Daniel como personaje histórico
Existe una referencia sobre Daniel en el libro de Ezequiel (capítulo 14:14); en la misma se lo considera como un modelo de sabio, esto ha llevado a considerar que el pasaje se refiere a Dan-El, un mítico héroe cananeo y fenicio, postura rechazada por Dressler, pero aceptada por gran parte de la comunidad académica.
La tendencia entre los comentaristas bíblicos que utilizan el método de análisis literario es que el libro de Daniel es un relato popular destinado a subrayar algunos temas importantes para la nación judía en años previos a la persecución de Antíoco Epífanes. El lenguaje del libro y las inexactitudes acerca del período en el cual está situado (imperio neobabilónico y conquista persa) en contraste con la minuciosidad de las descripciones de Antíoco, tienden a sugerir esta noción. Este es también el consenso entre los historiadores y arqueólogos.
Los autores fundamentalistas, por el contrario, lo consideran un personaje histórico. Según estos estudiosos, el sabio mencionado por Ezequiel corresponde al profeta, ya que Ezequiel se refiere a su persona en un contexto de ejemplo de fidelidad al Dios de Israel, mientras que el Dan-El de Ugarit era un politeísta idólatra, de modo que no pueden ser el mismo. No obstante, el contexto menciona a Daniel junto con personajes que vivieron en el pasado, como Noé y Job, modelos de sabiduría, y no parece que aluda a un contemporáneo menor del profeta.
Tomando una posición intermedia entre ambos postulados, la Encyclopaedia Iranica considera que Daniel habría sido un profeta histórico del siglo VI a. C., pero que las historias bíblicas respecto a su figura se fueron desarrollando siglos después y que el libro no llegó a su forma final sino hasta tiempos de Antíoco (167-164 a. C.).
Existe una referencia sobre Daniel en el libro de Ezequiel (capítulo 14:14); en la misma se lo considera como un modelo de sabio, esto ha llevado a considerar que el pasaje se refiere a Dan-El, un mítico héroe cananeo y fenicio, postura rechazada por Dressler, pero aceptada por gran parte de la comunidad académica.
La tendencia entre los comentaristas bíblicos que utilizan el método de análisis literario es que el libro de Daniel es un relato popular destinado a subrayar algunos temas importantes para la nación judía en años previos a la persecución de Antíoco Epífanes. El lenguaje del libro y las inexactitudes acerca del período en el cual está situado (imperio neobabilónico y conquista persa) en contraste con la minuciosidad de las descripciones de Antíoco, tienden a sugerir esta noción. Este es también el consenso entre los historiadores y arqueólogos.
Los autores fundamentalistas, por el contrario, lo consideran un personaje histórico. Según estos estudiosos, el sabio mencionado por Ezequiel corresponde al profeta, ya que Ezequiel se refiere a su persona en un contexto de ejemplo de fidelidad al Dios de Israel, mientras que el Dan-El de Ugarit era un politeísta idólatra, de modo que no pueden ser el mismo. No obstante, el contexto menciona a Daniel junto con personajes que vivieron en el pasado, como Noé y Job, modelos de sabiduría, y no parece que aluda a un contemporáneo menor del profeta.
Tomando una posición intermedia entre ambos postulados, la Encyclopaedia Iranica considera que Daniel habría sido un profeta histórico del siglo VI a. C., pero que las historias bíblicas respecto a su figura se fueron desarrollando siglos después y que el libro no llegó a su forma final sino hasta tiempos de Antíoco (167-164 a. C.).