Carrera en la Santa Sede
Nunciatura polaca
La única experiencia diplomática en el extranjero de Montini fue durante su estadía en la nunciatura de Varsovia, Polonia, en 1923. Al igual que Achille Ratti antes que él, sentía fuertemente el enorme problema, que no solo se limitaba a Polonia, del excesivo nacionalismo.
Esta forma de nacionalismo trata a los extranjeros como enemigos, especialmente a los extranjeros con los que uno tiene fronteras comunes. A continuación se busca la expansión de su propio país a expensas de los vecinos inmediatos. Las personas crecen con la sensación de estar encerrados. La paz se convierte en un compromiso transitorio entre las guerras.
Cuando fue llamado a Roma, se encontraba feliz de ello: «Llega a la conclusión este episodio de mi vida, que me han proporcionado experiencias útiles aunque no siempre alegres». Más tarde, ya papa, intentaría volver a Polonia en una peregrinación mariana, pero no le fue permitido por el gobierno comunista, una petición que luego no se le pudo negar al papa Juan Pablo II, que era de origen polaco.
Nunciatura polaca
La única experiencia diplomática en el extranjero de Montini fue durante su estadía en la nunciatura de Varsovia, Polonia, en 1923. Al igual que Achille Ratti antes que él, sentía fuertemente el enorme problema, que no solo se limitaba a Polonia, del excesivo nacionalismo.
Esta forma de nacionalismo trata a los extranjeros como enemigos, especialmente a los extranjeros con los que uno tiene fronteras comunes. A continuación se busca la expansión de su propio país a expensas de los vecinos inmediatos. Las personas crecen con la sensación de estar encerrados. La paz se convierte en un compromiso transitorio entre las guerras.
Cuando fue llamado a Roma, se encontraba feliz de ello: «Llega a la conclusión este episodio de mi vida, que me han proporcionado experiencias útiles aunque no siempre alegres». Más tarde, ya papa, intentaría volver a Polonia en una peregrinación mariana, pero no le fue permitido por el gobierno comunista, una petición que luego no se le pudo negar al papa Juan Pablo II, que era de origen polaco.