LÉXICO - LAS COSAS Y SUS NOMBRES - LA FRASE - EL REFRÁN - FIESTAS
TEMAS DEL DIA EN EL ALMANAQUE
El Almanaque es un medio abierto a todas las opiniones. La opinión de los artículos es responsabilidad de sus autores
Buscador temático del Almanaque - EL ALMANAQUE dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA. Por Mariano Arnal
EL NOMBRE DE LAS COSAS NOMINA RERUM
ETIMOLOGIAS - ORIGEN DE LAS PALABRAS
LÉXICO: MEDICINA - EDUCACIÓN - RELIGIÓN - DERECHO-POLÍTICA - AMOR Y SEXO - ECOLOGÍA
LAS COSAS Y SUS NOMBRES: ORIGEN DE LA PALABRA
LA FRASE: Notat et designat óculis ad caedem unumquemque nostrum. Cicerón
CON UNA SEÑAL DE LOS OJOS INDICA QUIÉN DE NOSOTROS HA DE SER EL SIGUIENTE ASESINADO.
Catilina no era tonto, ni siquiera señalaba con el dedo quién había de ser el siguiente representante del pueblo al que debían asesinar sus sicarios, con los que naturalmente, no tenía nada que ver. ¿Quién se atrevería a calumniarle de tamaña atrocidad?
El REFRÁN: TANTO DECÍS, QUE CREO QUE MENTÍS
¡Hay que ver la cantidad de palabras que se necesitan para sostener con ellas lo contrario de lo que vemos con nuestros propios ojos.! En cambio ni siquiera necesita palabras lo que es evidente. Pero el cinismo es una de las grandes virtudes políticas, y como decía Goebels (el ministro de propaganda de Hitler), una mentira dicha mil veces se convierte en una verdad.
EL ALMANAQUE se detiene hoy en el análisis de la calumnia.
LÉXICO: CALUMNIA
Se entiende por calumnia, la acusación falsa, hecha maliciosamente y con el fin de causar daño. Este es el significado convencional. Si nos circunscribimos al ámbito judicial, la calumnia es la falsa imputación de uno de los delitos que han de ser perseguidos de oficio por la fiscalía. La calumnia es un atentado contra el honor. Para que alguien pueda ser acusado de calumniador, es preciso que exista voluntad criminal; y ésta se demuestra a la vista de la gratuidad absoluta de la imputación, sin que haya ni sospechas razonables ni indicios que puedan inducir por error a la calumnia.
Se entiende que no hay delito cuando existe la obligación de denunciar en virtud del oficio o responsabilidad que uno ostenta (en este caso, se trata de un error profesional, tan grave si se quiere como el del cirujano en su oficio). Ni el cirujano puede dejar de operar por evitar todo riesgo de error, ni el parlamentario y demás representantes del pueblo y de su opinión pueden dejar de hablar sólo porque existe algún riesgo de error. Lo han de asumir. Ante todo tienen la obligación de emplearse todos los días en su oficio, sin eludir ni responsabilidades ni riesgos.
Yendo al origen de la palabra, está claro que venimos del latín calumnia. Están de acuerdo los etimologistas en que su origen más razonable es el verbo calvor (grafía antigua, caluor; es decir, la raíz calu, más la desinencia or). Y esta raíz la traen del verbo griego kaluw (kalýo), forma arcaica de kaluptw (kalýpto), que significa cubrir, envolver, ocultar (que es el contrario de la alhqeia (alézeia) = lo que no se oculta= la verdad).
El verbo caluor (calvor) significa engañar, abusar, defraudar, frustrar, escaparse, escurrirse. La calumnia es la acusación falsa, la astucia, la impostura. El sustantivo calumniatio es un término judicial que se refiere al uso de sutilezas, argucias y tergiversaciones en los juicios. Es la inclinación al retorcimiento. En cualquier caso subyace siempre el significado de ocultación o de visión alterada de la realidad, es decir que la calumnia no es nunca ex nihilo de la nada), sino que constituye una presentación falseada de las cosas.
Calumnia religionis llamaba Cicerón a la falsa interpretación de los libros sibilinos. Al recurso a las sutilezas, lo llamaba calumniam adhibere. Calumnia dicendi, tempus exemit = consumió el tiempo con la calumnia del decir (=hablando en el vacío). Por supuesto que ya los romanos le dieron el significado que tiene para nosotros el delito de calumnia; pero ese fue sólo uno de tantos, y en absoluto el principal. No puede serlo, desde el momento en que es compartido por otros significados triviales, que no pueden considerarse metafóricos en absoluto.
Por eso cuando llegamos al verbo calumnior, calumniari, calumniatus sum, predomina el significado de criticar sobre el de calumniar. Dicho de otro modo: se usan tanto los significados más leves, que despojan de toda gravedad al significado delictivo, que ni siquiera está en el origen del lexema.
