Antecedentes y desarrollo
Las Bacanales eran las fiestas romanas de Baco, dios grecorromano del vino, la libertad, la embriaguez y el éxtasis. Se basaban en las Dionisias griega y los Misterios dionisíacos, y probablemente llegaron a Roma hacia el año 200 a. C. a través de las colonias griegas del sur de Italia y de Etruria, vecina de Roma por el norte. El historiador Tenney Frank sugiere que alguna forma de culto dionisíaco pudo haber sido introducida en Roma por cautivos de la antigua ciudad griega de Tarento, en el sur de Italia, capturada de manos de los cartagineses en el 209 a. C. Como todos los cultos mistéricos, las Bacanales se celebraban en la más estricta intimidad y los iniciados estaban obligados a guardar el secreto; lo poco que se sabe del culto y sus ritos procede de la literatura griega y romana, obras de teatro, estatuas y pinturas. Una de las fuentes más antiguas es la obra de teatro Las bacantes, del dramaturgo griego Eurípides, que ganó el concurso ateniense de las Dionisias en el año 405 a. C. Es posible que las Bacanales hayan tenido elementos mistéricos y elementos públicos, obras de teatro religiosas que se representaban en público y ritos privados realizados por acólitos y sacerdotes de la deidad.
Tito Livio, la principal fuente literaria romana sobre las Bacanales tempranas, nombra a Paculla Annia, una sacerdotisa campaniense de Baco, como fundadora de un culto privado y no oficial de las Bacanales en Roma, con sede en el lucus de Stimula, donde la ladera occidental del monte Aventino desciende hasta el Tíber. El Aventino era un distrito étnicamente mixto, fuertemente identificado con la clase plebeya de Roma y la entrada de cultos nuevos y extranjeros. El dios del vino y la fertilidad Liber Pater («El Padre Libre»), patrón divino de los derechos, libertades y augures de la plebe, tenía un culto oficial establecido desde hacía mucho tiempo en el cercano templo que compartía con Ceres y Libera. La mayoría de las fuentes romanas lo describen como el equivalente romano de Dioniso y Baco, ambos a veces llamados Eleutherios (libertador).
Las Bacanales eran las fiestas romanas de Baco, dios grecorromano del vino, la libertad, la embriaguez y el éxtasis. Se basaban en las Dionisias griega y los Misterios dionisíacos, y probablemente llegaron a Roma hacia el año 200 a. C. a través de las colonias griegas del sur de Italia y de Etruria, vecina de Roma por el norte. El historiador Tenney Frank sugiere que alguna forma de culto dionisíaco pudo haber sido introducida en Roma por cautivos de la antigua ciudad griega de Tarento, en el sur de Italia, capturada de manos de los cartagineses en el 209 a. C. Como todos los cultos mistéricos, las Bacanales se celebraban en la más estricta intimidad y los iniciados estaban obligados a guardar el secreto; lo poco que se sabe del culto y sus ritos procede de la literatura griega y romana, obras de teatro, estatuas y pinturas. Una de las fuentes más antiguas es la obra de teatro Las bacantes, del dramaturgo griego Eurípides, que ganó el concurso ateniense de las Dionisias en el año 405 a. C. Es posible que las Bacanales hayan tenido elementos mistéricos y elementos públicos, obras de teatro religiosas que se representaban en público y ritos privados realizados por acólitos y sacerdotes de la deidad.
Tito Livio, la principal fuente literaria romana sobre las Bacanales tempranas, nombra a Paculla Annia, una sacerdotisa campaniense de Baco, como fundadora de un culto privado y no oficial de las Bacanales en Roma, con sede en el lucus de Stimula, donde la ladera occidental del monte Aventino desciende hasta el Tíber. El Aventino era un distrito étnicamente mixto, fuertemente identificado con la clase plebeya de Roma y la entrada de cultos nuevos y extranjeros. El dios del vino y la fertilidad Liber Pater («El Padre Libre»), patrón divino de los derechos, libertades y augures de la plebe, tenía un culto oficial establecido desde hacía mucho tiempo en el cercano templo que compartía con Ceres y Libera. La mayoría de las fuentes romanas lo describen como el equivalente romano de Dioniso y Baco, ambos a veces llamados Eleutherios (libertador).