¿Por qué es tan necesario el juego?
El juego es mucho más que una simple diversión. Es un lenguaje universal que une a personas de todas las edades, sin importar su origen o condición social. Además, el juego fomenta cualidades como la resiliencia, la creatividad y la innovación.
Para los niños, en particular, es una herramienta esencial para construir relaciones, superar traumas y resolver problemas. A través del juego, los pequeños desarrollan habilidades cognitivas, físicas, creativas, sociales y emocionales, fundamentales para enfrentar los constantes cambios del mundo actual.
En el ámbito educativo, se ha comprobado que el aprendizaje basado en el juego es una estrategia eficaz para involucrar activamente a los estudiantes, haciendo que el aprendizaje sea más placentero y relevante, lo cual mejora la motivación y la retención de la información.
El juego también promueve la tolerancia, la resiliencia y la inclusión social, contribuyendo a la prevención de conflictos y al fomento de la paz. Reconociendo su importancia, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño establece el juego como un derecho fundamental en su artículo 31.
El juego es mucho más que una simple diversión. Es un lenguaje universal que une a personas de todas las edades, sin importar su origen o condición social. Además, el juego fomenta cualidades como la resiliencia, la creatividad y la innovación.
Para los niños, en particular, es una herramienta esencial para construir relaciones, superar traumas y resolver problemas. A través del juego, los pequeños desarrollan habilidades cognitivas, físicas, creativas, sociales y emocionales, fundamentales para enfrentar los constantes cambios del mundo actual.
En el ámbito educativo, se ha comprobado que el aprendizaje basado en el juego es una estrategia eficaz para involucrar activamente a los estudiantes, haciendo que el aprendizaje sea más placentero y relevante, lo cual mejora la motivación y la retención de la información.
El juego también promueve la tolerancia, la resiliencia y la inclusión social, contribuyendo a la prevención de conflictos y al fomento de la paz. Reconociendo su importancia, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño establece el juego como un derecho fundamental en su artículo 31.