El resultado es que por más que nos hayamos quedado sólo con el valor de calumniar para este verbo y le hayamos asignado una definición muy precisa, es de esos delitos dificilísimos de definir y concluir, porque en él han de coincidir la manifiesta e inequívoca mala voluntad por una parte, y la evidente inadecuación entre la calumnia y la realidad, de manera que ésta no haya contribuido en absoluto a que se generase aquella.
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EL NOMBRE DE LAS COSAS NOMINA RERUM
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LÉXICO: MEDICINA - EDUCACIÓN - RELIGIÓN - DERECHO-POLÍTICA - AMOR Y SEXO - ECOLOGÍA
LAS COSAS Y SUS NOMBRES: ORIGEN DE LA PALABRA
LA FRASE: Notat et designat óculis ad caedem unumquemque nostrum. Cicerón
CON UNA SEÑAL DE LOS OJOS INDICA QUIÉN DE NOSOTROS HA DE SER EL SIGUIENTE ASESINADO.
Catilina no era tonto, ni siquiera señalaba con el dedo quién había de ser el siguiente representante del pueblo al que debían asesinar sus sicarios, con los que naturalmente, no tenía nada que ver. ¿Quién se atrevería a calumniarle de tamaña atrocidad?
El REFRÁN: TANTO DECÍS, QUE CREO QUE MENTÍS
¡Hay que ver la cantidad de palabras que se necesitan para sostener con ellas lo contrario de lo que vemos con nuestros propios ojos.! En cambio ni siquiera necesita palabras lo que es evidente. Pero el cinismo es una de las grandes virtudes políticas, y como decía Goebels (el ministro de propaganda de Hitler), una mentira dicha mil veces se convierte en una verdad.
EL ALMANAQUE se detiene hoy en el análisis de la calumnia.
LÉXICO: CALUMNIA
Se entiende por calumnia, la acusación falsa, hecha maliciosamente y con el fin de causar daño. Este es el significado convencional. Si nos circunscribimos al ámbito judicial, la calumnia es la falsa imputación de uno de los delitos que han de ser perseguidos de oficio por la fiscalía. La calumnia es un atentado contra el honor. Para que alguien pueda ser acusado de calumniador, es preciso que exista voluntad criminal; y ésta se demuestra a la vista de la gratuidad absoluta de la imputación, sin que haya ni sospechas razonables ni indicios que puedan inducir por error a la calumnia.
Se entiende que no hay delito cuando existe la obligación de denunciar en virtud del oficio o responsabilidad que uno ostenta (en este caso, se trata de un error profesional, tan grave si se quiere como el del cirujano en su oficio). Ni el cirujano puede dejar de operar por evitar todo riesgo de error, ni el parlamentario y demás representantes del pueblo y de su opinión pueden dejar de hablar sólo porque existe algún riesgo de error. Lo han de asumir. Ante todo tienen la obligación de emplearse todos los días en su oficio, sin eludir ni responsabilidades ni riesgos.
Yendo al origen de la palabra, está claro que venimos del latín calumnia. Están de acuerdo los etimologistas en que su origen más razonable es el verbo calvor (grafía antigua, caluor; es decir, la raíz calu, más la desinencia or). Y esta raíz la traen del verbo griego kaluw (kalýo), forma arcaica de kaluptw (kalýpto), que significa cubrir, envolver, ocultar (que es el contrario de la alhqeia (alézeia) = lo que no se oculta= la verdad).
El verbo caluor (calvor) significa engañar, abusar, defraudar, frustrar, escaparse, escurrirse. La calumnia es la acusación falsa, la astucia, la impostura. El sustantivo calumniatio es un término judicial que se refiere al uso de sutilezas, argucias y tergiversaciones en los juicios. Es la inclinación al retorcimiento. En cualquier caso subyace siempre el significado de ocultación o de visión alterada de la realidad, es decir que la calumnia no es nunca ex nihilo de la nada), sino que constituye una presentación falseada de las cosas.
Calumnia religionis llamaba Cicerón a la falsa interpretación de los libros sibilinos. Al recurso a las sutilezas, lo llamaba calumniam adhibere. Calumnia dicendi, tempus exemit = consumió el tiempo con la calumnia del decir (=hablando en el vacío). Por supuesto que ya los romanos le dieron el significado que tiene para nosotros el delito de calumnia; pero ese fue sólo uno de tantos, y en absoluto el principal. No puede serlo, desde el momento en que es compartido por otros significados triviales, que no pueden considerarse metafóricos en absoluto.
Por eso cuando llegamos al verbo calumnior, calumniari, calumniatus sum, predomina el significado de criticar sobre el de calumniar. Dicho de otro modo: se usan tanto los significados más leves, que despojan de toda gravedad al significado delictivo, que ni siquiera está en el origen del lexema.
El resultado es que por más que nos hayamos quedado sólo con el valor de calumniar para este verbo y le hayamos asignado una definición muy precisa, es de esos delitos dificilísimos de definir y concluir, porque en él han de coincidir la manifiesta e inequívoca mala voluntad por una parte, y la evidente inadecuación entre la calumnia y la realidad, de manera que ésta no haya contribuido en absoluto a que se generase aquella.