TEMAS DEL DIA EN EL ALMANAQUE
El Almanaque es un medio abierto a todas las opiniones. La opinión de los artículos es responsabilidad de sus autores
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LÉXICO: MEDICINA - EDUCACIÓN - RELIGIÓN - DERECHO-POLÍTICA - AMOR Y SEXO - ECOLOGÍA
ALMANAQUES - CALENDARIOS
Shabbat
Aunque sea el séptimo día de la semana (empezando a contar por el domingo) y existan más de 50 días así al cabo del año, el Shabbat es un día santo, una de las festividades más importantes para el Judaísmo. De hecho, a excepción del Día del Perdón (Yom Kipur), el Shabbat es el día más sagrado para los judíos y el único que se menciona en los Diez Mandamientos.
La observancia del Shabbat siempre ha sido fundamental en la experiencia y la existencia del pueblo judío, al menos hasta las generaciones más recientes. Según un célebre dicho, más que guardar los judíos el Shabbat, es el Shabbat el que ha guardado al pueblo judío.
De acuerdo con la antigua tradición judía, el Shabbat está claramente vinculado a la creación del mundo: Dios descansó (“Shabbat” en hebreo) del trabajo de la Creación al séptimo día, y por tanto es sagrado para los hombres, que también deben descansar de hacer trabajos productivos.
La idea del Shabbat (un día santificado para descansar después de afanarse seis) es una de las importantes contribuciones del Judaísmo a la cultura mundial. También constituye la base del concepto de semana como unidad cíclica de tiempo. El Shabbat judío sirvió de modelo para el establecimiento del día santo de los cristianos (domingo) y el de los musulmanes (viernes).
En el calendario judío los días se cuentan desde el ocaso de un día hasta el del siguiente. Por tanto, el Shabbat comienza el viernes por la tarde, lo que se llama Erev Shabbat, y termina en la tarde del sábado, que se denomina Motsa’ei Shabbat. Las horas exactas de inicio y finalización del Shabbat se establecen de antemano y van cambiando de semana en semana y de un lugar a otro.
Las costumbres asociadas al Shabbat son muchas y muy variadas. En primer lugar, por encima de todo se trata de un día de descanso en el que está prohibido realizar trabajos productivos. Con arreglo a la ley judía, no está permitido realizar actividades relacionadas con el fuego, y los judíos religiosos no encienden ni apagan la luz, ni tampoco viajan en Shabbat. Otros judíos, que
se autodefinen como tradicionalistas (y que son moderadamente religiosos), también evitan parcialmente viajar, usar la electricidad o realizar otros tipos de trabajo productivo. Muchos de ellos no responden al teléfono en Shabbat.
Para los judíos religiosos, el Shabbat es un día dedicado a la oración, y pasan muchas horas en la sinagoga. Parte de los servicios religiosos del Shabbat en la sinagoga consisten en leer la Torah (los cinco primeros libros de la Biblia, el Génesis, el Éxodo, el Levítico, el de los Números y el Deuteronomio). A lo largo del año se va leyendo un fragmento de la Torah cada semana. Dicho sea de paso, la división de la Torah en fragmentos semanales es la división antigua original; su separación por capítulos fue posterior.
En el transcurso del año, un Shabbat tras otro, se lee la Torah completa. La finalización de la lectura de la Torah se realiza en un día que puede no ser necesariamente un Shabbat: el octavo día del Festival de Sucot (llamado Shmini Atseret), es también el Festival del Regocijo en la Torah (Simjat Torah). Ese día también marca el inicio de la lectura de la Torah de nuevo desde el principio.
Información Importante
Todas las oficinas públicas de Israel están cerradas en Shabbat, al igual que la mayoría de las empresas privadas. No funciona el transporte público (los trenes y los autobuses de la mayoría de las ciudades) y en muchos lugares no resulta sencillo encontrar un restaurante abierto. Sin embargo, la radio y la televisión emiten del modo habitual.
En aquellas zonas donde la mayoría de la población es laica, como Tel Aviv y buena parte de sus ciudades circundantes, el Shabbat se manifiesta principalmente en que la actividad empresarial y los transportes funcionan en niveles mínimos. Muchas familias laicas salen de la ciudad en Shabbat para relajarse y disfrutar en la naturaleza. Por otra parte, en los barrios religiosos (incluidos grandes sectores de Jerusalén) el Shabbat se observa en toda su plenitud como día santo. Muchas calles están cortadas al tráfico, y es necesario buscar rutas alternativas para ir de un lugar a otro.
