ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Reliquias...

Reliquias

Tradicionalmente se ha dicho que san Juan Bautista está enterrado en la mezquita de Nabi Yahya, en Sebastia (Palestina), y se mencionó que sus reliquias eran veneradas ahí en el siglo iv. Rufino de Aquilea y Teodoreto de Ciro escribieron que el santuario fue profanado bajo el reinado de Juliano el Apóstata, alrededor del 362, y que sus huesos fueron parcialmente quemados. Parte de las reliquias rescatadas fueron llevadas a Jerusalén y, posteriormente, a Alejandría, donde el 27 de mayo del 395 se colocaron en una nueva basílica construida sobre un templo de Serapis. La tumba de Sebastia siguió siendo visitada por peregrinos y san Jerónimo mencionó que allí se producían milagros.

El destino de la cabeza de san Juan el Bautista es difícil de determinar. Nicéforo Calixto56​ y Simón Metafraste dicen que Herodías la enterró en la fortaleza de Maqueronte (la fortaleza donde, según Josefo, había sido ejecutado). Otros autores dicen que fue enterrada en el Palacio de Herodes de Jerusalén, donde fue encontrada en el reinado de Constantino I y llevada en secreto a Emesa, donde se escondió. El lugar donde se ocultó fue desconocido durante años, hasta que se descubrió en el 453. No obstante, el paño de la decapitación de Juan se conserva en la Catedral de Aquisgrán. La Iglesia ortodoxa dice que son ellos los que poseen las reliquias de san Juan Bautista en un monasterio del Bajo Egipto, entre El Cairo y Alejandría. Es posible, con el permiso de los monjes, ver la tumba donde, supuestamente, están sus restos.

Varios lugares afirman o han afirmado poseer la cabeza cortada de Juan el Bautista. El lugar oficial de la Iglesia católica es la capilla de san Juan Bautista (Nabi Yahya en árabe) de la Mezquita de los Omeyas de Damasco;​ El lugar fue visitado por el papa Juan Pablo II en 2001, que «hizo una pausa de un minuto para meditar en silencio ante la tumba de san Juan Bautista».​ No obstante, antes de creerse que estaba ahí la Iglesia católica también la ha situado en la iglesia de San Silvestro in Capite de Roma;​ en la Catedral de Amiens (a donde, supuestamente, había sido llevada por los templarios); y en algún lugar indeterminado de la ciudad turca de Antioquía. Otras tradiciones suponen que estaba en la Residencia de Múnich, Alemania (que fue la residencia oficial de los gobernantes de la casa de Wittelsbach de Baviera desde 1385 a 1918);​ o incluso en la iglesia parroquial de Tenterden, Kent, donde se conservó hasta la Reforma protestante.

Hay tradiciones de que la mano derecha del santo, con la que bautizó a Jesús se encuentra en el monasterio ortodoxo de Cetiña, en Montenegro; en el Palacio de Topkapi de Estambul; y en el skete rumano del Presursor en el monte Athos. Hay tradiciones de que la mano izquierda del santo se encuentra en la Iglesia apostólica armenia de San Juan en Hugli-Chuchura, Bengala Occidental, donde anualmente, en el «Día Chuchura», en enero, bendice a los fieles de Calcuta.​ Hay manuscritos del siglo XI y del XVI descubiertos en 1969 que dicen que una cripta del monasterio de San Macario el Grande en Scetes, Egipto, 61​ guarda reliquias de san Juan Bautista. También se dice que hay reliquias suyas en la catedral del monasterio de San Juan Bautista, en Gandzasar, Nagorno Karabaj donde según la tradición su cabeza fue traída desde Damasco y que traducido significa 'el tesoro de la montaña'. El santuario ha sido y sigue siendo un referente de la cultura Cristiana oriental a pesar de múltiples intentos de destrucción por las conquistas musulmanas.

Hay otra tradición en la ciudad de Halifax, en Yorkshire del Oeste, Reino Unido, que tiene la cabeza de Juan en su escudo de armas. Una leyenda que aparece en la obra Britannia de William Camden, del siglo XVI, dice que el nombre de la ciudad (halig, sagrado, y fax, cara) hace referencia a que los primeros religiosos que se asentaron en la zona trajeron consigo la cabeza de Juan el Bautista.​

En 2010 se descubrieron algunos huesos en las ruinas de la iglesia del monasterio de San Juan el Precursor en la isla búlgara de San Iván, en el mar Negro. Dos años después, tras un análisis de ADN y de datación por radiocarbono, se probó que los huesos pertenecían a un hombre de Oriente Próximo que vivió en el siglo I a. C., por lo que pudieron haber pertenecido a Juan el Bautista.​​ En la actualidad, los restos se encuentran en un relicario en la iglesia de San Cirilo y Metodio, en Sozopol.