Regreso y segundo patriarcado
Tras la muerte de Juan Escolástico, el pueblo de Constantinopla exigió el regreso de Eutiquio. Justino II había sucedido a Justiniano en 565 y había asociado consigo al joven Tiberio. En octubre de 577, los emperadores enviaron una delegación a Amasía para traer a Eutiquio de regreso a Constantinopla. Narraciones contemporáneos afirman que cuando llegó a la ciudad, un grupo importante de personas se reunió con él, gritando en voz alta: 'Bienaventurado el que viene en el nombre del Señor' y 'Gloria a Dios en las alturas, en la paz de la tierra'. En imitación de la entrada de Jesús a Jerusalén (Mateo 21:1–11 y Juan 12: 12–18) a la ciudad en un asno, con vestimentas extendidas por el suelo y la multitud llevando palmas, bailando y cantando. Se ilusionó toda la ciudad, se realizaron banquetes públicos y se inauguraron nuevos edificios.
Al día siguiente se reunió con los dos emperadores y recibió un 'honor conspicuo' en la Iglesia de Santa María de las Blanquernas el 3 de octubre de 577. Luego se dirigió a la gran iglesia, subió al púlpito y bendijo a los asistentes. Le llevó seis horas dar la comunión porque toda la gente deseaba recibirla de sus propias manos.
Tras la muerte de Juan Escolástico, el pueblo de Constantinopla exigió el regreso de Eutiquio. Justino II había sucedido a Justiniano en 565 y había asociado consigo al joven Tiberio. En octubre de 577, los emperadores enviaron una delegación a Amasía para traer a Eutiquio de regreso a Constantinopla. Narraciones contemporáneos afirman que cuando llegó a la ciudad, un grupo importante de personas se reunió con él, gritando en voz alta: 'Bienaventurado el que viene en el nombre del Señor' y 'Gloria a Dios en las alturas, en la paz de la tierra'. En imitación de la entrada de Jesús a Jerusalén (Mateo 21:1–11 y Juan 12: 12–18) a la ciudad en un asno, con vestimentas extendidas por el suelo y la multitud llevando palmas, bailando y cantando. Se ilusionó toda la ciudad, se realizaron banquetes públicos y se inauguraron nuevos edificios.
Al día siguiente se reunió con los dos emperadores y recibió un 'honor conspicuo' en la Iglesia de Santa María de las Blanquernas el 3 de octubre de 577. Luego se dirigió a la gran iglesia, subió al púlpito y bendijo a los asistentes. Le llevó seis horas dar la comunión porque toda la gente deseaba recibirla de sus propias manos.