Culto
El culto de esta santa fue avalado en 1909 por el descubrimiento de un «servicio eucarístico», constituido por un conjunto de plato y tres copones, que se supone que fueron utilizados en la celebración de la eucaristía. El plato tiene un pez grabado (el ’ichtus, como en Autun) y el nombre de «Regina». El conjunto, datado en el siglo IV, parece disipar las dudas sobre la existencia de la joven mártir.
El pueblo, Alise-Sainte-Reine, que creció al pie del monte Auxois, la tomó como patrona y, todos los años, los habitantes organizan la representación de un misterio teatral en su memoria y honor. Esta tradición está acreditada desde 866 y perdura en nuestros días. Sería el misterio más antiguo de los celebrados ininterrumpidamente en Francia. En 1271, se procedió al engaste en un busto relicario en plata, con las armas de Francia, de Castilla y de la antigua Borgoña.
La Cofradía de Santa Regina data de 1544. Fue creada por los religiosos de Flavigny. En 1644, con la reforma de los benedictinos de San Mauro, el peregrinaje se revitalizó y, en 1659, a los miembros de la Cofradía Monseñor Louis Doni d'Attichy, obispo de Autun, les concedió 40 días de indulgencia. En el siglo XVI, los monjes pasaban la cadena de santa Regina en torno al cuello de los peregrinos. Actualmente, esta cadena se conserva en la iglesia parroquial de Flavigny-sur-Ozerain y está expuesta cada 7 de septiembre, día de la fiesta, para su veneración por los peregrinos.
Sus reliquias se conservan en la abadía de Saint-Pierre de Flavigny-sur-Ozerain desde mediados del siglo IX, siempre en el mismo sarcófago. La cripta se preparó para recibir el cuerpo de la santa. Dicha cripta, de nave central, cuenta con un deambulatorio lateral, que se prolonga hacia el este por un pasillo que da a una rotonda del mismo estilo que la de la Abadía de San Germán de Auxerre. En el siglo XVII, las reliquias de la santa fueron depositadas en un armario tras el altar mayor, exponiéndose en un monumento el día de su fiesta.
En 1648, los monjes de Flavigny tienen conocimiento de la existencia de otro cuerpo, del que se asegura que es el de santa Regina, que había sido entregado por Carlomagno a Osnabrück en Westfalia. Los monjes hicieron traer una reliquia de ese cuerpo, lo que provocó un conflicto entre los Cordeliers (franciscanos) de Alise y los benedictinos de Flavigny sobre la autenticidad de dicha reliquia.
Las similitudes que existen con la vida de Margarita de Antioquía llevan a ciertos autores a consideran que la narración de la historia de santa Regina es apócrifa, y que la tradición puede provenir del recuerdo de un hecho local.
El culto de esta santa fue avalado en 1909 por el descubrimiento de un «servicio eucarístico», constituido por un conjunto de plato y tres copones, que se supone que fueron utilizados en la celebración de la eucaristía. El plato tiene un pez grabado (el ’ichtus, como en Autun) y el nombre de «Regina». El conjunto, datado en el siglo IV, parece disipar las dudas sobre la existencia de la joven mártir.
El pueblo, Alise-Sainte-Reine, que creció al pie del monte Auxois, la tomó como patrona y, todos los años, los habitantes organizan la representación de un misterio teatral en su memoria y honor. Esta tradición está acreditada desde 866 y perdura en nuestros días. Sería el misterio más antiguo de los celebrados ininterrumpidamente en Francia. En 1271, se procedió al engaste en un busto relicario en plata, con las armas de Francia, de Castilla y de la antigua Borgoña.
La Cofradía de Santa Regina data de 1544. Fue creada por los religiosos de Flavigny. En 1644, con la reforma de los benedictinos de San Mauro, el peregrinaje se revitalizó y, en 1659, a los miembros de la Cofradía Monseñor Louis Doni d'Attichy, obispo de Autun, les concedió 40 días de indulgencia. En el siglo XVI, los monjes pasaban la cadena de santa Regina en torno al cuello de los peregrinos. Actualmente, esta cadena se conserva en la iglesia parroquial de Flavigny-sur-Ozerain y está expuesta cada 7 de septiembre, día de la fiesta, para su veneración por los peregrinos.
Sus reliquias se conservan en la abadía de Saint-Pierre de Flavigny-sur-Ozerain desde mediados del siglo IX, siempre en el mismo sarcófago. La cripta se preparó para recibir el cuerpo de la santa. Dicha cripta, de nave central, cuenta con un deambulatorio lateral, que se prolonga hacia el este por un pasillo que da a una rotonda del mismo estilo que la de la Abadía de San Germán de Auxerre. En el siglo XVII, las reliquias de la santa fueron depositadas en un armario tras el altar mayor, exponiéndose en un monumento el día de su fiesta.
En 1648, los monjes de Flavigny tienen conocimiento de la existencia de otro cuerpo, del que se asegura que es el de santa Regina, que había sido entregado por Carlomagno a Osnabrück en Westfalia. Los monjes hicieron traer una reliquia de ese cuerpo, lo que provocó un conflicto entre los Cordeliers (franciscanos) de Alise y los benedictinos de Flavigny sobre la autenticidad de dicha reliquia.
Las similitudes que existen con la vida de Margarita de Antioquía llevan a ciertos autores a consideran que la narración de la historia de santa Regina es apócrifa, y que la tradición puede provenir del recuerdo de un hecho local.