Historicidad
La primera fuente que la cita fue la pretendida crónica de Luci Flavi Dextre, hijo de Paciano de Barcelona, que, en realidad, había sido escrita a finales del siglo XVI por el jesuita Jerónimo Román de la Higuera y publicada por primera vez en 1619. La habilidad de la falsificación hizo que fuese tenida por muchos autores como una obra auténticamente antigua y escrita en el siglo V, por lo que sus afirmaciones, la mayoría sin ningún fundamento histórico real, pasaron a otras obras serias hasta el punto de alterar gravemente la cronología de los hechos narrados y provocar que capítulos catedralicios, consejos municipales, etc., creyendo lo que se decía, comenzasen a rendir culto o nombraran patrones a santos inexistentes, que enraizaron en la tradición popular. Hacia mediados del siglo XVII y XVIII, otros autores se encargaron de demostrar la falsedad de esta crónica y de las obras en las que se inspiraron, pero las tradiciones, leyendas y el culto iniciados ya se habían asentado y el pueblo continuó considerando alguna de estas historias como auténticas, hasta la actualidad, a pesar de la su falsedad.
La primera fuente que la cita fue la pretendida crónica de Luci Flavi Dextre, hijo de Paciano de Barcelona, que, en realidad, había sido escrita a finales del siglo XVI por el jesuita Jerónimo Román de la Higuera y publicada por primera vez en 1619. La habilidad de la falsificación hizo que fuese tenida por muchos autores como una obra auténticamente antigua y escrita en el siglo V, por lo que sus afirmaciones, la mayoría sin ningún fundamento histórico real, pasaron a otras obras serias hasta el punto de alterar gravemente la cronología de los hechos narrados y provocar que capítulos catedralicios, consejos municipales, etc., creyendo lo que se decía, comenzasen a rendir culto o nombraran patrones a santos inexistentes, que enraizaron en la tradición popular. Hacia mediados del siglo XVII y XVIII, otros autores se encargaron de demostrar la falsedad de esta crónica y de las obras en las que se inspiraron, pero las tradiciones, leyendas y el culto iniciados ya se habían asentado y el pueblo continuó considerando alguna de estas historias como auténticas, hasta la actualidad, a pesar de la su falsedad.