591, con el siguiente programa:
● Pregón de Fiestas, muy ceremonial.
● Torneo con lanzas en la actual Plaza del Castillo.
● Teatro: "Comedia y Tragedia del Bienaventurado San Fermín".
● Danzas, procesión por las calles, etc.
El día siguiente, se celebró una corrida de toros.
Fueron pasando los siglos, sin grandes cambios en los sanfermines. Pero desde 1950 aproximadamente, los cambios han sido acelerados. En primer lugar, por el incremento del nivel de vida. El pueblo (Pamplona tendría unos 20.000 habitantes) se juntaba en la Plaza Consistorial para recoger al Ayuntamiento y acompañarlo a la iglesia de San Lorenzo, donde en la capilla de San Fermín se celebraban, las Vísperas, en la tarde del 6 de julio. Tras la misa, pueblo y autoridades regresaban de la iglesia al Ayuntamiento, igualmente por la calle Mayor.
Desde 1950, aproximadamente, los sanfermines vienen evolucionando tanto como la sociedad. Han perdido mucho de su componente religioso, aunque la procesión sigue siendo multitudinaria y presenta algunos "momenticos" especialmente entrañables, como la jota que se canta al santo en la Plazuela del Consejo o el Agur jaunak interpretado en su honor en el lugar, frente a la iglesia de San Cernin en que se dice que fue bautizado. El "riau-riau", con el que el pueblo acompañaba, a los sones del "Vals de Astráin", al Ayuntamiento en cuerpo de ciudad, retardando lo más posible su marcha desde la Casa Consistorial hasta la iglesia de San Lorenzo, para celebrar aquí las Vísperas del Santo, ha tenido que suspenderse porque en los últimos años había sido ocasión de protestas y disturbios. Ahora bien, recientemente se está volviendo a festejar -originalmente, por iniciativa de clubs de jubilados-, aunque sin la corporación municipal.
Tres celebraciones independientes están en su origen: Los actos religiosos en honor a San Fermín, desde antes del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas ambas desde el siglo XIV. La Iglesia celebraba el 10 de octubre la festividad de San Fermín, patrono de Navarra. Los sanfermines nacieron así, en la época medieval, como feria comercial y fiesta secular, usando para ello las fechas de fiestas religiosas cristianas, que a su vez usaban fechas festivas de orígenes anteriores, como la del paganismo vasco y latino. A comienzos del siglo XIII se celebraban unas ferias comerciales tras la noche de San Juan, entre el día 23 y el 24 de junio, coincidiendo el comienzo del verano, y posteriormente se pasaron a celebrar a partir de la festividad de San Pedro, el 29 de junio. Como las ferias eran lugares de encuentro de mercaderes, ganaderos y aldeanos, eran también pretexto para festejar y comenzaron a organizarse corridas de toros como parte de la tradición.
Hay otra fecha emparentada al final del verano, el 10 de octubre, en que se organizaba una feria en Pamplona, de siete días de duración, desde el año 1324, por privilegio del rey Carlos I de Navarra y IV de Francia. En 1381 por privilegio del rey Carlos II de Navarra, pasó a ser feria franca, coincidiendo también entonces con festividades religiosas. Estas dos ferias y fiestas, al inicio y al final del verano, se unificaron en 1592 para aprovechar el mejor tiempo, comenzando el día séptimo del séptimo mes: el 7 de julio. Aunque todavía en la actualidad, a finales del verano, se celebran "San Fermín txikito" (pequeños sanfermines) solo celebrado por los propios navarros. El Ayuntamiento de Pamplona solicitó al obispo en 1591 trasladar la celebración al 7 de julio a lo que el prelado accedió. En aquella fecha se celebraban ferias en Pamplona con corridas de toros. De esta forma, se produjo la coincidencia entre la celebración religiosa y el bullicio ferial, en el que los toros jugaban un papel esencial. Durante mucho tiempo se ha creído que la festividad de San Fermín se celebraba el 24 de septiembre.
El patrón de Pamplona, San Saturnino o San Cernin, obispo de Toulouse y mártir, mantiene una celebración mucho más modesta en el 29 de noviembre. Para muchos de los visitantes, este hecho causa la confusión de pensar que es San Fermín el patrono de la ciudad cuando es copatrón de toda Navarra junto con San Francisco Javier.
Consta que el Regimiento (Ayuntamiento de entonces) celebró una fiesta ya en las nuevas fechas, el 7 de julio de 1591, con el siguiente programa:
● Pregón de Fiestas, muy ceremonial.
● Torneo con lanzas en la actual Plaza del Castillo.
● Teatro: "Comedia y Tragedia del Bienaventurado San Fermín".
● Danzas, procesión por las calles, etc.
El día siguiente, se celebró una corrida de toros.
Fueron pasando los siglos, sin grandes cambios en los sanfermines. Pero desde 1950 aproximadamente, los cambios han sido acelerados. En primer lugar, por el incremento del nivel de vida. El pueblo (Pamplona tendría unos 20.000 habitantes) se juntaba en la Plaza Consistorial para recoger al Ayuntamiento y acompañarlo a la iglesia de San Lorenzo, donde en la capilla de San Fermín se celebraban, las Vísperas, en la tarde del 6 de julio. Tras la misa, pueblo y autoridades regresaban de la iglesia al Ayuntamiento, igualmente por la calle Mayor.
Desde 1950, aproximadamente, los sanfermines vienen evolucionando tanto como la sociedad. Han perdido mucho de su componente religioso, aunque la procesión sigue siendo multitudinaria y presenta algunos "momenticos" especialmente entrañables, como la jota que se canta al santo en la Plazuela del Consejo o el Agur jaunak interpretado en su honor en el lugar, frente a la iglesia de San Cernin en que se dice que fue bautizado. El "riau-riau", con el que el pueblo acompañaba, a los sones del "Vals de Astráin", al Ayuntamiento en cuerpo de ciudad, retardando lo más posible su marcha desde la Casa Consistorial hasta la iglesia de San Lorenzo, para celebrar aquí las Vísperas del Santo, ha tenido que suspenderse porque en los últimos años había sido ocasión de protestas y disturbios. Ahora bien, recientemente se está volviendo a festejar -originalmente, por iniciativa de clubs de jubilados-, aunque sin la corporación municipal.