Arzobispo de Milán
Después de la muerte del cardenal Alfredo Ildefonso Schuster en 1954, Montini fue nombrado para el puesto de más alto rango en la iglesia italiana, el de arzobispo de Milán. El papa Pío XII presentó al nuevo arzobispo Giovanni Battista Montini «como su regalo personal a Milán». Ambos tenían lágrimas en los ojos cuando se separaron, y Montini viajaba a una diócesis con 1000 iglesias, 2500 sacerdotes, y 3.5 millones de almas. Fue consagrado obispo en la Basílica de San Pedro por el cardenal Eugène Tisserant, el decano del Colegio de Cardenales, ya que Pío XII se vio obligado a permanecer en cama debido a su enfermedad. El papa sin embargo, pronunció su sermón sobre Giovanni Batista Montini desde su cama, por la radio, a los numerosos fieles reunidos en San Pedro el 12 de diciembre de 1954. El 6 de enero de 1955, Montini tomó formalmente posesión en la catedral de Milán. Pío XII, quien siempre quiso ser un pastor y no un burócrata del Vaticano, concedió con mucho gusto esta oportunidad, que a él se le había negado, a Montini. Este por su parte empezó a desempeñar su nueva tarea como arzobispo, reuniéndose con todos los grupos de fieles en Milán. Le gustaba tener reuniones con intelectuales, artistas y escritores.
Después de la muerte del cardenal Alfredo Ildefonso Schuster en 1954, Montini fue nombrado para el puesto de más alto rango en la iglesia italiana, el de arzobispo de Milán. El papa Pío XII presentó al nuevo arzobispo Giovanni Battista Montini «como su regalo personal a Milán». Ambos tenían lágrimas en los ojos cuando se separaron, y Montini viajaba a una diócesis con 1000 iglesias, 2500 sacerdotes, y 3.5 millones de almas. Fue consagrado obispo en la Basílica de San Pedro por el cardenal Eugène Tisserant, el decano del Colegio de Cardenales, ya que Pío XII se vio obligado a permanecer en cama debido a su enfermedad. El papa sin embargo, pronunció su sermón sobre Giovanni Batista Montini desde su cama, por la radio, a los numerosos fieles reunidos en San Pedro el 12 de diciembre de 1954. El 6 de enero de 1955, Montini tomó formalmente posesión en la catedral de Milán. Pío XII, quien siempre quiso ser un pastor y no un burócrata del Vaticano, concedió con mucho gusto esta oportunidad, que a él se le había negado, a Montini. Este por su parte empezó a desempeñar su nueva tarea como arzobispo, reuniéndose con todos los grupos de fieles en Milán. Le gustaba tener reuniones con intelectuales, artistas y escritores.