Crítica y rechazo
Las Fallas han recibido ciertas críticas de algunos sectores de la población, tanto en la propia Comunidad Valenciana, como fuera de ella. Sin duda alguna, las tradiciones falleras más controvertidas son las relacionadas con los artefactos pirotécnicos, esenciales en ésta fiesta: la "despertà" recibe críticas, ya que sus opositores sostienen que los vecinos que no son partícipes de la fiesta no deben ser importunados; la "mascletà" crea un nivel de ruido que llega a alcanzar los 120 decibelios, y los críticos sostienen que no se pueden tolerar semejantes niveles de ruido en el centro de una ciudad tan concurrida como es Valencia, ya que perturba el ambiente del entorno de una forma extraordinaria, aunque únicamente su duración es de 10 minutos diarios durante los 19 días en los que se disparan; junto a estos actos falleros también recibe críticas la venta y el uso de artefactos pirotécnicos, los conocidos como "petardos", que generan malestar entre viandantes y vecinos además de ser una actividad de riesgo, ya que cada año se producen quemaduras y lesiones entre los usuarios de estos productos.
Los vecinos también se quejan de que a partir del 1 de marzo, y hasta el 20 del mismo mes, más de 400 calles y vías principales son cerradas al tránsito, tanto las próximas a carpas y fallas, como el conjunto de vías de Ciutat Vella, provocando un "caos circulatorio" durante todas las fiestas. También es muy criticado el gasto público realizado en las Fallas, ya que para los críticos el gasto público, tanto directo como indirecto, supera en gran medida cualquier ingreso que el turismo pueda generar. Además de esto, también recibe críticas la contaminación que provocan las fiestas, tanto acústica como atmosférica, así como también la acumulación de residuos en las calles de la ciudad.
Las Fallas han recibido ciertas críticas de algunos sectores de la población, tanto en la propia Comunidad Valenciana, como fuera de ella. Sin duda alguna, las tradiciones falleras más controvertidas son las relacionadas con los artefactos pirotécnicos, esenciales en ésta fiesta: la "despertà" recibe críticas, ya que sus opositores sostienen que los vecinos que no son partícipes de la fiesta no deben ser importunados; la "mascletà" crea un nivel de ruido que llega a alcanzar los 120 decibelios, y los críticos sostienen que no se pueden tolerar semejantes niveles de ruido en el centro de una ciudad tan concurrida como es Valencia, ya que perturba el ambiente del entorno de una forma extraordinaria, aunque únicamente su duración es de 10 minutos diarios durante los 19 días en los que se disparan; junto a estos actos falleros también recibe críticas la venta y el uso de artefactos pirotécnicos, los conocidos como "petardos", que generan malestar entre viandantes y vecinos además de ser una actividad de riesgo, ya que cada año se producen quemaduras y lesiones entre los usuarios de estos productos.
Los vecinos también se quejan de que a partir del 1 de marzo, y hasta el 20 del mismo mes, más de 400 calles y vías principales son cerradas al tránsito, tanto las próximas a carpas y fallas, como el conjunto de vías de Ciutat Vella, provocando un "caos circulatorio" durante todas las fiestas. También es muy criticado el gasto público realizado en las Fallas, ya que para los críticos el gasto público, tanto directo como indirecto, supera en gran medida cualquier ingreso que el turismo pueda generar. Además de esto, también recibe críticas la contaminación que provocan las fiestas, tanto acústica como atmosférica, así como también la acumulación de residuos en las calles de la ciudad.