Pruebas para detectar la esclerosis múltiple
Existen diferentes pruebas que, combinadas entre sí, se utilizan para detectar la esclerosis múltiple y establecer un diagnóstico, descartando que los síntomas puedan deberse a otra causa. Entre los procedimientos médicos más utilizados se encuentran los siguientes:
Resonancia magnética
Es una prueba no invasiva que utiliza imanes y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro y la médula espinal. Permite detectar las lesiones características de la esclerosis múltiple.
Análisis de líquido cefalorraquídeo
Se realiza una punción lumbar para obtener una muestra del líquido cefalorraquídeo, que rodea el cerebro y la médula espinal. Su análisis posterior puede revelar la presencia de ciertos marcadores, como la presencia de células inmunes anormales o proteínas específicas.
Examen neurológico
Un examen completo realizado por un especialista puede evaluar los síntomas y el estado neurológico de una persona. Entre otros aspectos, el médico revisará la fuerza muscular, los reflejos, la coordinación, la sensibilidad y otros aspectos relacionados con el sistema nervioso.
Historia clínica y antecedentes médicos
El médico recopilará información detallada sobre los síntomas y los antecedentes médicos del paciente, incluyendo preguntas acerca de los síntomas y su duración, o la aparición de brotes previos.
Análisis de sangre
Aunque no existe una prueba de sangre específica para diagnosticar la esclerosis múltiple, se pueden realizar análisis de sangre para descartar otras afecciones con síntomas similares.
Hay que tener en cuenta, además, que la evolución de la esclerosis múltiple puede variar ampliamente de una persona u otra. Suelen ser bastante frecuentes las remisiones y brotes, y mientras que en algunas personas la progresión de la enfermedad es rápida, otras experimentan un avance lento a lo largo de los años.
Existen diferentes pruebas que, combinadas entre sí, se utilizan para detectar la esclerosis múltiple y establecer un diagnóstico, descartando que los síntomas puedan deberse a otra causa. Entre los procedimientos médicos más utilizados se encuentran los siguientes:
Resonancia magnética
Es una prueba no invasiva que utiliza imanes y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro y la médula espinal. Permite detectar las lesiones características de la esclerosis múltiple.
Análisis de líquido cefalorraquídeo
Se realiza una punción lumbar para obtener una muestra del líquido cefalorraquídeo, que rodea el cerebro y la médula espinal. Su análisis posterior puede revelar la presencia de ciertos marcadores, como la presencia de células inmunes anormales o proteínas específicas.
Examen neurológico
Un examen completo realizado por un especialista puede evaluar los síntomas y el estado neurológico de una persona. Entre otros aspectos, el médico revisará la fuerza muscular, los reflejos, la coordinación, la sensibilidad y otros aspectos relacionados con el sistema nervioso.
Historia clínica y antecedentes médicos
El médico recopilará información detallada sobre los síntomas y los antecedentes médicos del paciente, incluyendo preguntas acerca de los síntomas y su duración, o la aparición de brotes previos.
Análisis de sangre
Aunque no existe una prueba de sangre específica para diagnosticar la esclerosis múltiple, se pueden realizar análisis de sangre para descartar otras afecciones con síntomas similares.
Hay que tener en cuenta, además, que la evolución de la esclerosis múltiple puede variar ampliamente de una persona u otra. Suelen ser bastante frecuentes las remisiones y brotes, y mientras que en algunas personas la progresión de la enfermedad es rápida, otras experimentan un avance lento a lo largo de los años.