Muerte
En su gran deseo por la oración, se retiró durante un año a la torre real de Hunstanton y aprendió los Salmos de memoria para poder recitarlos de manera frecuente. Con valentía rechazó a los jefes daneses Hinguar (Ivar el Deshuesado) y Hubba (Ubbe Ragnarsson), quienes habían invadido sus dominios. Estos caudillos regresaron con una cantidad ingente de tropas, con las que atacaron. Ante ello y como cristiano, Edmundo se sintió obligado a rechazar tal ataque, aunque en su deseo de evitar una inútil masacre, puso en desbandada a sus tropas y se retiró a Framlingham. En el camino, cayó en manos de los invasores.
Teniéndole encadenado, sus captores le condujeron ante Hinguar, cuyas demandas nuevamente fueron rechazadas por Edmundo: la libertad a cambio del reino. No quiso renunciar a la fe, declarando que su religión era más importante para él que su propia vida. Su martirio tuvo lugar en 870 en Hoxne en Suffolk.
En medio de las torturas Edmundo continuó clamando por el nombre de Jesús, hasta que sus enemigos, ya desesperados, empezaron a lanzar flechas contra él. Continuaron con esta crueldad, hasta que su cuerpo estaba completamente agujereado. Posteriormente fue decapitado. Su reino pasó a manos danesas.
Según Abbo de Fleury, que dijo haberlo escuchado de san Dunstán, que había dado testimonios de tales hechos, Edmundo no quiso luchar contra los daneses prefiriendo la postura de mártir y de ese modo seguir el ejemplo de Cristo, que prohibió a Pedro luchar contra los judíos que venían a detenerlo.
Su muerte está fechada en el 870; no obstante, descubrimientos recientes indican que pudo ser en el año 869. El lugar de la batalla también es incierto: se han propuesto Hoxne, cerca de Eye, a Suffolk, 20 millas al este de Thetford, Dernford (Cambridgeshire) y Bradfield St Clare, cerca de Bury St Edmunds.
En su gran deseo por la oración, se retiró durante un año a la torre real de Hunstanton y aprendió los Salmos de memoria para poder recitarlos de manera frecuente. Con valentía rechazó a los jefes daneses Hinguar (Ivar el Deshuesado) y Hubba (Ubbe Ragnarsson), quienes habían invadido sus dominios. Estos caudillos regresaron con una cantidad ingente de tropas, con las que atacaron. Ante ello y como cristiano, Edmundo se sintió obligado a rechazar tal ataque, aunque en su deseo de evitar una inútil masacre, puso en desbandada a sus tropas y se retiró a Framlingham. En el camino, cayó en manos de los invasores.
Teniéndole encadenado, sus captores le condujeron ante Hinguar, cuyas demandas nuevamente fueron rechazadas por Edmundo: la libertad a cambio del reino. No quiso renunciar a la fe, declarando que su religión era más importante para él que su propia vida. Su martirio tuvo lugar en 870 en Hoxne en Suffolk.
En medio de las torturas Edmundo continuó clamando por el nombre de Jesús, hasta que sus enemigos, ya desesperados, empezaron a lanzar flechas contra él. Continuaron con esta crueldad, hasta que su cuerpo estaba completamente agujereado. Posteriormente fue decapitado. Su reino pasó a manos danesas.
Según Abbo de Fleury, que dijo haberlo escuchado de san Dunstán, que había dado testimonios de tales hechos, Edmundo no quiso luchar contra los daneses prefiriendo la postura de mártir y de ese modo seguir el ejemplo de Cristo, que prohibió a Pedro luchar contra los judíos que venían a detenerlo.
Su muerte está fechada en el 870; no obstante, descubrimientos recientes indican que pudo ser en el año 869. El lugar de la batalla también es incierto: se han propuesto Hoxne, cerca de Eye, a Suffolk, 20 millas al este de Thetford, Dernford (Cambridgeshire) y Bradfield St Clare, cerca de Bury St Edmunds.