Biografía
Sus padres fueron los campesinos Giacomo Martolilla, natural de Paula, y Vienna, de Fuscaldo. Llevaban muchos años casados cuando se encomendaron a san Francisco de Asís para tener un hijo, que nació el 27 de marzo de 1416. Fue bautizado como Francisco Roberto: Francisco por la intercesión de san Francisco de Asís y Roberto por ser aquel día la festividad de san Ruperto de Salzburgo (también conocido como san Roberto). El matrimonio tuvo otros dos hijos.
Los padres no pudieron enseñarle a leer y a escribir, pero sí le dieron una enseñanza religiosa.
Cuando era un bebé, tuvo una enfermedad en un ojo. Una vez más, sus padres se encomendaron a san Francisco de Asís y se comprometieron a que su hijo vistiese durante un año el hábito franciscano en un convento de esta orden, algo que era habitual en la Edad Media. El bebé se curó después de aquello. Desde pequeño, Francisco fue una persona religiosa y mostró una gran obediencia con sus padres.
A los 13 años una visión de un fraile franciscano le recordó el voto hecho por sus padres. Se vistió con el hábito de esta orden y estuvo un año en el convento de Nuestra Señora de los Ángeles de San Marco Argentano, en la diócesis de Cosenza. En este lugar se caracterizó por su amor a la oración y la penitencia, así como por su humildad y su obediencia. Pasado el año peregrinó con sus padres a Roma, Asís, Loreto, Espoleto, Montecasino y la ermita de Monteluco. En Roma quedó escandalizado por el lujo de los altos dignatarios eclesiásticos y, según la tradición, le dijo al cardenal cardenal Cusano que Jesús no había tenido vestidos tan suntuosos. Esto le ayudó a meditar sobre una vida religiosa basada en la pobreza.
Al regresar a Paula, se fue a una cueva aislada en la finca de su padre y vivió allí en soledad. Posteriormente se fue a otra cueva aún más aislada, en la costa del Mediterráneo. Permaneció allí unos seis años, dedicado a la oración y a la penitencia.
Sus padres fueron los campesinos Giacomo Martolilla, natural de Paula, y Vienna, de Fuscaldo. Llevaban muchos años casados cuando se encomendaron a san Francisco de Asís para tener un hijo, que nació el 27 de marzo de 1416. Fue bautizado como Francisco Roberto: Francisco por la intercesión de san Francisco de Asís y Roberto por ser aquel día la festividad de san Ruperto de Salzburgo (también conocido como san Roberto). El matrimonio tuvo otros dos hijos.
Los padres no pudieron enseñarle a leer y a escribir, pero sí le dieron una enseñanza religiosa.
Cuando era un bebé, tuvo una enfermedad en un ojo. Una vez más, sus padres se encomendaron a san Francisco de Asís y se comprometieron a que su hijo vistiese durante un año el hábito franciscano en un convento de esta orden, algo que era habitual en la Edad Media. El bebé se curó después de aquello. Desde pequeño, Francisco fue una persona religiosa y mostró una gran obediencia con sus padres.
A los 13 años una visión de un fraile franciscano le recordó el voto hecho por sus padres. Se vistió con el hábito de esta orden y estuvo un año en el convento de Nuestra Señora de los Ángeles de San Marco Argentano, en la diócesis de Cosenza. En este lugar se caracterizó por su amor a la oración y la penitencia, así como por su humildad y su obediencia. Pasado el año peregrinó con sus padres a Roma, Asís, Loreto, Espoleto, Montecasino y la ermita de Monteluco. En Roma quedó escandalizado por el lujo de los altos dignatarios eclesiásticos y, según la tradición, le dijo al cardenal cardenal Cusano que Jesús no había tenido vestidos tan suntuosos. Esto le ayudó a meditar sobre una vida religiosa basada en la pobreza.
Al regresar a Paula, se fue a una cueva aislada en la finca de su padre y vivió allí en soledad. Posteriormente se fue a otra cueva aún más aislada, en la costa del Mediterráneo. Permaneció allí unos seis años, dedicado a la oración y a la penitencia.