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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Primeros momentos y evolución...

Primeros momentos y evolución

Louis Reard era un ingeniero automotriz que se hizo cargo del negocio de lencería de su madre en la década de 1940 y se convirtió en diseñador de ropa cerca de Les Folies Bergères en París.​ Estando en las playas de Saint Tropez, notó que las mujeres se enrollaban los bordes de sus trajes de baño para broncearse mejor,​ lo que lo inspiró a diseñar un traje de baño con el estómago expuesto.

En mayo de 1946, el diseñador francés Jacques Heim produjo un traje de baño de dos piezas al que llamó "Atome" anunciándolo como el "traje de baño más pequeño del mundo".​ La parte inferior del traje de baño de Heim era lo suficientemente grande como para cubrir por encima del ombligo de la usuaria.​ Réard produjo rápidamente su propio diseño de traje de baño, que era un bikini de tiras que constaba de cuatro triángulos, dos para cubrir los pechos, uno para parte superior de los glúteos y otro para la zona pélvica, hechos con solo 194 cm² de tela con estampados de periódico.​

Cuando Reard quiso presentarlo en la piscina del hotel Melitor, se encontró con el inconveniente de que ninguna modelo profesional se atrevía a lucirlo en público, teniendo que recurrir finalmente a Micheline Bernardini (estríper del Casino de París), quien le advirtió que el desfile previsto para el 5 de julio de 1946 iba a ser una bomba más potente que la que, cinco días antes, el Gobierno de Estados Unidos había detonado en el atolón de Bikini.

El escandaloso traje de baño de dos piezas no acabó de popularizarse hasta 1960: Brigitte Bardot, icono de la moda y símbolo sexual de los años cincuenta y sesenta, se exhibe con él ante los fotógrafos (a veces incluso sin el sostén) en las playas de Cannes y Saint-Tropez; Marilyn Monroe, Jane Fonda…; Brian Hyland despierta con su tema Itsy Bitsy Teenie Weenie Yellow Polkadot Bikini de 1960 el gusto entre las adolescentes estadounidenses por una prenda que, verano a verano, evolucionará hasta alcanzar su mínima expresión —el microkini— ya a mediados de los años noventa.

Mientras que en Francia se difundió rápidamente como símbolo de liberación femenina, en otros países como España ―en plena Represión franquista―, Italia (también de arraigada moral católica) o Estados Unidos ―fuertemente instalados en el puritanismo―, tardó años en ser aceptado.​

En países con mayoría de población musulmana su uso sigue siendo problemático, especialmente debido a la influencia del wahabismo. En Marruecos se presiona a algunas mujeres a abandonar su uso en favor del burkini​ o «traje de baño islámico». En 2013, el emirato de Ras al Jaima colocó paneles en las playas públicas que instan —bajo amenaza de sanción— a las mujeres a no llevar bikini (y a los hombres a no usar bañador ajustado o tipo slip), con el texto: «Los visitantes de la playa tienen que respetar la moral y comprometerse con el recato».