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6. Comer solo carbohidratos
Los carbohidratos son una fuente de energía saludable e importante, pero no son lo único que el cuerpo necesita para funcionar de la mejor manera. Las proteínas y las grasas tardan más en gastarse como combustible y mantienen saciado por más tiempo. Tener un buen equilibrio de proteínas, grasas y carbohidratos puede evitar que el azúcar en la sangre se dispare.
Una pieza de fruta es nutritiva y puede ser excelente para comer con el desayuno, pero hay que asegurarse de comer otra cosa o arriesgarse a tener hambre poco después. Y hay que tener cuidado con los cereales, otro de los componentes típicos de muchos desayunos, el cereal puede ser una bomba de azúcar sorprendente. Dependiendo de la marca, más de la mitad de cada tazón podría estar hecho de azúcar, y a menudo se combina con poca proteína. La mayoría de la gente que come cereales echa el doble de lo que debería, unos pocos cereales unido a un yogur, leche o fruta es lo recomendable. Un buen desayuno debe ser una mezcla de proteínas y alimentos ricos en fibra, por ejemplo, huevos con verduras, yogur griego con frutas, nueces y semillas, una combinación perfecta para mantener estable el azúcar en la sangre y el estómago lleno.
7. Confiar en los huevos para obtener proteínas
Los huevos, especialmente los revueltos, son definitivamente una opción en muchos desayunos, pero no hay que comerlos tanto que se conviertan en un lastre total.
Mucha gente evita calorías cuando omite las yemas, pero ese es también un error, la yema del huevo es donde se encuentra la mayor parte de los nutrientes: ácido fólico, vitamina D, hierro... hay que tomar el huevo completo, pero como todo con moderación, es mejor variar y cada día tomar algo distinto.
8. No beber suficiente agua por la mañana
Aunque casi todos los desayunos incluyen café, es importante darle al cuerpo el líquido que necesita después de una noche larga y seca. Una de las primeras cosas que se debe hacer todas las mañanas es beber un vaso de agua, idealmente con un poco de limón. A veces la sed nos engaña haciéndonos creer que tenemos hambre, pero si te mantienes hidratado desde el principio, será menos probable que suceda. Tomar o no zumos en el desayuno es un tema en permanente discusión. Aunque son una forma integral de acelerar el consumo de frutas y verduras, carecen de fibra, lo que en última instancia aumenta el hambre y la somnolencia poco después del consumo. Si la rutina matutina incluye zumos, hay que combinarlos con una alternativa que contenga proteínas y fibra.
9. Beber siempre leche desnatada
La leche sin grasa puede parecer una opción virtuosa, pero lo que se ahorra en calorías se pierde cuando el cuerpo no puede absorber sus nutrientes. Las vitaminas con las que la leche está fortificada son liposolubles, por lo que es importante tener algo de grasa para esos nutrientes. La leche de soja, almendras y coco puede ser una alternativa saludable a la leche láctea, si se usan versiones sin azúcar agregada.
10. No disfrutar de un antojo
Una parte crucial de una alimentación saludable es disfrutar, uno no come por nutrición exclusivamente, una buena salud implica disfrute, experiencia y felicidad. Hay muchos alimentos que no son la mejor opción para el desayuno si se come para proporcionar energía y mantenerse en forma, pero si el propósito es satisfacer un antojo o comer para disfrutar y ser feliz en realidad los antojos son una buena opción. No hay que abusar de comidas “poco sanas”, pero todo en su justa medida, lo más importante para una buena nutrición es el equilibrio y la variedad.
Leandro Palomo, Responsable de Salud y seguridad de Thyssenkrupp Home Solutions ha dicho: “Desde thyssenkurpp Home Solutions sabemos que disfrutar de un buen desayuno es fundamental para empezar bien el día, no es la comida más importante, como se cree, ya que todas lo son, y depende de nuestra actividad física diaria, horarios, jornada laboral... pero si es verdad que es la que nos ayuda a comenzar el día con ánimo, fuerza y energía, así que animamos a todos a intentar cuidar los desayunos, ser creativos, diversificar y no cometer ciertos errores.”
