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En cualquier caso, y si resulta que somos alérgicos a las cupresáceas, los expertos de DosFarma han recopilado algunos consejos útiles para poner en práctica este invierno:
Acudir al especialista
Los catarros exigen reposo, beber mucho líquido y se tratan con medicamentos como el paracetamol. Por su parte, las alergias se tratan con antihistamínicos, broncodilatadores y corticoides, que deben ser recetados o recomendados por un especialista. Es importante que el diagnóstico sea correcto para poder iniciar un tratamiento preventivo y, por supuesto, tratar los síntomas cuando aparezcan.
Si es necesario, consulta con tu farmacéutico para atajar los síntomas más molestos, como la congestión nasal o el escozor ocular. Los espráis nasales y las gotas para los ojos son dos productos que no deben faltar en el botiquín de un alérgico a las cupresáceas este invierno.
Evitar hacer deporte al aire libre en días con mucho viento
El viento arrastrará el polen y será más fácil que entremos en contacto con él. Este consejo es especialmente importante si tendemos a pasear o hacer ejercicio en zonas ajardinadas o urbanizaciones que tengan cipreses y otras plantas similares.
Consultar los niveles de polen antes de una excursión al aire libre
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica recoge a diario los niveles de polen registrados en todo el país. Permite consultar ocho tipos de plantas distintas, entre ellas las cupresáceas. Si los niveles en la zona que queremos visitar son superiores a 135 gramos por metro cúbico, es recomendable posponer el viaje.
Usar mascarillas al aire libre
Son muy efectivas para reducir el contacto con el polen y evitar que entre en las vías respiratorias.
Usar gafas de sol
Ayudan a que el polen no llegue hasta los ojos y produzca enrojecimiento, escozor y lagrimeo.
Ventilar la casa al atardecer
El nivel de polen es mayor durante las horas centrales del día. Por eso, lo mejor es esperar a que caiga el sol para abrir las ventanas de casa y renovar el aire. Solo son necesarios cinco minutos.
Por este mismo motivo, es recomendable conducir con las ventanillas del coche subidas, sobre todo si viajamos durante el día.
Ducharse y lavar la ropa después de estar al aire libre
Es la mejor forma de limitar el contacto con los alérgenos después de haber estado al aire libre. La ropa que haya estado expuesta debe ir directa a la lavadora.
No secar la ropa al aire libre
El polen en el ambiente puede pegarse a las prendas. Para evitarlo, trata de secar la ropa dentro de casa o en la secadora.
José Manuel Martín, farmacéutico de DosFarma, ha comentado: La primavera es el momento en el que se produce la polinización de gran variedad de plantas, pero no es el caso de los cipreses, los enebros o las sabinas. Estas plantas han proliferado muchísimo, sobre todo en las grandes ciudades, y por eso es ahí donde hay un mayor número de alérgicos a ellas. Precisamente porque no es habitual que la polinización se produzca en invierno, no asociamos los estornudos y el picor de ojos a una alergia, sino que pensamos enseguida en un catarro por el frío. En DosFarma siempre recordamos lo importante que es un buen diagnóstico para dar con el tratamiento adecuado. Por eso hemos creado esta pequeña guía, con consejos para ayudar a identificar la alergia a las cupresáceas.
En cualquier caso, y si resulta que somos alérgicos a las cupresáceas, los expertos de DosFarma han recopilado algunos consejos útiles para poner en práctica este invierno:
Acudir al especialista
Los catarros exigen reposo, beber mucho líquido y se tratan con medicamentos como el paracetamol. Por su parte, las alergias se tratan con antihistamínicos, broncodilatadores y corticoides, que deben ser recetados o recomendados por un especialista. Es importante que el diagnóstico sea correcto para poder iniciar un tratamiento preventivo y, por supuesto, tratar los síntomas cuando aparezcan.
Si es necesario, consulta con tu farmacéutico para atajar los síntomas más molestos, como la congestión nasal o el escozor ocular. Los espráis nasales y las gotas para los ojos son dos productos que no deben faltar en el botiquín de un alérgico a las cupresáceas este invierno.
Evitar hacer deporte al aire libre en días con mucho viento
El viento arrastrará el polen y será más fácil que entremos en contacto con él. Este consejo es especialmente importante si tendemos a pasear o hacer ejercicio en zonas ajardinadas o urbanizaciones que tengan cipreses y otras plantas similares.
Consultar los niveles de polen antes de una excursión al aire libre
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica recoge a diario los niveles de polen registrados en todo el país. Permite consultar ocho tipos de plantas distintas, entre ellas las cupresáceas. Si los niveles en la zona que queremos visitar son superiores a 135 gramos por metro cúbico, es recomendable posponer el viaje.
Usar mascarillas al aire libre
Son muy efectivas para reducir el contacto con el polen y evitar que entre en las vías respiratorias.
Usar gafas de sol
Ayudan a que el polen no llegue hasta los ojos y produzca enrojecimiento, escozor y lagrimeo.
Ventilar la casa al atardecer
El nivel de polen es mayor durante las horas centrales del día. Por eso, lo mejor es esperar a que caiga el sol para abrir las ventanas de casa y renovar el aire. Solo son necesarios cinco minutos.
Por este mismo motivo, es recomendable conducir con las ventanillas del coche subidas, sobre todo si viajamos durante el día.
Ducharse y lavar la ropa después de estar al aire libre
Es la mejor forma de limitar el contacto con los alérgenos después de haber estado al aire libre. La ropa que haya estado expuesta debe ir directa a la lavadora.
No secar la ropa al aire libre
El polen en el ambiente puede pegarse a las prendas. Para evitarlo, trata de secar la ropa dentro de casa o en la secadora.
José Manuel Martín, farmacéutico de DosFarma, ha comentado: La primavera es el momento en el que se produce la polinización de gran variedad de plantas, pero no es el caso de los cipreses, los enebros o las sabinas. Estas plantas han proliferado muchísimo, sobre todo en las grandes ciudades, y por eso es ahí donde hay un mayor número de alérgicos a ellas. Precisamente porque no es habitual que la polinización se produzca en invierno, no asociamos los estornudos y el picor de ojos a una alergia, sino que pensamos enseguida en un catarro por el frío. En DosFarma siempre recordamos lo importante que es un buen diagnóstico para dar con el tratamiento adecuado. Por eso hemos creado esta pequeña guía, con consejos para ayudar a identificar la alergia a las cupresáceas.