ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: La querella adopcionista...

La querella adopcionista

A finales del siglo VIII Elipando de Toledo, arzobispo de Toledo, entonces bajo dominio del Emirato de Córdoba, defendió el adopcionismo que afirmaba que el Padre había adoptado al Hijo, ya que la «naturaleza» de este no era divina sino humana al haber sido concebido por una mujer.​ Como el prestigio de la sede toledana todavía se mantenía en toda la península ibérica, a pesar de que estaba sometida al emir de Córdoba, la propuesta «adopcionista» de Elipando provocó una feroz respuesta en el Reino de Asturias que estuvo encabezada por el monje Beato de Liébana, posiblemente abad de un monasterio y muy bien relacionado con la reina Adosinda. Beato de Liébana acusó a Elipando de locura, herejía e ignorancia y llegó a llamarle «testículo del Anticristo». Según Eduardo Manzano Moreno, la polémica entre Elipando y Beato de Liébana fue «espoleada por la fuerte pugna entre una iglesia septentrional, cada vez más independiente, y la antigua iglesia visigoda, cuyos principales episcopados habían caído en territorio andalusí».​ En el año 794 el concilio de Fráncfort presidido por Carlomagno condenó el adopcionismo. En uno de sus cánones se decía que esta «herejía debería ser radicalmente extirpada de la Santa Iglesia»