Nomadismo
Un informe del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad afirma que actualmente la mayoría de la población roma-gitana está sedentarizada. Se distribuyen de manera desigual por todo el territorio español, residiendo, particularmente, en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Málaga, Valencia, Zaragoza y Murcia; con una mayor concentración en las comunidades autónomas de Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña. Asimismo afirma que la conjunción de factores históricos, sumados a otros derivados de los rápidos procesos de cambio social, determina que sea la población española que, por su origen étnico y su diferencia cultural, en muchos casos, siga siendo aún objeto de discriminación y rechazo.
La profesora Teresa San Román ha estudiado las diferentes medidas legislativas promulgadas por las autoridades españolas y ha comprobado cómo existió desde el principio una contradicción interna en la lógica de esas disposiciones: «La tendencia a la asimilación durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII es creciente, pero se limitaban los lugares donde poder asentarse, se restringen los oficios…». Los legalmente avecindados eran expulsados una y otra vez, y la lógica de sedentarización forzosa/expulsión se sucederá en todos los países y en todas las épocas.
La socióloga María Helena Sánchez indica que los castigos hacia la comunidad gitana en la antigüedad recaían tradicionalmente sobre las poblaciones sedentarizadas, lo que hacía poco atractivo el asentamiento. Al mismo tiempo, la restricción en el ejercicio de oficios conllevaba el ejercicio de profesiones itinerantes y estacionales.
Un informe del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad afirma que actualmente la mayoría de la población roma-gitana está sedentarizada. Se distribuyen de manera desigual por todo el territorio español, residiendo, particularmente, en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Málaga, Valencia, Zaragoza y Murcia; con una mayor concentración en las comunidades autónomas de Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña. Asimismo afirma que la conjunción de factores históricos, sumados a otros derivados de los rápidos procesos de cambio social, determina que sea la población española que, por su origen étnico y su diferencia cultural, en muchos casos, siga siendo aún objeto de discriminación y rechazo.
La profesora Teresa San Román ha estudiado las diferentes medidas legislativas promulgadas por las autoridades españolas y ha comprobado cómo existió desde el principio una contradicción interna en la lógica de esas disposiciones: «La tendencia a la asimilación durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII es creciente, pero se limitaban los lugares donde poder asentarse, se restringen los oficios…». Los legalmente avecindados eran expulsados una y otra vez, y la lógica de sedentarización forzosa/expulsión se sucederá en todos los países y en todas las épocas.
La socióloga María Helena Sánchez indica que los castigos hacia la comunidad gitana en la antigüedad recaían tradicionalmente sobre las poblaciones sedentarizadas, lo que hacía poco atractivo el asentamiento. Al mismo tiempo, la restricción en el ejercicio de oficios conllevaba el ejercicio de profesiones itinerantes y estacionales.