Biografía
Sus padres pertenecía a una familia distinguida franca. En la escuela fue sobresaliente por su talento, virtudes y buena conducta. Su genealogía es debatida, pero parece cierto que fuera hijo de Bodogisel (hipótesis de Fontenelle) o de Arnoaldo, su predecesor en la sede episcopal.
En su juventud, Arnulfo de Metz entró al servicio de la corte de Austrasia bajo la regencia Brunegilda y más tarde del rey Teodeberto II. Bajo la guía de Gondulfo, el alcalde del palacio, pronto se convirtió en un hábil oficial entre los ministros del rey, por lo que le encargaron el cuidado de seis provincias diferentes.
Arnulfo tuvo dos hijos de la aristocrática Doda: Ansegisel (602-679), Mayordomo Real de Sigeberto III y padre de Pipino de Heristal; y Clodulfo de Metz (605-697), que le sucedió como obispo y es también venerado como santo por la Iglesia Católica.
Junto a Pipino de Landen, fue uno de los protagonistas de las revueltas (613) que acabaron con el poder de Brunegilda y entronizó a Clotario II, soberano que le confió la educación de su hijo Dagoberto I, al cual sirvió como consejero a partir del año 623. A pesar de los disfrutes mundanos, nunca se olvidó de los asuntos espirituales.
Al quedar vacante la sede episcopal de Metz, fue consagrado sacerdote y luego en 612, fue designado como obispo de Metz, capital del Reino de Austrasia. Fue un ferviente cristiano, probablemente en contacto con los monjes irlandeses que recorrían la región de los Vosgos. Desde esta posición, Arnulfo demostró una ejemplaridad que le valió la fama de hombre sabio y santo. Participó en 625 en el concilio de Reims. En 626 obtuvo la designación de la oficina episcopal de Metz.
Tras 15 años como obispo en el año 627 se retiró al monasterio de Remiremont, junto con su amigo Romarico, donde vivió en comunión con Dios, donde murió el 18 de julio de 641, y fue enterrado por su amigo Romarico. Posteriormente, su cuerpo fue trasladado a Metz, donde yace en la Basílica de Metz dedicada a él y venerado como patrón.
Sus padres pertenecía a una familia distinguida franca. En la escuela fue sobresaliente por su talento, virtudes y buena conducta. Su genealogía es debatida, pero parece cierto que fuera hijo de Bodogisel (hipótesis de Fontenelle) o de Arnoaldo, su predecesor en la sede episcopal.
En su juventud, Arnulfo de Metz entró al servicio de la corte de Austrasia bajo la regencia Brunegilda y más tarde del rey Teodeberto II. Bajo la guía de Gondulfo, el alcalde del palacio, pronto se convirtió en un hábil oficial entre los ministros del rey, por lo que le encargaron el cuidado de seis provincias diferentes.
Arnulfo tuvo dos hijos de la aristocrática Doda: Ansegisel (602-679), Mayordomo Real de Sigeberto III y padre de Pipino de Heristal; y Clodulfo de Metz (605-697), que le sucedió como obispo y es también venerado como santo por la Iglesia Católica.
Junto a Pipino de Landen, fue uno de los protagonistas de las revueltas (613) que acabaron con el poder de Brunegilda y entronizó a Clotario II, soberano que le confió la educación de su hijo Dagoberto I, al cual sirvió como consejero a partir del año 623. A pesar de los disfrutes mundanos, nunca se olvidó de los asuntos espirituales.
Al quedar vacante la sede episcopal de Metz, fue consagrado sacerdote y luego en 612, fue designado como obispo de Metz, capital del Reino de Austrasia. Fue un ferviente cristiano, probablemente en contacto con los monjes irlandeses que recorrían la región de los Vosgos. Desde esta posición, Arnulfo demostró una ejemplaridad que le valió la fama de hombre sabio y santo. Participó en 625 en el concilio de Reims. En 626 obtuvo la designación de la oficina episcopal de Metz.
Tras 15 años como obispo en el año 627 se retiró al monasterio de Remiremont, junto con su amigo Romarico, donde vivió en comunión con Dios, donde murió el 18 de julio de 641, y fue enterrado por su amigo Romarico. Posteriormente, su cuerpo fue trasladado a Metz, donde yace en la Basílica de Metz dedicada a él y venerado como patrón.