6. Comer solo carbohidratos
Los carbohidratos son una fuente de energía saludable e importante, pero no son lo único que el cuerpo necesita para funcionar de la mejor manera. Las proteínas y las grasas tardan más en gastarse como combustible y mantienen saciado por más tiempo. Tener un buen equilibrio de proteínas, grasas y carbohidratos puede evitar que el azúcar en la sangre se dispare.
Una pieza de fruta es nutritiva y puede ser excelente para comer con el desayuno, pero hay que asegurarse de comer otra cosa o arriesgarse a tener hambre poco después. Y hay que tener cuidado con los cereales, otro de los componentes típicos de muchos desayunos, el cereal puede ser una bomba de azúcar sorprendente. Dependiendo de la marca, más de la mitad de cada tazón podría estar hecho de azúcar, y a menudo se combina con poca proteína. La mayoría de la gente que come cereales echa el doble de lo que debería, unos pocos cereales unido a un yogur, leche o fruta es lo recomendable. Un buen desayuno debe ser una mezcla de proteínas y alimentos ricos en fibra, por ejemplo, huevos con verduras, yogur griego con frutas, nueces y semillas, una combinación perfecta para mantener estable el azúcar en la sangre y el estómago lleno.
7. Confiar en los huevos para obtener proteínas
Los huevos, especialmente los revueltos, son definitivamente una opción en muchos desayunos, pero no hay que comerlos tanto que se conviertan en un lastre total.
Mucha gente evita calorías cuando omite las yemas, pero ese es también un error, la yema del huevo es donde se encuentra la mayor parte de los nutrientes: ácido fólico, vitamina D, hierro... hay que tomar el huevo completo, pero como todo con moderación, es mejor variar y cada día tomar algo distinto.
8. No beber suficiente agua por la mañana
Aunque casi todos los desayunos incluyen café, es importante darle al cuerpo el líquido que necesita después de una noche larga y seca. Una de las primeras cosas que se debe hacer todas las mañanas es beber un vaso de agua, idealmente con un poco de limón. A veces la sed nos engaña haciéndonos creer que tenemos hambre, pero si te mantienes hidratado desde el principio, será menos probable que suceda. Tomar o no zumos en el desayuno es un tema en permanente discusión. Aunque son una forma integral de acelerar el consumo de frutas y verduras, carecen de fibra, lo que en última instancia aumenta el hambre y la somnolencia poco después del consumo. Si la rutina matutina incluye zumos, hay que combinarlos con una alternativa que contenga proteínas y fibra.
9. Beber siempre leche desnatada
La leche sin grasa puede parecer una opción virtuosa, pero lo que se ahorra en calorías se pierde cuando el cuerpo no puede absorber sus nutrientes. Las vitaminas con las que la leche está fortificada son liposolubles, por lo que es importante tener algo de grasa para esos nutrientes. La leche de soja, almendras y coco puede ser una alternativa saludable a la leche láctea, si se usan versiones sin azúcar agregada.
10. No disfrutar de un antojo
Una parte crucial de una alimentación saludable es disfrutar, uno no come por nutrición exclusivamente, una buena salud implica disfrute, experiencia y felicidad. Hay muchos alimentos que no son la mejor opción para el desayuno si se come para proporcionar energía y mantenerse en forma, pero si el propósito es satisfacer un antojo o comer para disfrutar y ser feliz en realidad los antojos son una buena opción. No hay que abusar de comidas “poco sanas”, pero todo en su justa medida, lo más importante para una buena nutrición es el equilibrio y la variedad.
Leandro Palomo, Responsable de Salud y seguridad de Thyssenkrupp Home Solutions ha dicho: “Desde thyssenkurpp Home Solutions sabemos que disfrutar de un buen desayuno es fundamental para empezar bien el día, no es la comida más importante, como se cree, ya que todas lo son, y depende de nuestra actividad física diaria, horarios, jornada laboral... pero si es verdad que es la que nos ayuda a comenzar el día con ánimo, fuerza y energía, así que animamos a todos a intentar cuidar los desayunos, ser creativos, diversificar y no cometer ciertos errores.”