Desafíos que enfrenta la actividad pesquera
La pesca a pequeña escala (marina y continental) es una actividad que involucra entre 30 y 60 millones de personas a nivel mundial, estimando que el 50% son mujeres. La actividad pesquera constituye su principal fuente de sustento y además contribuye a la nutrición de las personas en todo el mundo.
La población mundial consume más de 100 millones de toneladas de pescado anuales, que representa el 25% de la proteína alimentaria a nivel mundial.
La creciente contaminación de los océanos y las costas ocasionado por la escorrentía y las actividades domésticas e industriales que se llevan a cabo en las zonas cercanas ha impactado en la desaparición de las poblaciones de peces, obligando a los pescadores a pescar en lugares lejanos de sus zonas tradicionales.
Por otra parte, la ejecución de labores de sobrepesca, la pesca de arrastre de fondo y otros métodos de pesca ilegales ha generado la obligación de priorizar las prácticas pesqueras sostenibles, con el fin de asegurar el sustento de las comunidades que viven de la pesca, la nutrición de la población a nivel mundial y la salud de los océanos.
La pesca a pequeña escala (marina y continental) es una actividad que involucra entre 30 y 60 millones de personas a nivel mundial, estimando que el 50% son mujeres. La actividad pesquera constituye su principal fuente de sustento y además contribuye a la nutrición de las personas en todo el mundo.
La población mundial consume más de 100 millones de toneladas de pescado anuales, que representa el 25% de la proteína alimentaria a nivel mundial.
La creciente contaminación de los océanos y las costas ocasionado por la escorrentía y las actividades domésticas e industriales que se llevan a cabo en las zonas cercanas ha impactado en la desaparición de las poblaciones de peces, obligando a los pescadores a pescar en lugares lejanos de sus zonas tradicionales.
Por otra parte, la ejecución de labores de sobrepesca, la pesca de arrastre de fondo y otros métodos de pesca ilegales ha generado la obligación de priorizar las prácticas pesqueras sostenibles, con el fin de asegurar el sustento de las comunidades que viven de la pesca, la nutrición de la población a nivel mundial y la salud de los océanos.