Sorteo
Un día antes del Sorteo de Navidad se examinan las bolas del sorteo con los números y premios de forma pública. Además de ser contadas, cualquier asistente puede examinarlas a título personal. Las bolas del bombo son de boj, una madera ligera y resistente. El peso de las bolas es exactamente igual en todas ellas y llevan los números grabados a láser para evitar diferencias de peso por la cantidad de pintura que pudieran llevar las bolas. Finalizado el recuento, se desaloja el salón y se aseguran con cerrojos interiores todos sus accesos, a excepción de la puerta del estrado, cuyas tres llaves quedan en poder de tres personas diferentes, una vez cerrada y precintada.
El salón se abre a las 8:00 del día 22 de diciembre, permitiéndose la entrada a los espectadores, sin más limitación que el aforo del local (salvo durante la pandemia de COVID-19, cuando se limitó el aforo a fin de garantizar la distancia de seguridad entre los asistentes). A las 8:30 se constituye la junta que preside y autoriza el sorteo. Posteriormente, después de ser mostradas al público donde cualquiera que lo desee puede comprobar si su número está entre las bolas, estas son transportadas mecánicamente en la tolva, un recipiente utilizado para trasportar las bolas hasta los bombos. Desde el sorteo de 2011, al aumentar el número de bolas hasta cien mil, son necesarias dos tolvas para introducir los números en el bombo. Por último, los bombos son cerrados y a una señal del presidente se voltean simultáneamente.
En torno a las 9:15 empieza el sorteo propiamente dicho. Un niño del Colegio de San Ildefonso extrae una bola del bombo de números y otro niño, a la vez, una del de premios, siendo cantadas ambas por otros dos que insertan las bolas en los alambres dispuestos al efecto. Los bombos solo giran cuando se llena el alambre. Estos alambres se reúnen en una tabla hasta contener doscientas bolas de cada clase, siendo cerradas debidamente delante de la mesa de la junta con la conformidad del presidente y del interventor. Al llenarse la tabla, los cuatro niños que han participado en esa tabla son reemplazados por otros cuatro, y se repite el proceso. El sorteo de Lotería de Navidad concluye cuando en el bombo de premios no quede bola alguna.
Durante cuarenta años, el sorteó se celebró en el tradicional salón de Loterías y Apuestas del Estado de la calle Guzmán el Bueno de Madrid. En 2010 y 2011 se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos del Paseo de la Castellana. Desde 2012 se celebra en el Teatro Real de Madrid.
Un equipo de más de cuarenta personas hace posible la obtención de la lista de premios del sorteo y de las poblaciones agraciadas con los premios mediante un proceso informático controlado en todos sus extremos. De esta forma, aproximadamente a los cuarenta y cinco minutos de terminado el sorteo, y después de haber pasado por varias comprobaciones y punteos, está preparada la cinta y lista de premios para su entrega a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, encargada de imprimir la lista oficial de premios. Dicha lista se edita y distribuye la misma tarde del día 22 a las Administraciones de Loterías y a los medios de comunicación.
Las tablas con los números premiados quedan expuestas siete días al público. Transcurrido este tiempo, son abiertas y las bolas contadas y examinadas nuevamente, para cualquier otro sorteo posterior a celebrar por este sistema.
La edad mínima para participar en el sorteo es de dieciocho años.
Un día antes del Sorteo de Navidad se examinan las bolas del sorteo con los números y premios de forma pública. Además de ser contadas, cualquier asistente puede examinarlas a título personal. Las bolas del bombo son de boj, una madera ligera y resistente. El peso de las bolas es exactamente igual en todas ellas y llevan los números grabados a láser para evitar diferencias de peso por la cantidad de pintura que pudieran llevar las bolas. Finalizado el recuento, se desaloja el salón y se aseguran con cerrojos interiores todos sus accesos, a excepción de la puerta del estrado, cuyas tres llaves quedan en poder de tres personas diferentes, una vez cerrada y precintada.
El salón se abre a las 8:00 del día 22 de diciembre, permitiéndose la entrada a los espectadores, sin más limitación que el aforo del local (salvo durante la pandemia de COVID-19, cuando se limitó el aforo a fin de garantizar la distancia de seguridad entre los asistentes). A las 8:30 se constituye la junta que preside y autoriza el sorteo. Posteriormente, después de ser mostradas al público donde cualquiera que lo desee puede comprobar si su número está entre las bolas, estas son transportadas mecánicamente en la tolva, un recipiente utilizado para trasportar las bolas hasta los bombos. Desde el sorteo de 2011, al aumentar el número de bolas hasta cien mil, son necesarias dos tolvas para introducir los números en el bombo. Por último, los bombos son cerrados y a una señal del presidente se voltean simultáneamente.
En torno a las 9:15 empieza el sorteo propiamente dicho. Un niño del Colegio de San Ildefonso extrae una bola del bombo de números y otro niño, a la vez, una del de premios, siendo cantadas ambas por otros dos que insertan las bolas en los alambres dispuestos al efecto. Los bombos solo giran cuando se llena el alambre. Estos alambres se reúnen en una tabla hasta contener doscientas bolas de cada clase, siendo cerradas debidamente delante de la mesa de la junta con la conformidad del presidente y del interventor. Al llenarse la tabla, los cuatro niños que han participado en esa tabla son reemplazados por otros cuatro, y se repite el proceso. El sorteo de Lotería de Navidad concluye cuando en el bombo de premios no quede bola alguna.
Durante cuarenta años, el sorteó se celebró en el tradicional salón de Loterías y Apuestas del Estado de la calle Guzmán el Bueno de Madrid. En 2010 y 2011 se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos del Paseo de la Castellana. Desde 2012 se celebra en el Teatro Real de Madrid.
Un equipo de más de cuarenta personas hace posible la obtención de la lista de premios del sorteo y de las poblaciones agraciadas con los premios mediante un proceso informático controlado en todos sus extremos. De esta forma, aproximadamente a los cuarenta y cinco minutos de terminado el sorteo, y después de haber pasado por varias comprobaciones y punteos, está preparada la cinta y lista de premios para su entrega a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, encargada de imprimir la lista oficial de premios. Dicha lista se edita y distribuye la misma tarde del día 22 a las Administraciones de Loterías y a los medios de comunicación.
Las tablas con los números premiados quedan expuestas siete días al público. Transcurrido este tiempo, son abiertas y las bolas contadas y examinadas nuevamente, para cualquier otro sorteo posterior a celebrar por este sistema.
La edad mínima para participar en el sorteo es de dieciocho años.