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Mariano Arnal Buscador temático del Almanaque
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Aunque sea el séptimo día de la semana (empezando a contar por el domingo) y existan más de 50 días así al cabo del año, el Shabbat es un día santo, una de las festividades más importantes para el Judaísmo. De hecho, a excepción del Día del Perdón (Yom Kipur), el Shabbat es el día más sagrado para los judíos y el único que se menciona en los Diez Mandamientos.
La observancia del Shabbat siempre ha sido fundamental en la experiencia y la existencia del pueblo judío, al menos hasta las generaciones más recientes. Según un célebre dicho, más que guardar los judíos el Shabbat, es el Shabbat el que ha guardado al pueblo judío.
De acuerdo con la antigua tradición judía, el Shabbat está claramente vinculado a la creación del mundo: Dios descansó (“Shabbat” en hebreo) del trabajo de la Creación al séptimo día, y por tanto es sagrado para los hombres, que también deben descansar de hacer trabajos productivos.
La idea del Shabbat (un día santificado para descansar después de afanarse seis) es una de las importantes contribuciones del Judaísmo a la cultura mundial. También constituye la base del concepto de semana como unidad cíclica de tiempo. El Shabbat judío sirvió de modelo para el establecimiento del día santo de los cristianos (domingo) y el de los musulmanes (viernes).
En el calendario judío los días se cuentan desde el ocaso de un día hasta el del siguiente. Por tanto, el Shabbat comienza el viernes por la tarde, lo que se llama Erev Shabbat, y termina en la tarde del sábado, que se denomina Motsa’ei Shabbat. Las horas exactas de inicio y finalización del Shabbat se establecen de antemano y van cambiando de semana en semana y de un lugar a otro.
Las costumbres asociadas al Shabbat son muchas y muy variadas. En primer lugar, por encima de todo se trata de un día de descanso en el que está prohibido realizar trabajos productivos. Con arreglo a la ley judía, no está permitido realizar actividades relacionadas con el fuego, y los judíos religiosos no encienden ni apagan la luz, ni tampoco viajan en Shabbat. Otros judíos, que
se autodefinen como tradicionalistas (y que son moderadamente religiosos), también evitan parcialmente viajar, usar la electricidad o realizar otros tipos de trabajo productivo. Muchos de ellos no responden al teléfono en Shabbat.
Para los judíos religiosos, el Shabbat es un día dedicado a la oración, y pasan muchas horas en la sinagoga. Parte de los servicios religiosos del Shabbat en la sinagoga consisten en leer la Torah (los cinco primeros libros de la Biblia, el Génesis, el Éxodo, el Levítico, el de los Números y el Deuteronomio). A lo largo del año se va leyendo un fragmento de la Torah cada semana. Dicho sea de paso, la división de la Torah en fragmentos semanales es la división antigua original; su separación por capítulos fue posterior.
En el transcurso del año, un Shabbat tras otro, se lee la Torah completa. La finalización de la lectura de la Torah se realiza en un día que puede no ser necesariamente un Shabbat: el octavo día del Festival de Sucot (llamado Shmini Atseret), es también el Festival del Regocijo en la Torah (Simjat Torah). Ese día también marca el inicio de la lectura de la Torah de nuevo desde el principio.
Información Importante
Todas las oficinas públicas de Israel están cerradas en Shabbat, al igual que la mayoría de las empresas privadas. No funciona el transporte público (los trenes y los autobuses de la mayoría de las ciudades) y en muchos lugares no resulta sencillo encontrar un restaurante abierto. Sin embargo, la radio y la televisión emiten del modo habitual.
En aquellas zonas donde la mayoría de la población es laica, como Tel Aviv y buena parte de sus ciudades circundantes, el Shabbat se manifiesta principalmente en que la actividad empresarial y los transportes funcionan en niveles mínimos. Muchas familias laicas salen de la ciudad en Shabbat para relajarse y disfrutar en la naturaleza. Por otra parte, en los barrios religiosos (incluidos grandes sectores de Jerusalén) el Shabbat se observa en toda su plenitud como día santo. Muchas calles están cortadas al tráfico, y es necesario buscar rutas alternativas para ir de un lugar a otro.
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