Uso y abuso de la tecnología
El tema de este año se centra en el papel de la tecnología como una herramienta que puede tanto permitir como impedir la trata de personas.
Con la expansión global del uso de la tecnología, intensificada por la pandemia de COVID-19 y el cambio de nuestra vida cotidiana a las plataformas en línea, el delito de trata de personas ha acaparado el ciberespacio. Internet y las plataformas digitales ofrecen a los traficantes numerosas herramientas para reclutar, explotar y controlar a las víctimas; organizar su transporte y alojamiento; publicitar a las víctimas y llegar a clientes potenciales; proporcionar vías de comunicación entre los perpetradores; y ocultar ganancias criminales.
Todo eso con mayor rapidez, rentabilidad y anonimato.
Sin embargo, en la tecnología también radica una gran oportunidad. El éxito futuro en la erradicación de la trata de personas dependerá de cómo las fuerzas del orden, los sistemas de justicia penal y otros sectores implicados puedan aprovechar la tecnología en sus respuestas, incluso ayudando en las investigaciones para arrojar luz sobre el modus operandi de las redes de trata; potenciar los procesamientos a través de pruebas digitales para aliviar la situación de las víctimas en los procesos penales; y brindar servicios de apoyo a los supervivientes. Las actividades de prevención y sensibilización sobre el uso seguro de Internet y las redes sociales podrían ayudar a mitigar el riesgo de que las personas sean víctimas de la trata en línea. La cooperación con el sector privado es importante para aprovechar la innovación y la experiencia para el desarrollo de soluciones sostenibles basadas en tecnología y apoyar la prevención y la lucha contra la trata.
El tema de este año se centra en el papel de la tecnología como una herramienta que puede tanto permitir como impedir la trata de personas.
Con la expansión global del uso de la tecnología, intensificada por la pandemia de COVID-19 y el cambio de nuestra vida cotidiana a las plataformas en línea, el delito de trata de personas ha acaparado el ciberespacio. Internet y las plataformas digitales ofrecen a los traficantes numerosas herramientas para reclutar, explotar y controlar a las víctimas; organizar su transporte y alojamiento; publicitar a las víctimas y llegar a clientes potenciales; proporcionar vías de comunicación entre los perpetradores; y ocultar ganancias criminales.
Todo eso con mayor rapidez, rentabilidad y anonimato.
Sin embargo, en la tecnología también radica una gran oportunidad. El éxito futuro en la erradicación de la trata de personas dependerá de cómo las fuerzas del orden, los sistemas de justicia penal y otros sectores implicados puedan aprovechar la tecnología en sus respuestas, incluso ayudando en las investigaciones para arrojar luz sobre el modus operandi de las redes de trata; potenciar los procesamientos a través de pruebas digitales para aliviar la situación de las víctimas en los procesos penales; y brindar servicios de apoyo a los supervivientes. Las actividades de prevención y sensibilización sobre el uso seguro de Internet y las redes sociales podrían ayudar a mitigar el riesgo de que las personas sean víctimas de la trata en línea. La cooperación con el sector privado es importante para aprovechar la innovación y la experiencia para el desarrollo de soluciones sostenibles basadas en tecnología y apoyar la prevención y la lucha contra la trata.