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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Tomás en América...

Tomás en América

En el siglo XVII el matemático e historiador mexicano Carlos de Sigüenza y Góngora defendió que el apóstol Santo Tomás había predicado en las Indias, no en la India, y que su recuerdo se habría transformado en los nativos prehispánicos en la figura de Quetzalcóatl. En 1790, al descubrirse en la Plaza de Armas de la Ciudad de México, importantes reliquias prehispanas, la estatua que se identificó con Coatlicue y la Piedra del Sol o Calendario Azteca, el abogado mexicano José Ignacio Borunda,​ retomó estas teorías, creyendo encontrar en el análisis de esos documentos históricos confirmación a la identificación de Santo Tomás con Quetzalcóatl, asegurando además que el manto de la Virgen de Guadalupe era en realidad la capa de Santo Tomás Quetzalcóatl en la que la Virgen en persona habría impreso su huella. Estas suposiciones fueron aceptadas y defendidas por el padre dominico Servando Teresa de Mier en un sermón que pronunció ante el arzobispo de México y el virrey de la Nueva España el 12 de diciembre de 1794, en la Insigne y Real Colegiata de Nuestra Señora de Guadalupe, en la solemne festividad de la milagrosa aparición de dicha santa imagen, produciendo una gran conmoción (en tanto negaba la milagrosa aparición de la imagen) que llevó a que se abriera un proceso, en el que se desautoriza por extravagante la suposición de hacer al apóstol Santo Tomás en la América del siglo I.