
Llamamiento
Al parecer, Eliseo era un hombre que poseía una gran fortaleza física, ya que era capaz de arar la tierra dirigiendo doce yuntas de bueyes. Mientras llevaba a cabo mencionada actividad, Eliseo fue llamado por Elías.
De acuerdo con la narración del Primer libro de los reyes (capítulo 19), Elías huyó de Jezabel y fue al monte Horeb. En el camino se quedó dormido dos veces y un ángel lo asistió y le ordenó que fuera al monte Horeb caminando durante cuarenta días y se quedara en una cueva. Es allí donde Yahvé-Dios lo consuela, mostrando su «espíritu» y le ordena que vaya a Damasco con la instrucción de ungir a Hazael como rey de Siria, a Jehú como rey de Israel y a Eliseo como profeta y también su sucesor.
Al pasar Elías frente a Eliseo, mientras este último araba la tierra con una yunta de doce bueyes, le colocó su manto y pasó de largo. Eliseo comprendió este gesto simbólico y se apresuró a alcanzar a Elías que se alejaba, rogándole que le permitiera ir a despedir a sus padres antes de irse con él. Sacrificó a los bueyes y; asando sus carnes con el arado de la yunta, hizo un festín de despedida invitando a los lugareños. Concluido esto siguió a Elías para estar a su servicio. Elías lo consideró como si fuera su hijo.
Al parecer, Eliseo era un hombre que poseía una gran fortaleza física, ya que era capaz de arar la tierra dirigiendo doce yuntas de bueyes. Mientras llevaba a cabo mencionada actividad, Eliseo fue llamado por Elías.
De acuerdo con la narración del Primer libro de los reyes (capítulo 19), Elías huyó de Jezabel y fue al monte Horeb. En el camino se quedó dormido dos veces y un ángel lo asistió y le ordenó que fuera al monte Horeb caminando durante cuarenta días y se quedara en una cueva. Es allí donde Yahvé-Dios lo consuela, mostrando su «espíritu» y le ordena que vaya a Damasco con la instrucción de ungir a Hazael como rey de Siria, a Jehú como rey de Israel y a Eliseo como profeta y también su sucesor.
Al pasar Elías frente a Eliseo, mientras este último araba la tierra con una yunta de doce bueyes, le colocó su manto y pasó de largo. Eliseo comprendió este gesto simbólico y se apresuró a alcanzar a Elías que se alejaba, rogándole que le permitiera ir a despedir a sus padres antes de irse con él. Sacrificó a los bueyes y; asando sus carnes con el arado de la yunta, hizo un festín de despedida invitando a los lugareños. Concluido esto siguió a Elías para estar a su servicio. Elías lo consideró como si fuera su hijo.