La basílica de los tres emperadores
La pequeña construcción constantiniana debió parecer inadecuada a los emperadores que le sucedieron, sobre todo desde la óptica de una revitalización de la figura de Pablo durante el período de la tetrarquía. Resultaba minúscula, sobre todo si se la comparaba con la Basílica de san Pedro. Por ello fue destruida para dar lugar a una gran basílica con cinco naves, más parecida a la basílica vaticana.
Bajo el reinado conjunto de los emperadores Teodosio I (379-395), Graciano (367-383) y Valentiniano II (375-392) fue erigida la basílica cuya estructura permanecerá en pie hasta el desastroso incendio de 1823. Esta basílica tenía al Este la Vía Ostiense (la carretera hacia Ostia) por lo que hubo que extenderla hacia el Oeste, hacia el río Tíber, cambiando diametralmente la orientación. La entrada se colocó hacia el río Tíber, en lugar de hacia la vía Ostiense, y esta es la orientación actual, utilizando la actual basílica parte de las estructuras murales que sobrevivieron al incendio.
En 384, Valentiniano II decidió el inicio de los trabajos, como da prueba una carta dirigida por el emperador al prefecto de la ciudad de Roma, Salustio, que se encargaba del estudio de los trabajos. Este edificio se llama “Teodosiano”, aunque fue terminado bajo Honorio. Fue construido por Cirade, llamado "Profesor Mechanicus" que proyectó un plan de cinco naves y un pórtico con cuatro arcos. El papa Siricio consagró el edificio.
Adiciones posteriores, como el arco triunfal sobre columnas monumentales y el espléndido mosaico que lo decoraba, se atribuyen respectivamente a las restauraciones efectuadas por Gala Placidia (390-450) y otras intervenciones del papa León I el Magno (440-461). Gala Placidia, hija de Teodosio y esposa de Honorio, añadió el mosaico del arco de triunfo, que se rehará entre los siglos viii y ix. Por su parte, el papa León I ordenó la realización de los tondos con retratos papales que recorrían todas las arcadas de la nave central; algunos de ellos, que sobrevivieron al incendio, se conservan en la Raccolta de Rossi, en el antiguo monasterio, junto a otros restaurados a lo largo de los siglos. Hoy en día pueden verse estos retratos, en un friso que se extiende sobre las columnas que separan las cuatro naves y pasillos. A León el Grande se atribuye también la elevación del transepto, para lo cual fue necesario subir el lugar devocional correspondiente a la tumba del apóstol.
El poeta cristiano Prudencio (348-h. 413) describe los esplendores del monumento en unas pocas pero expresivas líneas. Se dedicó también a los santos Taurino y Herculano, mártires de Ostia en el siglo v, se le llamó la basilica trium Dominorum 'basílica de los tres señores'.
De la antigua basílica solo queda la porción interior del ábside con el arco triunfal y los mosaicos de este último.
La pequeña construcción constantiniana debió parecer inadecuada a los emperadores que le sucedieron, sobre todo desde la óptica de una revitalización de la figura de Pablo durante el período de la tetrarquía. Resultaba minúscula, sobre todo si se la comparaba con la Basílica de san Pedro. Por ello fue destruida para dar lugar a una gran basílica con cinco naves, más parecida a la basílica vaticana.
Bajo el reinado conjunto de los emperadores Teodosio I (379-395), Graciano (367-383) y Valentiniano II (375-392) fue erigida la basílica cuya estructura permanecerá en pie hasta el desastroso incendio de 1823. Esta basílica tenía al Este la Vía Ostiense (la carretera hacia Ostia) por lo que hubo que extenderla hacia el Oeste, hacia el río Tíber, cambiando diametralmente la orientación. La entrada se colocó hacia el río Tíber, en lugar de hacia la vía Ostiense, y esta es la orientación actual, utilizando la actual basílica parte de las estructuras murales que sobrevivieron al incendio.
En 384, Valentiniano II decidió el inicio de los trabajos, como da prueba una carta dirigida por el emperador al prefecto de la ciudad de Roma, Salustio, que se encargaba del estudio de los trabajos. Este edificio se llama “Teodosiano”, aunque fue terminado bajo Honorio. Fue construido por Cirade, llamado "Profesor Mechanicus" que proyectó un plan de cinco naves y un pórtico con cuatro arcos. El papa Siricio consagró el edificio.
Adiciones posteriores, como el arco triunfal sobre columnas monumentales y el espléndido mosaico que lo decoraba, se atribuyen respectivamente a las restauraciones efectuadas por Gala Placidia (390-450) y otras intervenciones del papa León I el Magno (440-461). Gala Placidia, hija de Teodosio y esposa de Honorio, añadió el mosaico del arco de triunfo, que se rehará entre los siglos viii y ix. Por su parte, el papa León I ordenó la realización de los tondos con retratos papales que recorrían todas las arcadas de la nave central; algunos de ellos, que sobrevivieron al incendio, se conservan en la Raccolta de Rossi, en el antiguo monasterio, junto a otros restaurados a lo largo de los siglos. Hoy en día pueden verse estos retratos, en un friso que se extiende sobre las columnas que separan las cuatro naves y pasillos. A León el Grande se atribuye también la elevación del transepto, para lo cual fue necesario subir el lugar devocional correspondiente a la tumba del apóstol.
El poeta cristiano Prudencio (348-h. 413) describe los esplendores del monumento en unas pocas pero expresivas líneas. Se dedicó también a los santos Taurino y Herculano, mártires de Ostia en el siglo v, se le llamó la basilica trium Dominorum 'basílica de los tres señores'.
De la antigua basílica solo queda la porción interior del ábside con el arco triunfal y los mosaicos de este último.