Patronazgo de los enfermos
La Iglesia católica siempre consideró a la Virgen María como una figura íntimamente próxima a todo sufrimiento humano, desde aquel momento descrito por el Evangelio de Juan:
"Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa"
Juan 19, 25-27
A partir de los hechos testimoniados por Bernadette Soubirous, la Iglesia católica consideró a la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Lourdes, la patrona de los enfermos.
Es importante señalar que tanto las apariciones de Lourdes como la existencia de hechos "no explicables científicamente por las leyes naturales" no constituyen artículos de fe —estos últimos incluidos en el Credo—.
"Le Bureau des Constatations Médicales" y de "Le Comité Médical International" de Lourdes, que rigen el análisis científico de las curaciones producidas en Lourdes, lo hacen de forma sumamente estricta. De los aproximadamente 7.000 expedientes de curación registrados desde las apariciones, solo 70 casos han sido reconocidos por la Iglesia como milagros en un siglo y medio. "La Iglesia siempre ha sido muy cuidadosa acerca de las curaciones", dijo el facultativo francés Patrick Theillier, director de la oficina médica. "Prefiere no reconocer un milagro verdadero a proclamar uno donde no existe". En efecto, tal es el grado de rigor manifestado en este tema que la curación de Marie Bailly, aquejada de peritonitis tuberculosa en último estadio (el famoso "Dossier 54" de los Archivos de "Le Bureau des Constatations Médicales" de Lourdes), y testimoniada por el mismísimo -y por entonces escéptico- Dr. Alexis Carrel (Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912), no se encuentra incluida entre los casos considerados milagrosos por la Iglesia católica, simplemente por una constatación insuficiente del estado psíquico de la paciente previo a su curación (ver detalles más adelante).
La persona más joven que se considera recibió esa gracia fue un niño de 2 años: Justin Bouhort, de Lourdes (Francia), que padecía hipotrepsia crónica post infecciosa con retardo del desarrollo motor. El más reciente reconocimiento de un milagro por parte de la Iglesia católica sobrevino en el año 2011. Asimismo, se reconoció que 6 milagros tuvieron lugar por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes sin que los enfermos viajaran a Lourdes. Más del 70 % de los milagros se produjeron por contacto con el agua de Lourdes. Para que una curación se considere milagrosa se deben cumplimentar una serie de requisitos, entre los que se cuentan:
● Que la dolencia sea incurable, desde un punto de vista científico.
● Que se haya puesto de manifiesto la total ineficacia de los medicamentos o protocolos empleados en su tratamiento.
● Que la curación haya sobrevenido de forma súbita y no gradual.
● Que la curación haya sido absoluta, con efectos duraderos, y no solamente una remisión.
● Que la curación no sea el resultado de una interpretación derivada del estado psíquico de la persona.
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La Iglesia católica siempre consideró a la Virgen María como una figura íntimamente próxima a todo sufrimiento humano, desde aquel momento descrito por el Evangelio de Juan:
"Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa"
Juan 19, 25-27
A partir de los hechos testimoniados por Bernadette Soubirous, la Iglesia católica consideró a la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Lourdes, la patrona de los enfermos.
Es importante señalar que tanto las apariciones de Lourdes como la existencia de hechos "no explicables científicamente por las leyes naturales" no constituyen artículos de fe —estos últimos incluidos en el Credo—.
"Le Bureau des Constatations Médicales" y de "Le Comité Médical International" de Lourdes, que rigen el análisis científico de las curaciones producidas en Lourdes, lo hacen de forma sumamente estricta. De los aproximadamente 7.000 expedientes de curación registrados desde las apariciones, solo 70 casos han sido reconocidos por la Iglesia como milagros en un siglo y medio. "La Iglesia siempre ha sido muy cuidadosa acerca de las curaciones", dijo el facultativo francés Patrick Theillier, director de la oficina médica. "Prefiere no reconocer un milagro verdadero a proclamar uno donde no existe". En efecto, tal es el grado de rigor manifestado en este tema que la curación de Marie Bailly, aquejada de peritonitis tuberculosa en último estadio (el famoso "Dossier 54" de los Archivos de "Le Bureau des Constatations Médicales" de Lourdes), y testimoniada por el mismísimo -y por entonces escéptico- Dr. Alexis Carrel (Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912), no se encuentra incluida entre los casos considerados milagrosos por la Iglesia católica, simplemente por una constatación insuficiente del estado psíquico de la paciente previo a su curación (ver detalles más adelante).
La persona más joven que se considera recibió esa gracia fue un niño de 2 años: Justin Bouhort, de Lourdes (Francia), que padecía hipotrepsia crónica post infecciosa con retardo del desarrollo motor. El más reciente reconocimiento de un milagro por parte de la Iglesia católica sobrevino en el año 2011. Asimismo, se reconoció que 6 milagros tuvieron lugar por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes sin que los enfermos viajaran a Lourdes. Más del 70 % de los milagros se produjeron por contacto con el agua de Lourdes. Para que una curación se considere milagrosa se deben cumplimentar una serie de requisitos, entre los que se cuentan:
● Que la dolencia sea incurable, desde un punto de vista científico.
● Que se haya puesto de manifiesto la total ineficacia de los medicamentos o protocolos empleados en su tratamiento.
● Que la curación haya sobrevenido de forma súbita y no gradual.
● Que la curación haya sido absoluta, con efectos duraderos, y no solamente una remisión.
● Que la curación no sea el resultado de una interpretación derivada del estado psíquico de la persona.
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