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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Excavación de la tumba de san Pablo...

Excavación de la tumba de san Pablo

Se supone que la basílica se fundó precisamente sobre la tumba de Pablo de Tarso. La crónica del monasterio benedictino unido a la basílica menciona, al hablar de la reconstrucción posterior al incendio, que se encontró un gran sarcófago de mármol encima del cual había dos losas o tablas de madera con las palabras "Paulo Apostolo Mart (yri)" (A Pablo, el Apóstol y Mártir). Sin embargo, a diferencia de otros sarcófagos que se encontraron entonces, no fue mencionado en los papeles de la excavación.

El 6 de diciembre de 2006, se anunció que arqueólogos del Vaticano habían descubierto, detrás del altar, un sarcófago que puede que contenga los restos del apóstol.​ Hubo una conferencia de prensa el 11 de diciembre de 2006​ que dio más detalles del trabajo de la excavación, que duró desde 2002 hasta el 22 de septiembre de 2006, y que comenzó después de que los peregrinos a la basílica durante el año jubilar de 2000 expresaran su decepción por no poder visitar o tocar la tumba del apóstol. En el año 2009, en las vísperas de la clausura del Año Paulino, el papa Benedicto XVI anunció los resultados de las investigaciones realizadas sobre el sarcófago:

«Nos encontramos reunidos junto a la tumba del Apóstol, cuyo sarcófago, conservado bajo el altar papal, recientemente ha sido objeto de un esmerado análisis científico: en el sarcófago, que nunca había sido abierto en muchos siglos, se realizó una pequeñísima perforación para introducir una sonda especial, mediante la cual se descubrieron rastros de un valioso tejido de lino teñido de púrpura, laminado con oro coronario, y de un tejido de color azul con fibras de lino.

También se constató la presencia de granos de incienso rojo y de sustancias proteínicas y calcáreas. Además, se comprobó que algunos fragmentos óseos muy pequeños, sometidos al examen del carbono 14 por expertos que desconocían su procedencia, pertenecían a una persona que vivió entre los siglos I y II. Eso parece confirmar la tradición unánime y concorde, según la cual se trata de los restos mortales del apóstol san Pablo».​

El sarcófago aún no se ha sacado de su posición, de manera que sólo puede verse uno de sus laterales.​

Una curvada línea de ladrillos indicando el perfil del ábside de la basílica de Constantino fue descubierta inmediatamente al oeste del sarcófago, mostrando que la basílica original tenía su entrada al Este.

Durante las diversas excavaciones de la primera mitad del siglo XIX hasta hoy han emergido más de 1700 lastras con inscripciones, que servían de lápidas a las otras 5000 sepulturas que se calcula que están aún bajo el pavimento de la basílica. Las basílicas martiriales, no solo en Roma, fueron utilizadas desde el siglo IV en adelante como enormes cementerios cubiertos, con una densa estratificación y numerosos casos de «hurtos de tumba».