Al pie de la horca
Mientras Fucik se encontraba recluido en la celda 207 de la prisión Pankrác, un guardia de las SS de origen checo que lo llevaba a la celda entabló conversación con él y posteriormente le trajo un lápiz y un papel que no quiso utilizar por temor a que se tratase de una trampa.
Sin embargo, con ellos escribiría hoja por hoja Al pie de la horca. Un reportaje que cuenta sobre las condiciones y vida de la prisión: personas, torturas, salas y sentimientos. Estos escritos serían recopilados y publicados con posterioridad a su muerte.
El 9 de junio de 1943, escribiría su último testimonio "Un trozo de historia", ya que estaba convencido de que no tendría otra ocasión de escribir puesto que esa misma noche lo llevarían al Tribunal, al Reich y otros. Al finalizar el texto diría:
"También mi juego se aproxima a su fin. No puedo describirlo. No lo conozco. Ya no es un juego. Es la vida. Y en la vida no hay espectadores. El telón se levanta. Hombres: os he amado. ¡Estad alerta!".
Mientras Fucik se encontraba recluido en la celda 207 de la prisión Pankrác, un guardia de las SS de origen checo que lo llevaba a la celda entabló conversación con él y posteriormente le trajo un lápiz y un papel que no quiso utilizar por temor a que se tratase de una trampa.
Sin embargo, con ellos escribiría hoja por hoja Al pie de la horca. Un reportaje que cuenta sobre las condiciones y vida de la prisión: personas, torturas, salas y sentimientos. Estos escritos serían recopilados y publicados con posterioridad a su muerte.
El 9 de junio de 1943, escribiría su último testimonio "Un trozo de historia", ya que estaba convencido de que no tendría otra ocasión de escribir puesto que esa misma noche lo llevarían al Tribunal, al Reich y otros. Al finalizar el texto diría:
"También mi juego se aproxima a su fin. No puedo describirlo. No lo conozco. Ya no es un juego. Es la vida. Y en la vida no hay espectadores. El telón se levanta. Hombres: os he amado. ¡Estad alerta!".