Los payasos también son humanos
El oficio de payaso no es una labor sencilla, ya que tienen la responsabilidad de hacer divertir sanamente al público, especialmente al infantil.
En ocasiones su trabajo no es realmente valorado ni bien remunerado, tampoco cuentan con un sistema de salud o de seguridad social que los respalde. Aparte de caracterizar a un personaje divertido son personas como cualquier otra, que pueden estar atravesando problemas y dificultades familiares, económicas y personales.
La mayoría de ellos colaboran desinteresadamente en eventos y actividades benéficas, con la finalidad de arrancar una sonrisa a una persona enferma o con capacidades distintas.
Por otra parte, se ha desvirtuado la imagen afable y noble de estos personajes, debido a clichés o estereotipos que podemos ver reflejado en películas de terror, mostrando a payasos asesinos y monstruosos. Igualmente, se observan en las calles la proliferación de grupos que se escudan en máscaras de payasos para cometer fechorías y actos, contrarios a la moral cívica y ciudadana.
Debemos reconocer la labor e impacto social de los payasos en el mundo que va más allá del ridículo y las risas, destacando su activa participación en actividades benéficas, intervenciones comunitarias y humanitarias en hospitales, albergues, centros penitenciarios y campos de refugiados. Siempre estarán allí dispuestos a robar la sonrisa de un niño o de un adulto.
El oficio de payaso no es una labor sencilla, ya que tienen la responsabilidad de hacer divertir sanamente al público, especialmente al infantil.
En ocasiones su trabajo no es realmente valorado ni bien remunerado, tampoco cuentan con un sistema de salud o de seguridad social que los respalde. Aparte de caracterizar a un personaje divertido son personas como cualquier otra, que pueden estar atravesando problemas y dificultades familiares, económicas y personales.
La mayoría de ellos colaboran desinteresadamente en eventos y actividades benéficas, con la finalidad de arrancar una sonrisa a una persona enferma o con capacidades distintas.
Por otra parte, se ha desvirtuado la imagen afable y noble de estos personajes, debido a clichés o estereotipos que podemos ver reflejado en películas de terror, mostrando a payasos asesinos y monstruosos. Igualmente, se observan en las calles la proliferación de grupos que se escudan en máscaras de payasos para cometer fechorías y actos, contrarios a la moral cívica y ciudadana.
Debemos reconocer la labor e impacto social de los payasos en el mundo que va más allá del ridículo y las risas, destacando su activa participación en actividades benéficas, intervenciones comunitarias y humanitarias en hospitales, albergues, centros penitenciarios y campos de refugiados. Siempre estarán allí dispuestos a robar la sonrisa de un niño o de un adulto.