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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Introducción...

Introducción

El término epifanía puede entenderse, según Giacomo Cannobio, en la Biblia de los Setenta, como una traducción del concepto de la «gloria de Dios», que indica las huellas de su paso o, para simplificar, su presencia.

En el Nuevo Testamento, en las cartas paulinas tardías, se refiere a la entrada de Cristo en el mundo, presentada como la del emperador que viene a tomar posesión de su reino (en latín adventus, de ahí el tiempo de Adviento como preparación a la Navidad). A partir de este significado, el término se usó en Oriente para indicar la manifestación de Cristo en la carne y a continuación, a partir del siglo IX, para designar la fiesta de la revelación de Jesús al mundo pagano. Esta es la fiesta que se sigue celebrando el día 6 de enero.

En la narración de la Biblia, Jesús se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos. Pero el mundo cristiano celebra como epifanías tres eventos, a saber:

● La epifanía ante los magos de Oriente (tal y como se relata en Mateo 2, 1-123​), que es la celebración tradicional del 6 de enero (o domingo entre el 2 y el 8 de enero).

● La epifanía a San Juan Bautista en el río Jordán, que se celebra el domingo siguiente (oscilando entre el 9 y el 13 de enero o el lunes oscilando entre el 8 y el 9 de enero, si la Epifanía tiene lugar el 7 o el 8 de enero).

● La epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro en Caná en el que inicia su actuación pública, que se conmemora dos domingos después, el II del Tiempo Ordinario, o entre el lunes y el sábado, siendo 6 de enero.

En realidad la fiesta de epifanía que más se celebra es la que corresponde al día 6 de enero de cada año en la que los tres magos, según la tradición (en las traducciones de Biblias protestantes, y ya actualmente en las últimas traducciones de las Biblias católicas, elaboradas en colaboración ecuménica e interconfesional, se menciona el adjetivo «sabios»)[cita requerida] denominados Gaspar, Melchor y Baltasar, que aparecen del oriente para adorar la primera manifestación de Jesucristo como niño, ofreciendo tres regalos: oro, incienso y mirra (simbolizando cada uno de estos tres regalos: la majestad, la sacralidad y la perpetuación ante la muerte). En realidad, la Biblia no habla del número de los magos, o sabios, ni tampoco de sus nombres. Ha sido la tradición posterior la que ha identificado su número y nombres. Los restos de los magos, según la tradición católica, descansarían en la Catedral de Colonia en Alemania.

La fecha de 6 de enero coincide en algunos casos con la celebración de Navidad de algunas iglesias orientales, como la Iglesia armenia, ya que estas aún siguen el calendario juliano) en sus calendarios litúrgicos.